Gay Erotic Stories

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El sabor, Part 2

by Flavor adict


Hoy lo volví a ver, en su deseable esplendor. Yo de 1.83, él de 1.75, con sus fuertes 95 kilos que mi cuerpo pesó horizontalmente no hace mucho tiempo y que la máquina del centro comercial verticalmente le indicó. Su cercanía, su camisa blanca, sin las acostumbradas manchas amarillas en la axila, con el bello de 1 día en su cara, sus amplias manos, su acostumbrado pelo saliendo por todos los lados y que mis ojos comían. Pero su olor es el que huelo, ni es sudor acre, ni nada desagradable, huele al hombre de mis fantasías. Mi desarrollado olfato huele sus brazos, su ingle, su trasero erecto en pantalón negro y el frente, también enhiesto, inconfundible. No se si es por mí. Transcurre el tiempo, el abrazo, la mejilla, el labio en mi cuello, más allá de lo que la costumbre dantesca, de un mundo diferente a nosotros, pero sin embargo, tolerante, observante. Siento el perfil de su cuerpo, primero por delante, luego por mi detrás. Mi inquietud me trata de vencer, mi deseo por estrujarlo, por desbaratarlo con mi boca, saborear el sabor a jamón de su abdomen, los pliegues de mantequilla, el olor a pan de sus nalgas y el apreciable e increíble sabor a limón con un poco de vinagre de su pene. Lo mejor no ha sido lo que he sentido, sino lo que me han dicho, a las calladas, al simple respiro, te quiero, te deseo. Pero el roce de una mano, el paso junto a él, el sentir con mi traviesa mano, su erección inconfundible, que se vuelve más, que quiero que nunca se termine. Pasa la comida y la despedida nuevamente y el nos vemos, el ya estuvo. Pasa el tiempo y mi erección no desvanece, como nunca, sentado, de pie, de lado, en el teclado, en la sala de juntas, no pienso, solo lo recuerdo. Las 8 dan, el tiempo de irse, de dirigirse al coche, solo, cuando en eso, oigo mi nombre. Me detengo y volteo, sin palabras, abro el coche, me subo, se sube y me dirijo, sin mas, solo dirigido por el automático de mi instinto. Ya sin más aliento que el poco que me deja sus besos, sin detenerse, me aprieta junto a él, en nuestro espacio, sin la mirada de alguien más. Saboreo, centímetro a centímetro, paso a paso, todo ese cuerpo que me deshace. Primero con la ropa a medio tirar, luego desnudos, erectos, sin mayor interés que sentirnos. No es el afán de terminar, de penetrar, de salivar, de enjuagarnos el uno con el otro, no es ese afán, es la culminación del deseo, de tenerlo dentro de mí, que me mueva y se mueva, que me deje jugar con él, por donde no he jugado, de sentir sus adentros y su calor. Pero mas que eso, el semen, blanco, dulce, espeso, ácido, áspero, que me duerme la lengua, que paso de un lado a otro, combinado deliciosamente con su carne. Saboreo paso a paso lo que digo, lo que escribo, porque no es nada más que la puritita verdad.

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2 Gay Erotic Stories from Flavor adict

El sabor

No hace mucho, el gusto al sabor de la piel me capturaba, exacerbaba y dominaba. Pero tener la posibilidad de saborear mi encanto, no era fácil, no todas las pieles saben igual, ni mi razón me dejaba poner mi lengua y mis sentidos en cualquiera. Él de manera semejante, cual pavorreal, se paseaba por mi oficina, extremando el contacto, dejándome tocarle la espalda, dejándome pasear

El sabor, Part 2

Hoy lo volví a ver, en su deseable esplendor. Yo de 1.83, él de 1.75, con sus fuertes 95 kilos que mi cuerpo pesó horizontalmente no hace mucho tiempo y que la máquina del centro comercial verticalmente le indicó. Su cercanía, su camisa blanca, sin las acostumbradas manchas amarillas en la axila, con el bello de 1 día en su cara, sus amplias manos, su acostumbrado pelo saliendo por

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Web-02: vampire_2.0.3.07
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