Gay Erotic Stories

La historia que les voy a contar es real y me ocurrió hace unos 7 años, en Santiago, mi ciudad. Por esa época, tenía 20 años, yo recién estaba descubriendo mi verdadera sexualidad, a pesar de que era muy conocido por la cantidad de pololas que había tenido. Mis padres habían hecho un buen trabajo conmigo y a las chicas les gustaba. Desgraciadamente, a mi las chicas me gustan pero no tanto y empezaba a fantasear con varios de mis compañeros de primer año de la Universidad. Sin embargo, con el que más fantasías tenía era con un primo, José Miguel (JM), de quien estaba seguro algo pasaba por ese sexto sentido que tenemos los gay para poder reconocernos. En una oportunidad, me fui a pasar el fin de semana a la casa de JM, porque mis tíos iban de viaje y JM que era hijo único no quería quedarse solo. Acepté la invitación sin muchas ganas porque tenía otros panoramas, pero en fin, primero esta la familia. En la noche de aquel sábado, no recuerdo muy bien cómo ocurrió, empezamos a hablar de todo un poco y al poco rato estabamos haciendo pruebas de fuerza. Obviamente JM me ganaba porque era mucho más deportista que yo y tenía un muy buen cuerpo además de ser bastante buenmozo. En medio de la lucha libre, me calenté muchísimo y creo que JM también porque a través de los pantalones podía sentir su pico, duro como roca, pero no me atrevía a tomar la iniciativa. Fue él el primero en dirigir las acciones al sexo. En una llave de judo -otra de sus especialidades- aprovechó para poner mi trasero justo en su paquete y me dejó así sin poder moverme (bueno yo tampoco quería moverme). Con eso ya estaba claro lo que quería y él ni tonto ni perezoso, empezó a correrme mano sacándome la ropa. Una vez que me tuvo sin ropa me hizo arrodillarme frente a él para chupárselo. La verdad, nunca antes había tenido un pico en mi boca y la experiencia me pareció fantástica. Además, debo reconocer que JM me gustaba mucho, así que le permitiría lo que él quisiera. JM es un chico atlético, buenmozo, pelo castaño largo, ojos café, su pene mide unos 16 cm y por esa noche y varias más pude disfrutarlo al máximo. Fue él quien me enseñó las maravillas de ser penetrado en todas las posiciones imaginables, en forma suave y muy excitante. Pero no es esta la historia que quiero contarles, sino otra a la que JM me llevó. Tiempo después de esta experiencia con JM y luego de que seguimos viéndonos como pareja, un día me invitó a una partida de poker con unos amigos suyos que se haría en la casa de uno de ellos el sábado siguiente, sin darme más detalles. Yo acepté de buena gana porque el naipe era una de las pocas cosas en que yo era especialista. Llegó el sábado de la partida y JM pasó a recogerme a mi casa como a las 21:00 hrs. Cuando llegamos a la casa del amigo que quedaba en Santa María de Manquehue, uno de los barrios más elegantes y exclusivos de Santiago, los demás ya estaban ahí. Eramos 5 en total, JM, yo, Luis, Andrés y Claudio. Cuando entramos todos se me quedaron viendo como quien examina un ganado, de inmediato me di cuenta que algo pasaría esa noche pero hasta ahí no me imagina qué. Luis, era un chico de unos 19 años, moreno de ojos negros, con espaldas anchas como nadador y de pelo crespo, era el menor de todos. Andrés, el dueño de casa, era rubio, de ojos azules, muy, muy atractivo, sobre todo cuando sonreía, tenía unos 25 años, y Claudio era un gordito de pelo castaño muy normal, con facciones un tanto toscas. Nos pusimos a conversar de deportes, chicas, política, etc., mientras tomábamos unas cervezas. Entretanto Andrés preparaba la mesa de juego en una sala especial de juegos, donde había además una mesa de Pool, una de ping-pong y otros. Empezó la partida y en ese momento fui notificado que se trataba de un strip poker y que el que perdía debía pagar una multa que los demás ganadores acordarían. Como tenía muchas ganas de ver a Andrés sin ropa, me empecé a calentar con el sólo anuncio y ya estaba dispuesto a cualquier cosa. La primera mano, la perdí y tuve que entregar mi camisa, ante la risa cómplice de todos los demás, luego seguimos y perdió Claudio 3 veces seguidas quedando sólo en calzoncillos. Todos nos reíamos y hacíamos burla de los rollos y de lo gordo que estaba. Tras sus calzoncillos se notaba un paquete duro bastante grande y gordo como él. El juego siguió y perdíamos alternativamente JM, Andrés, Luis y Yo. El primero en quedar sólo en calzoncillos fue Andrés y la verdad que casi acabé cuando se bajó los pantalones. Era un chico que podría haber estado en cualquier revista de modelos y se notaba que tenía un pico enorme, no tenia nada que envidiarle a Brad Pitt. Luis, que era bastante callado, ganaba casi siempre, sólo había perdido la camisa y cuando se la sacó mostró un pecho musculoso con pelos abundantes pero que no le ocultaban unos bíceps muy bien construidos. No sé si fue a propósito pero al final perdí, ante la fiesta de risas y aplausos que hicieron los demás, cuando me hicieron caminar hasta el medio de la sala para sacarme los calzoncillos, JM tomó la palabra y dijo: -"aquí todos saben de nuestra relación y este juego era para incorporarte a nuestro grupo pero primero debes cumplir con nuestra ceremonia de bienvenida que consiste en que debes hacer TODO lo que te digamos durante esta noche, sin reclamar ni resistirse." Ante el aplauso y vítores de los demás, lo único que atiné a decir fue: -"Bueno, déjense de bromas y terminen el hueveo, porque esto no es gracioso" -"Esto no es ningún hueveo, dijo Andrés, tienes que chuparnos el pico a cada uno y tragarte nuestro semen las veces que queramos y luego nos ocuparemos de tu poto por turnos. Si alguno no queda satisfecho puede pedirte más". Todos gritaron y aplaudieron de nuevo. Dirigiéndose a los demás les dijo que se sacaran la ropa y se prepararan para la ceremonia. Luego de que estaban todos desnudos exhibiéndome sus picos y jugueteando con ellos, me dijo: -"muy bien, ahora tú debes elegir quién es el primero". Fue una mezcla de fantasía y pesadilla. No tenía problemas con chupar los picos, hasta sería increíble poder diferenciar los distintos sabores de cada uno, pero tiritaba de susto con el sólo pensar en la penetración, porque aunque todos tenían un pico bastante atractivo y bien formado, no sabía si todos lo harían tan cuidadosamente como lo había hecho JM todas las veces que me penetró. Con la sola visión que tenía de esos cuatro sementales esperando su turno, cada uno con el pico en la mano y en actitud desafiante, me decidí. Sabía que sería una noche para recordar. Primero me acerqué a Andrés, me arrodillé ante él y empecé a acariciar sus bolas- -"Para empezar no está mal", me dijo mirando hacia abajo, -"pero puedes hacerlo mucho mejor", agregó. Tomé la cabeza de su pico entre mis labios, tratando de meterle la lengua en el orifico para no perder ningún fluido de sus bolas. Su sabor era delicioso, me lo tragué hasta sentirlo tocar mi garganta y así estuve con él un largo rato, me habría quedado toda la noche así, con ese pico de 17 cm., bien formado, sin circuncidar, levemente curvado hacia arriba, luego seguí chupándoselo a Claudio, que tenía un pico enorme, no menos de 20 cm de largo y tan grueso que apenas me cabía en la boca, pero no lo hice mal por la forma cómo suspiraba. Claudio estuvo a punto de venirse en mi boca. Luego fue el turno de Luis, que tenía el pico más chico de todos (típico de los físicoculturistas, que tratan de agrandar los músculos para ocultar lo pequeño de lo otro), era de unos 13 cm, delgado y con muchísimo bello púbico. También me arrodillé frente a él y comencé la tarea que ya me tenía excitadísimo. Luis me agarró la nuca y empezó a "culiarme" por la boca con fuerza, traté de separarme porque era un poco incómodo pero no pude, hasta que acabó en mi boca con un chorro de semen que me llegó hasta la campanilla y se me rebalsó por todos lados, parecía que hacía mucho tiempo no se descargaba. La experiencia, aunque incómoda, fue muy especial, porque su semen me dejó un gusto a hombre muy bueno y todos los demás lo felicitaron, lo que relajó un poco el ambiente. Seguí con mi conocido JM y sus 16 cm de gruesa carne, como ya era habitual, JM también acabó en mi boca y debo reconocer que su semen me gustó mucho más que el de Luis, quizá era porque JM me gustaba y Luis aunque buenmozo, tenía un pico muy chico. Terminada la primera parte, Andrés volvió a la carga y sentado en un sillón, me hizo chupárselo de nuevo. Esta vez estaba dispuesto a terminar con él así que hice el mejor trabajo que pude, le metí un dedo en el poto, lo que le gustó mucho, porque gimió bastante y eso apuró la explosión de semen más deliciosa que he tenido en mi vida y de él no me perdí nada porque me lo tragué con gusto hasta dejarle el pico limpio sin rastro de ese delicioso manjar. Luego de eso tuve que trabajar con el pico de Claudio y me costó un mundo hacerlo acabar, no se pueden imaginar lo difícil que es chupar un pico de esas proporciones, le metí uno, dos y hasta tres dedos en el poto para que la gozara pero igual fue duro. Su semen no me gustó tanto, tenía un cierto sabor agrio, distinto al de los demás, pienso que los gordos le agregan un % de grasa al semen que le cambia el sabor. Mientras le chupaba el pico a Claudio, escuchaba a los demás comentar sobre mis habilidades en esta materia, y a JM describir con todo detalle las posiciones en las que me había penetrado. Escuchar esa conversación me calentó mucho y habría permitido en ese momento que me penetraran los 4 a la vez. Luis hizo que me pusiera de espaldas sobre una mesa con la cabeza colgando hacia abajo para poder chupárselo nuevamente, mientras lo hacía los demás se acercaron a acariciarme el pico y las bolas, meterme dedos en el poto, morderme las tetillas, en fin, me tenían super alucinado, luego de un rato, repentinamente Luis retiró el pico de mi boca y acabó en la cara con un chorro caliente y espeso. Volvió a metérmelo en la boca y termino de acabar allí, luego se acercó a mi cara y recogió con su boca el semen, me dio un beso y puso el semen en mi boca. Pensé que eso me haría acabar a mí también pero los demás no lo permitieron. A esas alturas, lo único que quería era acabar lo más pronto posible porque sentía que mi pico iba a estallar, pero no me dejaban ni siquiera tocármelo así que era muy difícil. Después de haber probado el semen de todos, los muchachos descansaron un poco y tomaron algunas cervezas mientras JM me atracaba en un sillón. No debe haber pasado mucho rato cuando se acercó Andrés y le pasó algo a JM que era como un tubo. De inmediato supe que era un lubricante, porque JM empezó a sacar un poco en su dedo y ponérmelo en el poto mientras metía y sacaba su dedo, suave y rápidamente, cuando estuve listo a juicio de JM, me preguntó -"A quién quieres primero?". No sabía que hacer, porque estaba que no daba más pero no me perdería ni por nada lo que iba a pasar. Elegí primero a Luis, no porque me gustará más sino porque su pico chico me daba cierta tranquilidad y, además, porque con él podría prepararme para los otros. Luis, que tenía ciertas manías, me dijo que me pusiera de espaldas sobre una mesa y con los pies sobre sus hombros empezó a penetrarme. A pesar de su pico chico, me dolió bastante porque lo hizo muy fuerte pero igual lo disfruté hasta que acabó dentro de mí. Mientras me culiaba los demás me besaban y me ponían el pico en la cara y alentaban a Luis. Luego fue el turno de Andrés. Eligió ponerme en cuatro patas como un perro para penetrarme por atrás y lo disfruté tanto como con JM porque haber elegido primero a Luis sirvió mucho. No me dolió nada y entró con una facilidad increíble, como si fuera una película porno. Mientras Andrés me penetraba, a veces suavemente y a veces con fuerza, JM se arrodilló frente a mí e hizo que se lo chupará de nuevo. Teniendo dos picos para disfrutar, uno por cada lado, fue lo más espectacular de la noche, cuando terminaron y me dejaron lleno de semen en el poto y la boca, ya no podía más de cansado y les pedí que me dieran un descanso, no tenía problemas en seguir haciendo lo que quisieran pero necesitaba un poco de relax. Andrés estuvo de acuerdo y mirando mi pico, duro como una roca y palpitando a punto de estallar les dijo a los demás "-bueno muchachos, ahora nos toca a nosotros, nadie le ha puesto un poco de atención a estos 18 cm, que parecen estar muy buenos.". Luis fue el primero en ofrecerse, se puso un poco de lubricante en el poto y luego se puso en cuatro patas para que yo lo penetrara por atrás. Me costó metérselo , pero lentamente fue entrando mientras Luis gritaba de dolor y gemía de placer. No pasó mucho rato hasta que empalmamos perfectamente y encontramos el ritmo adecuado. Yo estaba tan caliente que sabía que no iba a durar mucho. Luis se fue recostando poco a poco hasta quedar casi acostado sobre la alfombra y yo sobre él. En eso sentí que Claudio se puso sobre mí y empezó a presionar para metérmelo. El dolor que sentí era tan intenso que parecía que nunca antes me habían penetrado, se me llenaron los ojos de lagrimas pero me fui relajando poco a poco hasta que sentí su bello púbico y bolas chocar contra mi poto, mientras él me lo metía el mío entraba en Luis y cuando Claudio lo sacaba para volver a la carga el mío también salía del poto de Luis. Estuvimos así unos 10 minutos hasta que acabé en el más indescriptible placer que he tenido, al poco rato Claudio también acabó y nos quedamos tendidos un rato hasta que Luis empezó a reclamar porque se estaba ahogando por el peso nuestro. Mientras eso ocurría, JM y Andrés que estaban en un 69 sobre el sillón, terminaron diciéndome que ninguno de ellos había podido ser penetrado por Claudio tanto rato cómo yo lo había sido. El resto de la noche seguimos haciendo el amor, en parejas y terminamos durmiendo en distintas partes. A la mañana siguiente me duché con Andrés, y acabé en su boca por última vez. En esa época no nos preocupaba mucho el SIDA así es que nadie usó condones y seguimos todos vivos y sin problemas (menos mal), somos profesionales, algunos se casaron y tienen hijos, pero nunca hemos vuelto a repetir lo que hicimos esa noche, sólo de repente nos arrancamos por ahí por un rato de sexo. Aramis Si quieren enviarme sus comentarios, pueden hacerlo a el_mosquetero@hotmail.com