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Historia Familiar

by Fritz


Esta es la historia de unos amigos míos... Hola, me llamó Jorge, y esta historia la quiero comenzar diciendo que tengo 18 años y desde los tres, vivimos en mi casa, mi hermano Germán tres años mayor que yo, mi mamá y yo. Mi padre se divorció de mi madre a esa edad y se fue a vivir a otra ciudad muy lejos de aquí y nunca más lo volvimos a ver. Desde niños Germán y yo fuimos muy unidos en todo, en los juegos, en las pandillas, en la escuela, en los trabajos de casa, en fin en todo. Para cuando Germán llegó a su pubertad yo todavía jugaba con carritos y soldaditos de juguetes, lo que nos distanció un poco, pero siempre él me llevaba a todas partes mientras se pudiera. Así llegamos a tener el 18 y yo 19. Y para entonces mi madre se había unido a otro hombre y nos habíamos mudado de ciudad, un poco más cerca de donde vivía nuestro padre, y a Germán y a mí nos entró la curiosidad por conocer que habría sido del hombre que nos engendró. Afortunadamente, nosotros hablábamos de todo, en esa época, de todo, no teníamos secretos el uno para el otro, y cuando le llegó la hora de convertirse en hombre no me lo oculto y además cuando yo llegué a esa etapa él me ayudo mucho. Siempre nos gustaba bañarnos juntos, y hacernos las pajas el uno al otro y por que no de vez en cuando hasta algo más pasaba, éramos hermanos y quien se podría enterar, siempre estabamos solos en casa, pues nuestro padrastro y nuestra madre trabajaban fuera y como ya estabamos creciditos nosotros mismos nos cuidábamos. Germán tiene la verga más hermosa que he visto jamás, igual que yo es circuncidado, pero la de él es aún más grande que la mía, la cual mide 20 centímetros, y es dura como el acero, a él le gusta que le pase la lengua por la cabeza, que le chupe el glande y que le trate de meter la lengua por la abertura del pene, eso lo saca de control, nos gusta compartir sexo pues pensamos que no hay necesidad de andar buscando otros cuerpos, si el mío y el suyo están dispuestos a celebrar una fiesta de carne cada vez que estamos solos. Un día Germán entró a la habitación algo preocupado, pues había encontrado la dirección de nuestro padre en la libreta de teléfonos; nos armamos de valor y lo fuimos a ver. Para ese entonces había comenzado el verano y mamá nos dijo que si queríamos viajar ella costearía todas las vacaciones; por lo tanto dispusimos todo y nos fuimos a la ciudad donde vivía nuestro padre. Al llegar a aquella ciudad lo primero que hicimos fue alquilar una habitación en un hotel cercano a la estación, lo cual hicimos rápidamente, una vez fuera del hotel, nos dispusimos a buscar dicha dirección, serían como las ocho de la noche, cuando llegamos a la dirección que Germán encontró en la libreta, era sábado y la verdad estabamos que temblábamos de miedo por saber lo que pasaría cuando aquel hombre abriera la puerta y nos reconociera. Al llegar justo a la puerta de la casa de él, no nos percatamos que a un costado había un letrero que decía "Alquilo cuarto a jóvenes solteros"; y cuando tocamos el timbre, a nuestra llamada salió un hombre extremadamente bello, varonil, pasado de los 35 años, con un cuerpo que delataba una rutina diaria de ejercicios, efectivamente era nuestro padre, no lo reconocimos pero al presentarse nos dimos cuenta que era él; el hombre nos hizo pasar pues ambos quedamos sin poder decir una sola palabra, de inmediato y sin dar tiempo a explicaciones nos mostró la habitación, pues pensaba que veníamos por el aviso de la puerta, nosotros no sabíamos que hacer, por lo cual decidimos no decirle nada en ese momento, y esperar a ver que tal era él. Nos mostró también la habitación donde guardaba un equipo completo de pesas y maquinas de hacer ejercicio, nos comentó que era entrenador de uno de los gimnasios mas respetados de la ciudad. Yo notaba que nos miraba mucho, y más a Germán quien es de verdad el más guapo de los dos, mi hermano así lo notó también y luego lo comentamos; como nuestro plan era conocer más a fondo a nuestro padre sin que él se enterará quienes éramos, decidimos aceptar la habitación y hacernos pasar por unos chicos cualesquiera; le dimos nombres falsos, y para entonces como era verano rentamos la habitación solo por dos meses. Pero no tuvimos que esperar mucho para saber que tipo de hombre era nuestro padre, esa casa es de las que tiene un patio interno y alrededor las habitaciones, las cuales eran grandes y muy lujosas, con unos inmensos ventanales sin cortinas que dejaban ver todo lo que pasaba en el patio interior, en la que nos había correspondido, había dos camas, un escritorio, dos sillas, un baúl, alfombra, decoración "antique" y cada habitación tenía su baño, que al igual que la habitación era un derroche de lujo, poseía una gran bañera, imagino que cabrían perfectamente cuatro personas, luego Germán y yo así lo comprobamos; durante las mañanas mi padre salía solo en trusa a hacer ejercicio de isométricos, para luego entrar en la habitación de pesas ha realizar levantamientos como por dos horas, luego salía todo sudado con dirección a nuestra habitación y nos preguntaba que queríamos desayunar, después de preparar algo rápido y bien nutritivo se iba a trabajar, por lo cual la casa quedaba a disposición de Germán y mía. Realmente hicimos lo que se nos vino en gana en los primeros días, pues estabamos totalmente solos; durante los tres primeros días, la rutina no cambió, imagino que él sabía que lo observábamos, no fue sino hasta una semana después cuando Germán, que estaba tomando un baño de sol y yo estaba en la habitación con las puertas abiertas, que pudimos darnos cuenta, por que nos atraían tanto los hombres, vimos a nuestro padre desfilarnos como vino al mundo, totalmente desnudo, Germán quedó impactado por aquello, el mismo hombre que nos había dado la vida, ahora lo trataba de seducir, prácticamente se le echó encima y le dijo que lo mamará, a lo que Germán le dijo que no que eso no podía ser, trató de escapar, pero papá, lo sujetaba fuertemente, y su verga dura apretaba contra el pecho de Germán hacía que este se sintiera muy extraño, pues le gustaba estar así y a la vez se reclamaba por estar haciéndolo, yo salí al escuchar a mi hermano levantar la voz, yo estaba solo con unos boxers, y aquella visión hizo que se me levantara inmediatamente la verga, no podía esconder aquella erección al igual que Germán, me acerque para que papá soltara a Germán y le dije que lo dejara en paz que él no sabía lo que estaba haciendo, esto lo hizo recapacitar y soltó a Germán quien buscó refugio en mí, le dije que si esto era lo que le gustaba, a nosotros no nos importaba, pero que nos dejara en paz, él nos pidió disculpas y se fue. Germán y yo entramos entonces a la habitación y cerrando la puerta nos pusimos a llorar por todo lo ocurrido, nos fuimos abrazando el uno al otro y dándonos todo el amor y todo el cariño que cada cual sabía brindarle al otro, pronto llegaron las caricias, los besos, y terminamos haciéndonos el amor sin preocupaciones el uno al otro, sin percatarnos que papá nos observaba desde una ventana abierta; aún desnudo pero con una toalla en la mano. Nos había oído llorar y se acercó para pedir disculpas por lo ocurrido, más cuando vio que nos amábamos, decidió no tomar parte en el asunto, mas ahora que lo habíamos visto y él a nosotros, decidimos dejarlo entrar y contarle toda la verdad, le dijimos nuestros nombres verdaderos y quien era nuestra madre, luego el nos abrazó, y nos pidió mil disculpas por no haber estado durante nuestro crecimiento. Y adolescencia; que quería retribuirnos en la forma que nosotros quisiéramos aquellos años de estar solos; a lo que yo le respondí que aun que nos diera el culo, eso no haría pagar todo lo que lo hemos extrañado, a lo que él respondió que sería maravilloso pagar un poco de esa forma el tiempo perdido, pues sus dos hijos se habían convertido en todo unos potros y le gustaría ser montado y montar semejantes sementales, así fue como empezó nuestra nueva relación con nuestro lejano padre. Después de las vacaciones, Germán y yo decidimos mudarnos con él, y hacer de nuestra vida GAY un común denominador, pues lejos de todos podíamos ser quienes en realidad deseábamos ser, amantes, hermanos, amigos...y hasta el día de hoy lo seguimos siendo. Pues aquí estamos los tres escribiendo nuestra historia para que la disfruten y vean que aunque esté lejos todos necesitamos de nuestro padre. Si quieren escribirnos, háganlo por favor a través de: fritz24@usa.net Hasta pronto....Jorge, Germán y Guillermo

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