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El futbolista

by Frodo


Hace mucho tiempo que lo conocía. Un día fui a un negocio a comprar insumos para mi computadora y él me atendió. Lo ví que me miraba y se la sostuve porque me volvió loco. Después supe que se llama Matías. Es alto, moreno, ojos claros, cuerpo bien formado, labios carnosos y una sonrisa hermosa. Iba muy seguido a ese negocio, sólo para verlo, hasta que un día fui y me encontré que no trabajaba más. Grande fue mi decepción, pero que le iba a hacer... Un día hago señas a un taxi y cuando subo me lo encuentro a él, que manejaba ese auto de su padre. Me volví loco de alegría, pero, por supuesto no hice ni dije nada inconveniente. A partir de ahí se transformó en mi chofer particular. Y empecé a actuar de a poco. Cuando subía al auto aprovechaba para tocarlo así como al pasar. Le tocaba la mano y se la dejaba un rato encima, o le tocaba la pierna. Él nunca hizo ni dijo nada. Ni retiró la mano, ni corrió la pierna. Hará quince días, un sábado por la tarde, ya hacía como un mes que no nos veíamos lo encontré y subí al auto. Empezamos a charlar de su equipo de fútbol que se había consagrado campeón y tomando eso como excusa empecé a acariciarlo, en sus brazos, en su pierna, y en un momento le llevé la mano a la pija, y él se sonrió. Le pregunté si le gustaba y me dijo que sí. Yo sentía cómo se le iba parando a través de la tela de su pantalón. Se imaginan? Era lo que yo estaba esperando desde hace tres años. Y él me dijo que también, pero que no quería actuar hasta que yo lo hiciera. Que a veces le parecía que yo buscaba esto porque lo tocaba, pero no estaba seguro. Bien, por ese día fue todo. A los dos o tres días, vuelta a verlo. Y a empezar todo de nuevo. Pero Matías es muy atrevido y me dijo: - querés verla y tocarla? y se bajó un poquito el joggin. Esa hermosa pija que apareció me dejó totalmente loco. Pero para no hacer la historia muy larga, quedamos para vernos ese fin de semana. Él me iba a hablar. Pero llegó el día y no lo hizo. Me sentí muy defraudado, y decidí ir al cine. Pero cuando salía después de ver "Una mente brillante" (muy buena por cierto) estaba en la puerta del cine esperándome. Y nos fuimos a un hotel alojamiento. Bueno,no puedo encontrar palabras para contar. Entramos y empecé a desnudarlo. A medida que iba sacándole el pullover, la camisa, los pantalones, iba descubriendo ese cuerpo perfecto de jugador de futbol: con los pectorales y abdominales bien marcados, como una tabla de lavar. Tenía unos boxer de algodón gris azulado que ocultaban y develaban aquello que yo ya había visto.Yo también me desnudé y nos metimos en la cama. Empecé a besarlo desde su cara, el lóbulo de sus orejas, su boca carnosa, sus labios que se pegaron a los míos y su lengua que jugó con la mía de una manera que pocas veces lo hizo alguien antes, y seguí bajando. El es totalmente lampiño, salvo las piernas. Así que eso me calentaba más todavía. Comencé a besar por encima del boxer hasta que sentí que estaba totalmente dura, y ahí volví hacia arriba y empecé a sacarle el boxer y él el mío. Quedamos totalmente en bolas y después de besarnos empezamos un 69 que me llevó a las nubes de placer. Cómo nos besamos, cómo rodamos en esa cama, sus piernas entre las mías, las mías entre las de él. Las caricias mutuas. Yo encima de él, él encima mío. Uno de rodillas mientras el otro actostado le chupaba la pija.... Hasta que me pidió que lo penetrara. Debo decir que tiene una pija bastante más grande que la mía (alrededor de 17 o 18 cms, no muy gruesa, empinada hacia arriba) y que yo deseaba sentirla dentro mío. Pero él pidió primero que lo penetrara... Y no lo iba a hacer rogar. De espaldas a la cama, levantó sus piernas para mostrarme ese hermoso agujero que se encontraba entre esas hermosas y duras nalgas. Le puse un poco de gel lubricante, me puse yo en mi pija y empecé a entrar de a poco, haciéndole sentir mi cabeza que se abría paso dentro de él y viendo su cara de éxtasis... Lentamente entré en él y empecé a jugar a entrar y salir hasta que toda mi pija estuvo ahí adentro y empezamos a movernos juntos, ya no sé por cuanto tiempo, mientras su pija dura se refregaba contra mi cuerpo. En un momento dado Matías empezó a decir que se corría y yo le pedí que se contuviera hasta que yo lo hiciera también. Así seguimos un rato más hasta que acabamos los dos juntos. Nos quedamos abrazados después de acabar y cuando salí el me chupó la pija para sentir mi semen, mientras que yo le lamí el cuerpo donde se había desparramado el suyo. Mientras descansábamos me contaba como a veces tenía que controlarse en el vestuario cuando iba a jugar al futbol porque tenía compañeros muy atractivos en el equipo, pero que prefería estar conmigo, que soy mucho más grande que él, y que no tengo un cuerpo perfecto como el suyo, a pesar de que me mantengo bien. Esa fue la mejor de mis noches, y debo decir que he tenido unas cuantas, muchas de ellas con futbolistas, inclusive la primera. Será que en el fútbol hay más gays de lo que se quiere decir? Después de un rato empezamos de nuevo con las caricias y sentimos como nuestras pijas empezaron a endurecerse. Y nuevamente.... Pero eso se los cuento otro día. Si a alguien le gustó esta historia, puede escribirme a fern_pon@hotmail.com

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El futbolista

Hace mucho tiempo que lo conocía. Un día fui a un negocio a comprar insumos para mi computadora y él me atendió. Lo ví que me miraba y se la sostuve porque me volvió loco. Después supe que se llama Matías. Es alto, moreno, ojos claros, cuerpo bien formado, labios carnosos y una sonrisa hermosa. Iba muy seguido a ese negocio, sólo para verlo, hasta que un día fui y me encontré que

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