Gay Erotic Stories

Doble regalo especial o concierto de placer en Fa...Lo mayor Por Danilo Vivo en Tijuna, México y este verano recibí el mejor regalo de cumpleaños y por partida doble. Siempre he deseado gozar de un hombre recibiendo su verga por el culo, pero mi amante de los últimos años solo me permite mamársela y que le dé yo a él pero nunca ha querido cogerme a mí. El mes pasado, cuando se acercaba el día de mi cumpleaños, una pareja amiga (hombre y mujer) --más derechos que una flecha-- me ofrecieron un regalo muy especial. "Danilo, queremos que vayas al Hotel X esta noche justo a las 9 p.m.", me indicaron, "tenemos algo muy especial para tí y estamos seguros de que te gustará mucho". Yo pensé que se trataría de una fiesta sorpresa y no quería defraudar a mis compañeros de oficina así que les prometí que ahí estaría puntual. Al llegarse la hora de la cita, me presenté en el hotel en cuestión (por cierto unode los mejores de la ciudad) en donde mis amigos habían hecho una reservación bajo un nombre falso y por un fin de semana completo. El ambiente estaba de lujo: Música, flores, un baño de burbujas, vino frío y una fina tanga negra en el centro de la enorme cama. "Esta fiesta promete ser algo mucho mejor de lo que me imaginaba", pensé para mí. Como no estaba dsipuesto a desaprovechar ninguno de los regalos que se me ofrecían, empecé por lo más lógico: Me desnudé para tomar un relajante baño de burbujas, tras lo cual me calé la tanga. Recién lo había hecho cuando llamaron a la puerta. Abrí creyendo que se trataría de mis amigos pero me llevé una grata y enorme sorpresa cuando ví un par de adonis. Efectivamente, ante mis ojos se encontraban dos hermosos muchachos que se presentaron como "Jonathan y Omar, si tú eres Danilo, nosotros somos tu doble regalo especial. Podemos pasar?". Qué si podían pasar?!! "Rueguen porque puedan salir", pensé. "Claro, adelante. Yo soy Danilo", les dije tratando de controlar mi voz y todas mis emociones. "Yo soy Jonathan", dijo el primero de ellos en entrar. Se trataba de un muchacho de 28 años, moreno, con músculos muy bien definidos, de unos 6í 2", una franca y cálida sonrisa era la cereza del rico pastel. "Y yo me llamo Omar", dijo su atractivo acompañante. Este chico es blanco, de 5’ 8", también de gym, su bello y juvenil rostro de unos 22 ó 23 años estaba enmarcado por una ensortijada cabellera rubia. Vaya manjares a la vista! "Ustedes son invitados a la fiesta?", les pregunté. "No, nosotros somos la fiesta, el regalo y la diversión y tú eres el festejado y el invitado de honor", dijo Jonathan con una chispa en sus ojos. "Sí, somos de la agencia de calling boys y fuimos contratados por una pareja que dijo son amigos tuyos", agregó Omar. "Vemos que llegamos justo a tiempo para celebrar así que... Feliz cumpleaños, Danilo!!" gritaron a la vez y me abrazaron apasionadamente. Yo no estaba dispuesto a perder ni un solo segundo. Inmediatamente besé a cada uno de ellos, sobre todo a Jonathan, el mayor y el más candente de los dos. Ellos se desnudaron sin dilación, aunque Omar se quedó con su bikini negro, mientras que Jonathan no dudó en lucir toda su hermosa desnudez. De cualquier manera Omar no conservó mucho tiempo su breve prenda, yo mismo lo encueré acariciando sus suaves nalgas. Rápidamente me quité la tanga y los tres nos acomodamos en la cama. Jonathan y yo nos besábamos explorando arrebatamente nuestras bocas, era como si la lengua de uno cobrara vida en la boca del otro. Al mismo tiempo, nos abrazamos y recorrimos nuetros cuerpos; el apretaba reciamente mi espalda mientras que yo le abría las nalgas y le introducía mi dedo en el culo. Luego pasé lo propio con Omar, oh! qué delicia de muchacho! La mezcla de su sudor con su precum hacía de mis dos amantes una manjar para todos mis sentidos: Se veían guapos, tocaba su suave piel, me decían cosas calientes al oído, sus vergas y culos sabían a gloria a cada lenguetazo y su varonil aroma aún permanece en mi recuerdo. Efectivamnte, luego de nuestro primer y caliente choque Jonathan me dio a mamar su verga de 8 pulgadas, derecha como un cohete. Me la tragué entera ajustando mi respiración para no ahogarme. Al mismo tiempo Omar me chupaba el palo y los huevos. Su lengua recorría mi masculidad de manera experta y fascinante. Tras unos minutos de dar y recibir lengua, cambiamos posiciones. "Voltéate y ponte en cuatro patas", me ordenó Jonathan. Yo obedecí sin chistar sabiendo que me gustaría lo que tenían preparado para mí y ya lo creo que no me equivoqué. Jonathan me lamió el culo, pero no solo eso: Su lengua realmente penetraba en mi agujero y parecía una verga compacta y flexible que me cogía con inteligencia y voluntad propias. Yo hubiera gritado de placer de no ser por que mi boca estaba a su vez ocupada lamiendo y besando el trasero de Omar. Si sus nalgas eran un par de bombones, su culo era una fresa partida por la mitad, parecía una flor rosada y apetitosa que yo no paraba de disfrutar a plenitud. Nuevamente cambiamos posiciones. Ahora tenía otra vez la verga de Jonathan metida hasta el fondo de mi garganta. Seguía yo empinado y ahora era Omar el que exploraba mi raja del culo con sus manos y su lengua. Luego de ensalivar abundantemente su culo me metió un dedo hasta dosnde éste topó con mis nalgas. Qué ricura de caricia; si eso era solo su dedo no podía imagianr qué sería tener su verga dentro de mí. No pasó mucho tiempo para enterarme de eso; Omar procedió a cogerme. Era la primera vez que una verga entraba en mi culo. Yo me moría de puro placer. "Ahh! Ah!", gemía yo al gozar esa tremenda penetrada; repito la primera de mi vida. Cierto que a mis treinta años yo había gozado de muchos encuentros con algunos hombres, pero mi culo permanacía virgen hasta ese día maravilloso. Sin embargo, la cogida de Omar solo fue un preparativo para recibir enseguida la verga de Jonathan. No es que Omar no valiera la pena; su rico palo mide 7 buenas pulgadas y él es un experto en las artes amatorias. Pero las 8 pulgadas del ariete de Jonathan, digo su misil, parece que fueron diseñadas por un arquitecto: su verga no tiene el menor defecto y es derechita, como a mí me gustan. Luego de hacer gozar un buen rato a mi culo, Omar se colocó en cuatro patas frente a mi cara cediendo su posición original a su compañero. Jonathan, al ser más alto que Omar me cogió con mayor facilhorreaba sin necesidad de tocar mi verga, tan caliente así estaba. A los pocos minutos, tanto Omar como Jonathan me bañaron con las leches del amor y yo me quedé extasiado entre las sábanas del lujoso hotel donde recibí el doble regalo especial. Y dado que la reservación del hotel así como los servicios profesionales de los calling boys eran por todo el fin de semana... Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. If there are any concerns please e-mail us at: CustomerService@MenontheNet