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El club privado

by Pepe


(Esta es una historia verdadera, aunque por motivos de espacio y estilo no he escrito toda la experiencia. Espero la disfruten y me hagan llegar sus comentarios a erkinal@yahoo.com) Caminaba yo por el pasillo semioscuro de este club privado, del que acababa de ser miembro, checando los cuerpos y las caras de los que cruzaban en mi camino, envueltos a la cintura en una toalla blanca, cuando veo el torso bronceado amplio y velludo de un hombre en sus treintas. Su cara tiene la sombra de barba de un día, ojos negros y labios sensuales que sonríen al verme. Cuando pasa a mi lado una banda de piel negra en su musculoso brazo derecho me llama la atención. Unos pasos más adelante voltéo para checar su espalda, es ancha como su pecho y está cubierta de corto vello negro. En contraste, su cintura es esbelta y la toalla me permite adivinar el contorno de su trasero. Realmente este es un hombre sexy. Suspiro. Desafortunadamente lo pierdo de vista. Dediqué algun rato a ver la película porno en la sala de video. La pelicula enseñaba una orgía, como de 10 hermosos chicos, divirtiéndose a lo grande, cerca de una alberca. Mi excitación casi llega a colmo cuando saltando a la piscina, comienzan a tener sexo debajo del agua. Algo que nunca había visto. Mi verga comienza a incomodarme de tan dura y siento el precum resbalar por mi pierna. Terminando la escena, me levanto para caminar un poco por los pasillos. Algunos de los cuartos estan abiertos, hombres acostados masturbándose, esperando a alguien con quien tener sexo. Cuando estaba por irme, cansado por un largo día y aburrido por no haber tenido acción esa noche, me dirijí a mi vestidor. El hombre musculoso estaba en el pasillo recargado en la pared, al parecer no era yo el único aburrido. Me acerqué preguntándole que cómo estaba y que en dónde se había metido, me contestó que bien, que habia estado fumando. Lo miro de frente y le sonrío y me acerco un poco mas olerle y aprovecho para besarle levemente el cuello. -"De verdad hueles a humo de cigarro", dije -"Disculpa", me respondio un poco apenado -"No, no, al contrario, me gusta mucho". Un profundo aroma a cigarro en el cuerpo de un hombre me transtorna. Le acaricio el pecho enorme, su vello negro es suave, sus pezones duros y grandes. Le abrazo con fuerza, le beso brevemente en la boca y recorro con mi lengua un camino entre su cuello y su oreja izquierda. El lanza un pequeña exhalación que me invita a hacerlo una vez más. Algunos curiosos se acercan a vernos, lo cual nos incomoda un poco. Me toma de la mano y me invita a su vestidor. Después de cerrar la puerta atrás de mí, me quito la toalla arrojandola al suelo. El hace lo mismo y de nueva cuenta nos abrazamos, fundiéndonos en un apasionado beso. Mis manos recorren su espalda hasta sus nalgas. Espero encontrarme con un culito velludo, pero me equivoco. A diferencia del resto de su cuerpo, su trasero es lampiño y suave. Nuestros penes duros se rozan suavemente mientras beso su cuello y muerdo tiernamente su barbilla. Soltándonos de aquél abrazo de oso, me retiro un poco para apreciar mejor este hermoso cuerpo desnudo que este frente a mi. El me sonríe complacido de ver como mi verga palpita de excitación, yo me siento orgulloso de mi ereccion, de este hermoso y lubricado trozo de carne que la naturaleza me dió. Su pene es un poco mas pequeño que el mío y cuando extiendo mi mano para acariciarlo descubro una cinta elástica a la base, escondida entre el vello negro, sujetándo y apretándo sus testículos tambien. Sentándose en la cama frente a mí tomando mi pene con una mano y sosteniéndome por la cadera me mira a los ojos mientras extiende su lengua para lamerme la punta de la verga, como si me estuviera pidiendo permiso para lo que iba a hacer. Yo le sonrio y le digo: -"Tómala en tu boca, anda! El comienza por limpiar el precum que no dejaba de escurrir, sin dejar de mirarme. Luego cerrando los ojos introduce la cabeza de mi pene en su boca. Con su lengua me acaricia alrededor, haciendo círculos con rapidez. Me doy cuenta que estoy con un profesional y comienzo a sentir una increíble sensación de placer. Comienza a trabajar un poco más a profundidad, sus movimientos son suaves pero continuos lo cual me lleva casi hasta el límite. Mientras hace eso, una de mis manos se ocupa por darle masaje a una de sus tetillas, la otra comienza a acariciar su cabeza, paso mis dedos entre su pelo corto. Agarrándolo entonces del cuello con firmeza, saco y meto mi verga de su boca tomando yo el control, solo haciendo pausa para besarle tiernamente y para continuar con más fuerza después. Invitándolo a acostarse de espaldas sobre la cama, comienzo a besar su pecho. Recorro con mi boca el espacio entre su ombligo y su bien definido pecho. Mis manos entonces se ocupan de acariciar sus piernas y poco después encuentran sus suaves testículos apretados por la cinta. Los toco solo con la punta de mis dedos, trazando pequeños circulos en ellos. Poco a poco acerco mi boca a su pene y comienzo por lamerlo desde la base hasta la punta, para despues pasar mi lengua por sus ingles, aspirando el fuerte aroma de su vello. Me meto su pene en la boca, toqueteando con mi lengua el glande, para despues llevar este hasta mi garganta, sin ninguna dificultad. Nuestros suspiros se vuelven más profundos cada vez. Mientras continúo trabajando en su pene, una de mis manos se ocupa de abrir sus nalgas con delicadeza y alcanzar a masajear su culito. Escupo un poco de saliva en mis dedos y comienzo a lubricarlo suavemente, metiendo ocasionalmente solo la punta de mi dedo medio pero concentrandome mas en los bordes sonrosados. El levanta un poco su cadera y separando sus nalgas con sus propias manos me extiende una invitación casi imposible de rechazar. Acerco mi boca y comienzo por cubrir con pequeños besos este jugoso trasero que se me ofrece como regalo. Mi lengua resbala por los pliegues de su piel y lame la saliva que ahí puse unos momentos antes, para luego poner más. Eso fue el cielo. Mi verga entonces demandó un poco más de atención. Me incorporé para ofrecerle nuevamente mi pene para que lo tomara en su boca. Tomé una almohada para brindarle mayor comodidad a su cabeza y comencé a meter y sacar mi pene cada vez con mayor profundidad. Le invito a que me lama mis testículos y tomando mi verga le doy pequenos golpes a su cara, lo que nos excita enormemente. Despues de esto, él me pide acostarme en la cama y así lo hago. Me comienza a mamar de nuevo y esta vez le pido que, dándose vuelta, me dé nuevamente su trasero para que lo admire. Con mi cabeza entre sus piernas y su culo en mi pecho, separo aquellas nalgas con mi manos y sin poderme contener mas vuelvo a hundir mi lengua entre sus plieges húmedos. Introduzco un dedo, luego dos, él gime de placer; trato un tercero, él se estremece. Dándome nuevamente la cara me pregunta ansioso: -"¿Quieres penetrarme? -"¿Lo quieres tu?" le contesté -"Ya no puedo mas, lo necesito, por favor" fue su respuesta. Busca entre sus cosas por un condón y un frasco de lubricante. Yo permanezco acostado boca arriba, poniendome el preservativo, mientras él se prepara untando mas loción en su culito. Cuando está listo, se sienta de cunclillas sobre mis caderas, tomando mi pene con sus manos y haciendo intentos por meterlo en él. En ese momento yo no hago ningun movimiento, dejando que él solo dirija la acción. No tardo mucho en sentir como mi pene comienza a entrar a través de su esfinter. Una sensación caliente y excitante empieza a cubrir mi verga. Los dos suspiramos de placer. Me pide que no me mueva, que le dé un momento para acostumbrarse. Yo lo que quiero es que esta sensacion no acabe nunca. Descansando sus rodillas en la cama, comienza a mover sus caderas haciendo que mi verga resbale hacia afuera de su culo, pero antes de que salga completamente vuelve a meterla de nueva cuenta. Mis manos acarician sus piernas, su pecho, mis dedos jalan y tuercen suavemente sus pezones. El se inclina para besarme brevemente en la boca. Me sonríe. Le pregunto que si todo esta bien. Su respuesta es otra sonrisa un tierno beso y un sueve apretón de su esfinter en mi verga. Me pide que le deje ahora acostarse en la cama. El se acuesta levantándo sus piernas en el aire y separándo sus nalgas, me ofrece penetrarlo de nueva cuenta. Coloco la punta de mi verga en su culo y comienzo a empujar cuidadosamente. Le invito a descansar sus piernas en mis hombros y tomandome mi tiempo, le introduzco pulgada tras pulgada hasta que mi vello toca plenamente su trasero. Me inclino a besarle el cuello, le muerdo el lobulo de sus orejas y sus pezones erectos. Poco a poco comienzo a mover mis caderas haciendo que mi pene se mueva libremente adentro de él, experimentando en profundidad y rapidez. Pronto me di cuenta lo cerca que estaba por venirme en uno de lo que prometia ser, de los mejores orgasmos de mi vida. Así se lo hice saber y no queriendo quedarse atrás, comienza a masturbarse de una manera lenta pero constante. Yo continúo trabajando en aquel culito que me estaba por volver loco. Unos momentos después, él me hace saber que está por venirse y me pide que no pare. Finalmente arqueando un poco su espalda y lanzando un grito de placer, eyacula en una serie de espasmos que hacen que su esfinter se contraiga ritmicamente lanzando su semen en varios chorros blancos que caen hasta su barbilla. Mi momento llegó tambien cuando lamiendo parte del semen que había caído en su pecho acabé por perder todo control. Mi orgasmo estalló cuando intensas oleadas de placer recorrieron toda mi espina dorsal, haciendome gritar y llenar el condón de una cantidad de semen que no había visto en mucho tiempo. Una sensación de liberación, de bienestar, de felicidad invadieron mi mente y mi cuerpo. Descansé mi cabeza sobre su acolchonado pecho y despues de unos minutos, cuando nuestra respiracion volvió a la normalidad, nuestras miradas se juntaron. Los dos estabamos satisfechos y contentos. Intercambiamos números de teléfono y prometemos estar en contacto. Lo besé en agradecimiento al despedirme, deseando que no pasara mucho tiempo para el siguiente encuentro. Pepe. erkinal@yahoo.com Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. If there are any concerns please e-mail us at: CustomerService@MenontheNet

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El club privado

(Esta es una historia verdadera, aunque por motivos de espacio y estilo no he escrito toda la experiencia. Espero la disfruten y me hagan llegar sus comentarios a erkinal@yahoo.com) Caminaba yo por el pasillo semioscuro de este club privado, del que acababa de ser miembro, checando los cuerpos y las caras de los que cruzaban en mi camino, envueltos a la cintura en una toalla

El Doc

Hace algunos años me diagnosticaron cierto tipo de cancer en la piel. Tuve que recurrir a uno de los mejores medicos del pais para mi tratamiento. En mi primera cita me encontre que el doctor ademas de ser excelente en su rama era tambien muy guapo y amable, que pronto calmo mis nervios. Parecia como de 40 años, buen cuerpo y algo velludo con bigote. De papa herede la piel

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Web-01: vampire_2.0.3.07
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