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El Hombre de mis Sueños

by Federico


¿Cómo me gusta un hombre? Maduro pero en buena forma, fornido y de pelo en pecho, un sexy mostacho o una barba bien cuidada no están de más. De voz recía y profundamente varonil. Experimentado, alto libido y dominante en la cama, mi boca y mi culo están prestos a satisfacerlo en todo... su omnipotente verga es el centro de mi universo.

Primero que nada tomo una minuciosa ducha, asegurándome de que mi agujero esté bien limpio por dentro y por fuera. Luego me pongo el suspensorio de color negro que tanto le gusta pues realza mis glúteos y me acuesto boca abajo en la cama esperando por él. Escucho que ya ha llegado a casa luego de una larga semana atendiendo asuntos de negocio, usando todavía el traje que le sienta tan bien. Yo finjo que estoy durmiendo, pero sé que ya está de pie en la puerta del cuarto, mirándome el culo mientras que se dehace de su chaqueta, corbata y zapatos; seguramente ha comenzado a jugar con su verga a través de su ropa interior. Apenas puedo esperar sentir sus manos firmes explorando mi cuerpo y su lengua lamiendo mi nuca, bajar por mi espalda hasta llegar a mi caliente cueva.

Me doy la vuelta y puedo ver ese enorme bulto en sus pantalones. Me pongo de pie para que podamos darnos un abrazo y un beso francés, su lengua explora cada rincón de mi boca y sus manos están apretando mis nalgas como si estuvieran exprimiendo naranjas. Casi que no puedo respirar por lo profundo de su succión en mi boca. Me pongo a jugar con sus tetillas y desabrocho su camisa muy lentamente, mis ojos están hipnotizados con su pecho peludo tan viril y que tanto me excita. Desabrocho el cinturón, bajo el cierre de sus pantalones y los dejo caer. Luego le ayudo a quitarse el resto de sus ropas, con la excepción de sus calzoncillos.

Pellizco y mordisqueo sus tetillas, sus fuertes manos descansan sobre mis hombros empujándome suavemente hacia abajo hasta que mi cabeza llega al nivel de su abultada hombría, presiono mi cara contra él y poder oler su almizclado aroma masculino. Me agarro de sus peludas y fuertes piernas para mantener el equilibrio. Sus blancos calzoncillos tienen una enorme mancha de líquido preseminal, tiro de ellos hacia abajo y esa magnífica verga abofetea mi cara. Yo retrocedo para poder tener una mejor vista de sus genitales, grandes bolas colgando muy bajo y esa enorme verga en todo su esplendor demandando ser atendida. Una gota cristalina danza en la punta de ese apetitoso pene, la cojo con mi lengua justo antes de que caiga. Tomo en mi puño la gruesa base de su miembro viril con mi mano izquierda, lamo las venas pulsantes y engullo esa lustrosa cabeza rosada de una buena vez, me encanta sentir cómo su glande estira mis cachetes de adentro hacia afuera.

Siento el peso de sus testículos con la otra mano, te has abstenido durante muchos días para este momento tan especial, tus bolas necesitan de alivio urgentemente. Anda papito mete tu sabrosa y palpitante verga en mi ardiente boca! Juega con mis cabellos y guía suavemente mi cabeza mientras me la trago lo más que puedo. Voy a jugar con tu pene hasta sentir la inminente erupción de tu perlada leche caliente. ¡Ay, sí papacito! Tú puedes acabar varias veces y tus pelotas están a plena capacidad. ¡Adelante! Derrama la primera descarga de tu agridulce crema en mi boca, ya comienzo a sentir los espasmos rítmicos de tu verga, chorros de leche caliente impactando el cielo de mi boca. Cómo me encanta el sabor de hombre y nutrirme con él!.

Pones las manos bajo mis axilas y me ayudas a levantar. Me haces girar y me abrazas presionando tu húmeda verga contra mi trasero, sintiendo como se va poniendo cada vez más blanda, con la mano izquierda pellizcas mi tetilla derecha y con la otra manoseas mis genitales. Tu lengua trata de penetrar los agujeros de mis oídos. Con tu voz baja y profunda me dices que voy a tener que pagar el precio por haber sido tan codicioso con tu leche. Me dices que me monte en la cama, de rodillas inclino mi cabeza hasta que toca el colchón mantenimiento así mi culo en alto totalmente expuesto para lo que decidas hacer. Ahora golpeas mi trasero, cuando tu mano hace contacto con mis nalgas, la cierras y aprietas mis glúteos durante unos segundos, luego me das otra nalgada más fuerte dos o tres veces más, entonces suavemente lames el área enrojecida, cada vez tus lamidas se acercan más y más a mi agujero del placer. Puedo sentir como la sangre circula fuertemente por las venas de mis glúteos, necesito de tus manos de escultor para mantenerlos firmes como a ti te gustan.

Ahora agarras mis nalgas y haces camino para tu lengua húmeda y caliente. Cuando te dejas crecer el bigote o barba se siente aún mejor. ¡Ay, sí papi! ¡Cómete ese culo! Mueves la elástica inferior de mis suspensorios para dejar al descubierto mis genitales. Agarras mi verga y la halas hacia atrás, está goteando abundante líquido preseminal. Tu lengua se pasea desde la punta de mi pene en dirección a mis bolas, lames por un ratito y finalmente llegas a la entrada de mi cueva usando tu endemoniada lengua para hacerme gemir de placer. Tú me pones cada vez más caliente, me dices que escupa en la palma de tu mano derecha los restos de esperma que aún tenía en mi boca y la usas como lubricante. Tus gruesos pulgares sondean mi agujero, uno a la vez. Ahora pones lubricante en mi culo y se sienten aún mejor, mientras sigues hurgandome el culo. Mis gemidos se hacen más fuertes todavía, especialmente mientras masajeas mi próstata, lames mis bolas o me chupas la verga. Ya no aguanto más! Por favor papi, preparara muy bien mi agujero para poder tomar tu enorme verga por completo, sabes muy bien cómo me gusta ofrecerle mi culo a un hombre de verdad como tú. Quiero ser todo tuyo, quiero ser poseido por tu potente miembro viril.

Agarras el consolador inflable que tengo en el cajón de mi mesita de noche, con núcleo duro y dieciseis centímetros de longitud insertable. El espesor sin inflar es más o menos como un plátano delgado, después de haber sido inflado es como una lata de gaseosa. Pones una generosa capa de lubricante a base de silicona y lo empujas contra mi agujero, el gel se siente un poco frío, pero no me importa, lo metes y lo sacas hasta que me lo insertas por completo. Quieres que lo mantenga dentro como una especie de tapón; coges una correa delgada de cuero que una vez de perteneció a una bolsa de hombro, lo pones en mi cintura y lo aseguras con un clip metálico, la parte restante de la correa baja por la raja de mi culo muy bien apretada, haces un bucle en el otro extremo de la correa rodeando la base consolador, manteniéndolo así en su lugar. Vuelves a acomodar mi suspensorio negro cubriendo mis genitales de nuevo, unos cuatro centímetros del consolador sobresalen de mi culo. La bomba de aire para inflar el consolador y la manguera de goma que lo une a él, cuelgan entre mis piernas como si yo tuviera una cola.

Ahora dices que ha llegado el momento de aprender una lección antes de poder tomar tu hombría por completo, azotas mi culo con tus manos abiertas y me dices que me acueste boca abajo. Comienzas a apretar la bomba de aire unas cinco veces y puedo sentir el consolador expandiendo mi recto, me das dos fuertes nalgadas, lames el área afectada mientras dejas escapar el aire del consolador. Repites el procedimiento aumentando el número de veces que aprietas la bomba de aire haciendo que el consolador sea cada vez más grueso, ahora esperas más tiempo antes de soltar el aire, llega un momento en que mi esfinter anal está estirado hasta el límite. ¡Papi, suelta el aire de una buena vez por favor! Sabes que haré todo lo quieras hacer conmigo, ¡ponle fin a este tormento! Finalmente liberas el aire del consolador y me dices que tengo que servir tu verga, cambias de posición, agarras una almohada muy gruesa y la pones debajo de mi cabeza. Tus rodillas están al nivel de mis axilas, mueves tus caderas de lado a lado para que tu enorme pene abofetee mi cara. Me ordenas lamer tus bolas bien y hacer lo mismo con tu verga, morder suavemente tu prepucio y lamerle por un rato. Puedo saborear el líquido preseminal que se ha venido acumulando desde que acabaste en mi boca. Si no lo hago como quieres, me recuerdas quién tiene el control y comienzas a apretar la bomba de aire para hacer crecer el consolador de nuevo. Ahora quieres que tome tu verga dentro de mi boca y me la trague lo más que pueda.

Agarro tu verga con mi mano derecha y la meto en mi boca, es tan grande que aún incluyendo mi puño la puedo sentir más allá de la puerta de mi garganta. Decides darme una lección práctica de cómo se deben chupar vergas, te das la vuelta y ahora estás en cuatro encima de mí, tus rodillas junto a mis hombros para que yo pueda ver tu trasero peludo y grandes bolas colgando sobre mi cara. ¡Qué vista! Me dices que lama la parte de atrás de tus bolas, yo hago el área muy húmeda, presiono y froto mi pulgar entre tus bolas y tu culo, empiezas a bombear más aire en el consolador hasta el límite, me quitas el suspensorio y me dices que mantenga mis piernas dobladas y separadas para que admires mi culo sodomizado. Sueltas el bucle de la correa de cuero que impedía que el consolador se saliera de mi culo, sale expulsado haciendo un raro sonido. Hurgas mi ano con tus dedos pulgares y notas la diferencia, mi culo está en su punto para ser penetrado por tu grueso rolo! Deshaces la correa de cuero alrededor de mi cintura y ahora estoy completamente desnudo. Debido al calor en la habitación mis bolas cuelgan muy bajo. Me chupas la verga hasta el fondo, ¡se siente tan bien! Ay papito, realmente sabes como volverme loco! Me gustaría tragarme tu verga como lo haces con la mía, pero es tan enorme. Ahora agarras la correa de cuero para mis genitales, la abrochas muy bien alrededor de mis bolas haciendo que mi pene se ponga bien duro y mis bolas hipersensibles a cualquier estímulo, lames mis bolas con tu diabólica lengua casi haciéndome perder la razón de tanto placer. Ahora tomo tu verga chorreando abundante liquido preseminal en mi boca, tus grandes bolas cubren mi nariz. Ahora estás de espaldas y es mi turno de poner la correa para sujetar tus bolas y anillo de acero para tu pene, manteniéndolo así henchido y férreo.

La hora de la verdad ha llegado. Me apoyo en mis rodillas, mi cabeza contra el colchón y mi culo en alto, mi lubricado agujero es el objetivo de tu ignea barra caliente. ¡Adelante! Estoy completamente listo para recibirla! Siento la creciente presión de esa enorme cabeza en forma de hongo contra mi estrecho ano, resistiéndose a ser penetrado, tu poderosa verga se desliza cada más adentro centímetro a centímetro, hasta que siento el suave golpe de tus bolas contra mi trasero. Mi culo ha sido completamente conquistado por tu espada, estoy a tu merced.

Se necesita un poco de tiempo antes de que mi esfínter se acomode al grosor de tu verga, me agarras por mis hombros con firmeza para conseguir un agarre perfecto. Muy suave al principio, y con crecientes vaivenes clamas mi culo como tuyo. ¡Oh, sí papá! Dame duro por el culo con toda tu pasión de semental, cógeme fuerte y rápido, lo estoy tomando como un hombre, me encanta sentir tus pesadas bolas golpeando mi culo, sólo un hombre con tú sabe cómo utilizar su potente rolo para satisfacer mi hambriento agujero. ¡Cójeme!¡Hazme tuyo! ¡Penétrame hasta el fondo! Mi pene y mis testículos oscilan en todas direcciones impulsados por tu potente pelvis chocando contra mi culo.

Después de un largo rato, nos movemos hacia abajo como un solo ser todavía empalado por tu verga y me montas, tu peludo cuerpo está en pleno contacto con el mío, tu lengua lame mi cuello, tus labios mordisquean los lóbulos de mis orejas y tu voz tan varonil susurrando en mis oídos lo mucho que disfrutas mi dulce culo, ¡es todo tuyo y tú lo sabes! De repente emites roncos gemidos que anuncian los ríos de tu caliente esperma inundando mis entrañas. ¡Dispara tu leche papito! ¡Lléname con tu preciosa semilla! Estás temblando y gruñendo con enorme placer, tu verga y mi culo están en perfecta comunión. Quiero sentir tu henchida verga dentro de mí, manténla allí durante el tiempo que desees, permanece encima de mí descansando. Cuando finalmente sacas tu miembro viril, arroyos de semen fluyen de mi agujero todavía dilatado, empapando mi peluda raja y corriendo hacia mis bolas.

Ahora estás de espalda y nos acariciamos por un buen rato, tu pene se recupera con bastante rapidez. Me pongo de cuclillas y tomo tu verga hasta las bolas, subo y bajo como un pistón, de izquierda a derecha, adelante y atrás, tu gimes de placer y tus ojos centellean, sí papá me encanta montar esa rica verga que me hace delirar de placer. Me agarro de tus hombros y flexiono mis piernas para apalancarme con los pies y mover las caderas hacia arriba y hacia abajo, se siente tan bien! Me reclino sobre tu pecho para que poder besarnos mientras sigues metiendo y sacando tu verga con euforia. Vuelvo a la posición original y con cuidado giro sobre tu pene, ahora estoy mirando hacia tus pies y puedes ver cómo tu pene entra y sale de mi agujero, aprietas y palmeas mi culo mientras tomo tu verga por completo. Ahora me reclino hacia atrás sobre ti, juegas con mi verga con una mano y pellizcas mis tetillas con la otra, mientras tienes tu grueso palo dentro de mí, viramos hacia nuestro lado derecho, me sostienes con firmeza con tu brazo izquierdo, levanto mi pierna izquierda, y así puedo juguetear con tus bolas mientras me penetras, viramos de nuevo y ahora estás encima de mí dándome bien duro por el culo. Sí papito, así me gusta hazlo como que fuera la última vez.

Ahora estoy de espalda mientras sostienes mis piernas abiertas agarrándome por los tobillos, tus ojos golosos miran mi agujero abierto esperando por más, metes tu verga sin usar las manos. Comienzas a embestirme cada vez más rápidamente, cómo me gusta tu verga dentro de mí. Miro directamente a tus ojos ardiendo en pasión, tu cuerpo sudoroso está muy caliente. Gotas de sudor ruedan de tu frente y caen sobre mi pecho, la fricción contra mi próstata es tan intensa que me haces acabar sin tocarme. No puedo articular sonido alguno, es damasiado placer. Tengo que cerrar mis ojos, me haces eyacular tan intensamente que chorros de semen vuelan hacia mi cara y caen sobre mi pecho.

Colapsas a mi lado con una gran sonrisa en tu cara, agarras una toalla para limpiar suavemente nuestras caras. Nos abrazamos y dormimos una siesta. Me siento en el cielo. Quiero despertarme sintiendo tu pulsante verga contra mi culo, sabiendo que quieres reclamarlo una y otra vez hasta que no quede ni una gota más de tu simiente en esas grandes bolas que tienes...

FIN?

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16 Gay Erotic Stories from Federico

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I Dream of Daddy

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Web-01: vampire_2.0.3.07
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