Gay Erotic Stories

Todos los amigos de John eran muy bien parecidos y en buena forma. Patrick vino desde de Texas, era un sesentón con bigote en forma de herradura completamente blanco, conocía a John de cuando ambos solían vivir en San Antonio. Dan era originario de Israel, tenía alrededor de 50 años y ya estaba retirado, un candado entrecano era el perfecto marco para su sexy sonrisa. Peter era un acaudalado inglés, para ese entonces vivía en Houston y planeaba regresar a Londres, también tendría unos 50 años de edad. Una barba negra muy bien cuidada contrastaba con lo pálido de su piel. Joachim era el más joven del grupo,tendría unos 45 años y portaba un mostacho marrón oscuro. Era alemán y había emigrado tras la caída del muro de Berlín.

Tuvimos un buen momento durante la cena de Acción de Gracias incluyendo a nuestros vecinos. Los visitantes pasarían el largo fin de semana en la ciudad. Después de cenar nos fuimos todos a Nueva Orleans, que estaba a una hora de distancia y vimos la película "Broken Hearts Club", al menos fue una comedia decente, nada deprimente como muchas películas de temática gay suelen ser.

Durante el viaje de regreso a casa, John me hizo saber que Patrick se quedaría esa noche con nosotros. Me sorprendió el anuncio porque sólo había un dormitorio en nuestro apartamento. Papi Patrick (me dijo que lo llamara así) tenía puesta una camiseta blanca y pantalones ajustados que le quedaban muy bien. Cuando al fin llegamos al apartamento, noté la intensa manera en que Papi Patrick me estaba mirando y entró directamente a nuestra habitación. John me pidió que me quedara en la sala porque tenía que decirme algo muy importante.

Me confesó que había sido amante de Patrick por varios años, en ese entonces John todavía era un seminarista. Ahora ambos eran miembros de una hermandad secreta llamada "La Cofradía", conformada en su mayoría por ex-religiosos, militares retirados y hombres influyentes, cuyas raíces se remotaban hasta los Caballeros Templarios. "Lo quieras o no, como mi protegido pasarás a formar parte de dicha sociedad. No sin antes pasar algunas pruebas... Le he contado a Patrick lo bueno que eres y él insistió vehementemente en que quiere conocerte en el sentido bíblico..."

Yo estaba en shock, no podía creer que él me pidiera tener relaciones sexuales con un hombre que apenas acababa de conocer, en nuestra propia cama. "Patrick es uno de los más altos jerarcas y quiero que le atiendas con esmero. No importa lo que te pida hacer, simplemente hazlo como si fuera yo, para eso te he entrenado muy bien... no me hagas quedar mal. Vamos al dormitorio ahora mismo antes de que se impaciente".

Papi Patrick estaba tumbado en la cama usando solamente unos calzoncillos de lycra color azul eléctrico. Su pierna izquierda estaba doblada con el pie apoyado sobre la cama, mis ojos fueron capturados inmediatamente por su impresionante bulto. Tenía el pecho peludo y francamente se veía irresistiblemente sexy.

"Muy bien John veo que cumpliste con tu palabra y me lo trajiste en bandeja de plata, déjame a solas con él y prepárate porque tengo planes para toda la noche". John dejó nuestra habitación y cerró la puerta detrás de él.

"Quítate toda la ropa pero déjate puesto el supensorio blanco que estás usando". Se dio cuenta de mi cara de sorpresa y añadió: "Sí muchacho, sé lo que llevas puesto y lo que significa. Poco te imaginabas esta mañana que estabas preparando ese culo para mí, eh?". Soltando una sonora carcajada.

Me sentía desnudo aún antes de quitarme la ropa, sus penetrantes ojos castaño oscuro devoraban cada rincón de mi cuerpo. "Date vuelta y muéstrame bien tu trasero... Oh sí, bien peludito! Así es como me gustan, primero quiero comértelo muy bien, luego meteré y sacaré mi verga con el ímpetu que todavía me queda... te lo llenaré con mi leche caliente".

Empezó a jugar con su bulto y me dijo que me acercara. Agarró mi glúteo izquierdo con su mano derecha y lo apretó fuertemente, guió mi mano derecha hacia su paquete y me dijo que le sintiera sus pelotas. "¿Te gustan? Están llenas de crema caliente como lava de volcán que hará erupción dentro de ti".

Papi Patrick se sentó en el borde de la cama, agarró mis nalgas firmemente con ambas manos mientras presionaba su rostro contra mi bulto. Movió la tela del suspensorio hacia un lado descubriendo mi verga, la lamió y concentró su atención en mi meato urinario lamiéndolo con la punta de su lengua. Pasado un rato, cubrió mi verga de nuevo, se levantó y me dio un beso francés, su lengua húmeda y caliente exploró cada rincón de mi boca. Besaba muy bien, me dijo que me montara a gatas sobre la cama, apoyándome sobre mis codos y rodillas.

"Eso es, levanta bien ese culo... sé que esto te va a encantar". Apartó mis nalgas y me lamió con su ágil lengua tratando de penetrame con ella, los pelos de su bigote se sentían muy bien contra de mi trasero. Empecé a gemir más y más fuerte. Me dio varias palmadas y dejó mis genitales al descubierto. Empezó a chuparme la verga y lamer mis bolas hasta llegar al ano y luego comenzaba todo de nuevo, así hizo varias veces.

Se puso en frente de mí y presionó su bulto contra mi rostro, sus pantaloncillos tenían una gran mancha de líquido preseminal. Me dijo que mordiera suavemente su verga aún cubierta por la tela, entonces bajó sus calzoncillos por completo y me golpeó la cara con su pene desnudo. Su verga tenía un tamaño perfecto, no demasiado grande y definitivamente nada pequeña.

"Chúpamela y pónmela bien dura". Tenía puesto un anillo de acero inoxidable para mantener su erección, su abundante líquido preseminal combinado con mi saliva se convirtió en una especie de lubricante natural. Embadurnaba sus dedos y me lo untaba en el culo haciendo mi agujero húmedo y resbaladizo.

Cuando su verga estuvo bien dura, se movió detrás de mí y la apuntó contra mi culo. "Este viejo semental te va a demostrar cómo se coge entre hombres: te voy a dar bien duro por ese culo, meteré y sacaré mi pene rápidamente como el pistón de una locomotora". Aplicó lubricante a base de silicona sobre su verga y me embistió con ella. Tras un par de intentos su verga entró por completo y sentí sus bolas contra mis nalgas, los embates de su verga fueron cada vez más y más enérgicos, su mano derecha estaba sobre mi hombro derecho y el puño izquierdo enrollado en la elástica de mi suspensorio.

"Arre potrillo! Toma mi dura verga hasta el fondo, sé que te gusta, no lo puedes negar... ". Realmente lo disfruté bastante, sobre todo el golpeteo de sus pesadas bolas contra mi trasero, mi pene se balanceaba en todas direcciones por la fuerza de sus embestidas. Después de un buen rato pasamos a una posición completamete horizontal, él permaneció montado sobre mí poseyéndome con rítmo eufórico. Sentí su pecho peludo contra mi espalda y sus dientes mordisqueando los lóbulos de mis orejas, así como el caliente resoplido de su agitada respiración.

"¡Qué culo tan sabroso, podría cogerlo durante toda la noche". Cuando él estaba al borde del climax, metía su verga los más profundo que podía y se quedaba completamente inmóvil descansando encima de mí durante unos minutos. Repitió esta rutina unas tres o cuatro veces. Cambiamos de posición, esta vez yo estaba de espaldas y él me sujetó por los tobillos manteniendo mis piernas bien abiertas mientras empalaba su férrea verga muy dentro de mí, podía sentir como su henchido glande golpeaba contra mi próstata, el placer era tan intenso que yo no podía articular sonido alguno, él me miraba fijamente con sus ojos ardiendo en fogosa lujuria.

Un fuerte gemido anunció la liberación de su caliente esperma. Sacó su pene, dejó caer mis piernas sobre la cama y rápidamente se puso de cuclillas sobre mi pecho. "Saca tu lengua y toma tu ostia como todo un buen cristiano!". Cremosos bólidos de esperma cayeron sobre mi lengua. "Eso es, trágatela toda y no desperdicies ni una sola gota de mi preciada hombría!".

Cayó junto a mí extenuado, me dijo que me pusiera en cuatro y le lamiera el semen que seguía escurriendo de su verga. Con voz de trueno llamó a John. "Bien hecho! Esta vez realmente supiste cómo elegir tu muchacho, el mejor culo que he tenido en muchos años". John apartó mis nalgas y pudo ver cómo chorreaba la esperma de mi aún dilatado ano, eso lo excitó sobremanera, lubricó su verga y sin ningún preludio comenzó a penetrame con ímpetu.

Papi Patrick se puso de pie y jugó con su miembro viril viendo cómo John me hacía suyo, con movimientos cada vez más intensos haciéndome gemir cada vez más fuerte. Se paró justo detrás de John y pellizcó sus tetillas. Se turnaron para penetrarme, fue como una competencia para ver quien me me hacía gemir más duro. Cuando fue la tercera ronda de John, Papi Patrick le dijo: "No te muevas! Ahora mismo te voy a meter mi verga por ese culo. Tantísimo tiempo sin hacerlo.... seguirás siendo mi muchacho por siempre". Papi Patrick era muy dominante y me asombró que John fuera tan complaciente con él, fue penetrado sin chistar.

"¿Todavía te gusta mi verga henchida en tu culo?" Los gemidos de John fueron la respuesta a ello. Cambiamos de posiciones, yo hice un sesenta y nueve con John, mamando nuestras vergas ávidamente mientras yo podía ver el miembro de Papi Patrick en plena acción. Que vista tan excitante! Acabamos casi al mismo tiempo, John se tragó toda mi esperma, yo hice lo mismo con la de él y cuando Patrick sacó su verga del culo de John, su crema caliente chorreó sobre mi cara. John me quitó el suspensorio y me limpió la cara. Nos abrazamos por un buen rato y nos fuimos a la ducha, enjabonamos mutuamente nuestros cuerpos, nos secamos y volvimos a la cama completamente desnudos.

Me quedé dormido entre ellos, pero siguieron muy inquietos. De vez en cuando sentía sus penes erectos contra mi cuerpo, manoseaban mis nalgas y guíaban mis manos hacia sus genitales. En medio de la noche me desperté cuando Papi Patrick se levantó como un resorte, quitó la manta que nos arropaba, me agarró por los tobillos y me arrastró hasta que mi trasero estuvo en el borde de la cama.

John se puso de cuclillas sobre mi cara. "Chúpame bien las bolas y lámeme el culo también", me levantó las piernas y las mantuvo dobladas bajo sus axilas, dejando así mi ano completamente expuesto para que Papi Patrick pudiera hacer lo que quisiera... nuevamente me hizo delirar con su experta lengua.

Ellos intercambiaron posiciones. "Mis huevos también necesitan atención, lámelos bien pero no se te ocurra meterte con mi culo, yo soy un macho de verdad, no como ustedes que les encanta que les midan el aceite".

Después de un rato John giró mi cuerpo ciento ochenta grados, de manera que mi cabeza quedó colgando sobre el borde de la cama, Papi Patrick tomó mi verga en su boca hasta que sentí sus labios en contacto con mis bolas, mientras tanto John metió su verga hasta el fondo de mi garganta. Luego intercambiaron posiciones de nuevo. "Abre bien esa boquita y toma mi verga hasta el fondo". Sentí las bolas de Papi Patrick bamboleando contra mi nariz, mientras metía y sacaba su verga de mi boca.

Me hicieron gatear sobre la cama, dejando mi cara apuntando a la esquina inferior derecha del colchón. Ambos estaban allí de pie dándose un beso francés, mientras que yo alternativamente me tragaba sus vergas hasta llegar a sus bolas o las tomaba ambas a la vez sintiendo como estiraban mis cachetes y las comisuras de mis labios al máximo.

Papi Patrick se movió hacia mi retaguardia y metió su verga mientras yo tomaba el pene de John en mi garganta, siendo penetrado por ambos extremos simultáneamente. Cuando fue el turno de John, Papi Patrick se puso debajo de mí y me la chupó, viendo cómo la verga de John me embestía. Se turnaron dos o tres veces más, uno me daba por el culo y el otro me lamía las bolas o mamaba mi pene, hasta que ambos acabaron dentro de mí. Después de toda esta acción finalmente se quedaron dormidos profundamente. Quedé atrapado entre ellos y me quedé dormido sintiendo como los pelos de mi culo se iban empapando con el semen que fluía como un arroyo desde mi recién poseído ano.

Ese viernes por la mañana nos despertamos muy tarde, todos teníamos erecciones matutinas y formamos un triángulo sobre la cama: Papi Patrick chupó mi verga, yo la de John y él la de Patrick. Cada uno acabó en la boca del otro, nos levantamos y nos besamos intercambiando nuestra esperma en un beso simultáneo, mientras masajeábamos nuestros traseros.

Fui al baño para preparar mi culo, pues seguramente vendría más acción durante ese día. John se quedó en la cama con Papi Patrick discutiendo los planes para el resto del fin de semana largo. Se unieron a mí en la ducha más tarde, nos vestimos y salimos a uno de los muchos restaurantes en el Boulevard Sherwood, nos reunimos con el resto de los amigos de John y tuvimos un suculento almuerzo. Ya sabía que lo que unía a estos hombres no era una simple amistad. Después de casi tres horas de risas y compartir historias regresamos al apartamento de John. Era un poco obvio que todos sabían lo que ocurriría a continuación, excepto yo.

Continuará ..