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Las enseñanzas del abuelo Román.

by Pol pot


Desde muy chaval he pensado que el verano es la mejor época del año, me gusta por el clima cálido, porque no hay clases, y porque hay oportunidad de estar en la calle jugando y echando relajo. Cada verano la paso en casa del abuelo Román, un cuate bien simpático, ni quien pensara que tiene 58 años, es dicharachero, alburero, le gusta la música y juega todos los deportes. Siempre ha sido mi máximo, quizá porque en casa no hay figura paterna, mis papás se distanciaron cuando yo era chico, vivo con mamá, y a mi padre lo veo muy de vez en cuando. La visita a la casa del abuelo era la oportunidad de convivir con la mayoría de mis primos, organizar competencias y, desde que somos adolescentes, tomarnos a escondidas una cerveza, hojear revistas porno y...a veces masturbarnos mutuamente. El verano del que les platico fue especial, creí que me la pasaría aburrido, y es que sólo mi primo César y yo coincidimos en la casa de mi abuelo, me llevo muy bien con César, también le gustan los deportes y contar chistes colorados, es muy desmadroso y, a pesar de que es más chico que yo, sabe mucho de viejas (luego me cuenta cosas que me dejan con el chile bien parado), y fue quien me enseñó a besar. En esa ocasión César tenía que irse al día siguiente de mi llegada. Recuerdo que cuando llegué apenas nos dio tiempo de salir a patinar, a comprar revistas y a pajarear por las calles del rumbo, cenamos un pollo al estilo Kentucky y vimos una película medio fuertezona (en una escena dos chavos se fajan a una vieja) con el medio permiso de mi abuelo. Cuando terminó la cinta decidí irme a dormir. César iba a poner otra película “fuerte” pero no me latió verla, así que me despedí del abuelo y de él con un beso en la mejilla, cosa que se acostumbra en mi familia. Dormí apenas unas horas, pero me quitaron el sueño los sonidos que, provenientes de la sala, empecé a escuchar. Escuchaba gemidos como si alguien estuviese llorando. Dije qué tal si mi primo puso una película de verdad “porno”...o será mi abuelo el que está viendo algo...curioso salí despacio de mi cuarto, no prendí ninguna luz y caminé sin hacer ruido. Al bajar las escaleras que conducen a la sala alcancé a ver la espalda desnuda de mi abuelo. Ese cuerpo musculoso que día a día admiro mientras se baña o se viste para ir a jugar fútbol. Ví como su cuerpo subía y bajaba sobre otro cuerpo al que no distinguí ya que estaba acostado sobre la alfombra gimiendo y aguantando las embestidas de mi abuelo, su mete y saca imparable. De repente pensé que abuelo había llevado a una mujer a casa, así que decidí seguir espiando, entonces él se acostó sobre el otro cuerpo...él y la otra persona se besaban ardientemente mientras abrazados abuelo seguía subiendo y bajando las nalgas esta vez con más fuerza. De pronto y el otro cuerpo quedó sobre el suyo, fue cuando ví que el monstruo que abuelo lleva entre sus piernas estaba enterrado en el culo de nada más y nada menos que mi primo César. ---Adentrate más Román, meteme tu verga, Que sabroso tener el monstruo ese dentro de mí y sentirlo calientito. Así...cógeme. Ahhh, abuelo lindo. Y abuelo seguía metiendo con más fuerza. Se besaban y cambiaban de posiciones cada minuto. Nunca hubiera pensado que mi abuelo tan hombre, tan recio gozara con tanto deleite del cuerpo de otro hombre, de su propio nieto, a quien manoseaba y masturbaba. ---Cesarín no hagas tanto ruido que tu primo se va a despertar, es rico que gimas pero nos van a descubrir... ---Te prometo que me callo abuelo, pero sigue, métemela otro poco, siento que todo el cuerpo me hormiguea... ---Yo también chiquillo, te estoy gozando de todo a todo... ---Ayy abuelo estoy tan caliente que me gustaría que en este momento hubiera más hombres en la casa...hasta se me antoja Joel, como quisiera que estuviera aquí con los dos, se me está antojando mamarlo mientras me la metes. ---No hay bronca m’hijo es rico fantasear, tu primo está muy sabroso, sus nalgas están cada vez más velludas y sus labios bien carnosos, yo también quisiera que estuviera aquí. ---Imagínate abuelo mientras tu me coges yo podría mamarle la verga, se la he visto y la tiene gorda --Ahh m’hijo lo pondría en medio de los dos. Tu recostado sobre la mesa, boca arriba, yo de pie cogiéndote y el enfrente de mí para lamerle el culo mientras tu le mamas la verga. No puedo mentirles, ese diálogo no me produjo asco, sino una tremenda excitación, así que me acerqué lo más que pude, como hinoptizado...comencé a masturbarme mientras ellos seguían con su cogida: ---Ayyy, abuelo qué rico, cógeme más, abuelo, imaginate que también está aquí mi primo, que rico sería gozarlos a los dos, sí, que rico, gozarte a ti, a mi primo, y... Y abuelo seguía dándole a César. ---César, claro que vamos a cogernos a mi nieto, claro que lo vamos a mamar y chupar y el nos mamará y nos lamera...uff qué rico. Oí cuando los dos se vinieron, en ese momento yo también me vine, pues de sólo imaginar que estuviera en medio de esos 2 hombretones me dejó supercaliente, y unos segundos después aventé mi leche. Se quedaron acostados sobre el piso, yo no podía moverme, pasaron los minutos y parecía que dormían, de repente sonó el teléfono y abuelo se levantó desnudo a contestar, nuestras miradas alcanzaron a cruzarse, yo subí rápidamente a mi cuarto. Al día siguiente todo regresó a la normalidad, abuelo nos preparó desayuno... me miraba buscando un reproche o una pregunta. No dije nada, quizá porque la escena me había calentado. Pasé toda la mañana pensando en la sensación que me había producido ver coger a 2 hombres, a 2 hombres de mi familia, parientes entre sí, por más que trataba de negarlo, -sabía de güeyes que al calentarse les da por coger con quien se ponga enfrente, de hecho era común que cuando me reunía con los cuates en las canchas de la colonia para platicar de sexo y viejas, generalmente nos masturbábamos juntos y no faltaba el güey que ayudara a su compañero, con la mano y con la boca...en alguna ocasión el jefe del equipo se cogió a uno medio amanerado. Esos recuerdos y la escena que había visto entre abuelo y César, me calentaron más, eso me avergonzó un poco, así que me recluí en mi cuarto y me despendí de mi primo a lo lejos. Para la noche mi abuelo me llamó a cenar, nos sentamos a la mesa y disfrutamos la pasta que preparó en silencio, hasta que él entabló plática. -Joel ¿qué viste anoche? -Nada. -Nada, de verdad...? -pues te ví y vi a mi primo, tu nieto...desnudos -¿qué piensas? -Es que...bueno...no entiendo porque tú y César estaban haciendo cosas que hacen un hombre y una mujer... -tragó saliva e hizo una pausa -Mira Joel en este mundo la búsqueda de placer tiene muchos caminos, muchos recursos, no es malo el contacto carnal cuando se da con pleno gusto de las personas, es rico gozar del cuerpo, sea de quien sea, y no es para avergonzarse, en algunas culturas los hombres mayores se encargan de enseñarles a los chavales –muchas veces sus mismos hijos- los principios del placer, además solamente un hombre puede saber realmente que es lo que le gusta más a otro hombre, y también es el único que puede enseñarle los secretos del sexo. Lo que pasa m’hijo es que la gente no quiere reconocer sus impulsos. ---¿Entonces no sería malo que yo probara con un hombre? ---¿Te dan ganas? ---Pues...Si ---¿Y haz pensado en alguien? ---Sí...quiero decir...no ---ayyy mi muchacho, dijo mi abuelo en tono cariñoso, se sentó a mi lado y me hizo un cariño en la pierna. ---lo que pasa abuelo es que no sólo los ví, los oí hablar y me calentó mucho lo que dijeron, yo hubiera querido estar con los dos, o estar en lugar de César...perdón. --No m’hijo, no se avergüence, lo más delicioso de este mundo son las caricias que se ofrecen en casa, en familia, no hay mayor gusto para un hombre hecho y derecho como yo, que convertir en hombre a un chaval, enseñarle...dijo mientras su mano acariciaba mi pecho. No pude más, la sangre me subió a la cabeza, y sin pensarlo busqué su boca con mis labios y comencé a gozar de su lengua, de su saliva. Abuelo me tomó de la mano y me llevó a su cuarto, Ahí comenzó a desvertirse lentamente y yo sentado en la cama miraba perplejo como sus músculos brillaban con la luz de la lámpara. No traía calzoncillos y sus once pulgadas colgaban y comenzaban poco a poco a tomar vida. Se acercó a mi lado y comenzó a quitarme la camiseta y sus manos varoniles acariciaban mi cuerpo que temblababa de la emoción. Me quitó los pantalones y seguió acariciando mis piernas y muslos...su lengua rozó mi abdomen y mi verga...yo estaba en las nubes...Se sentó en la orilla de la cama y me pidió que me sentara en sus muslos y lo hice sin esperar un segundo mandato. Y me aguantaba con sus manos sobre mi espalda mientras yo tenía las mías en la suya y me miraba a los ojos sin hablar. Y su lengua comenzó a rozar mis labios y su boca me besaba lentamente por el cuello y las orejas, luego volvía a mi boca...nos besamos abriendo lo más posible la boca y juntando nuestras lenguas. Así es como tienes que besar, me dijo, entrega todo tu ser, goza de la lengua, de los labios y de la saliva Yo quería morir de la emoción y mi pene completamente erecto al igual que el suyo se tocaban. Su lengua exploraba mi boca y tocaba mi lengua. Y selló mi boca con la suya y me besó apasionadamente. Movía mis nalgas sobre sus enormes muslos. Y me bajó y tomó mi pene en sus manos y con su lengua lo recorría desde las bolas hasta la punta. Cuando llegó a la cabeza la besó y se la metió en su boca y comenzó a bajar hasta tragarase mis ocho pulgadas y ahí se quedó unos minutos y yo era el que me ahogaba de placer y comenzó lentamente a subir y poco a poco me mamaba , primero delicadamente y luego apasionadamente. ---ahhhhhhhhhhhhhhhh que rico, eres digno nieto de tu abuelo, decía en mis oidos. Se sentó en la cama y tomó mis manos con la suya hasta acercarme a su cuerpo, después me bajó hasta donde estaba su hermosa culebra. Y saborée cada trozo de la misma forma que él saboreó el mío. Abuelo gemia, me levantó y me senté en sus muslos y fue cuando sentí su garrote en mis nalgas y luego la cabeza tocó mi ano. Alargando su mano, agarró un tubo de lubricante en agua que mantenía debajo de su almohada y se lo untó en todo su pene, se puso un condón, y comenzó a introducirse dentro de mí. ---Esto es un masaje prostático, y es el más delicioso que un hombre puede recibir, se trata de acariciar tus entrañas...me decía ---Ayyyyyhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhummmmmmmmmmmmmmmm, gemía yo. Me acostó bocabajo en el colchón y me separó las piernas y su boca besaba cada nalga y el frío de mi ano y el caliente de su lengua me causó una corriente eléctrica. Y su lengua comenzó a entrar en mi ano y la movía como un experto que es y yo gemía ahhhhhhhhhhhhhhummmmmmmmmmmmm, y a la vez comenzó a meter dos dedos y la lengua, para adentro y para afuera y de momento sentí su cuerpo sobre mí y me buscaba la boca con la suya y me besó mientras colocaba su cabeza a la entrada de mi ano Y sentí como cada pulgada de su tronco entró en mí otra vez, cuando pensé que lo tenía todo dentro de mí me lo sacó y se sentó en la orilla de la cama y me sentó sobre sus muslos y yo bajé hasta sentir su monstruo entrar dentro de mí. Comencé a bajar y a subir lentamente hasta que sus once pulgadas desaparecieron dentro de mí y me besó apasionadamente y comencé a subir y abajar lentamente. Y seguía para adentro y para afuera hasta que se levantó y yo me agarraba de su cuello para no caer y él me cargaba con sus manos en mis nalgas y me subía y bajaba sin sacarme el monstruo de mi culo. Me besaba y caminaba despacio por todo el cuarto y me subía y bajaba cuando sin aguantar comencé a moverme freneticamente y a gritar ayyyahhhhhh ahhhummmm y me tiró sobre la cama y siguió metiendo con fuerza hasta que sentí la esperma caliente salir de mi pene, y abuelo seguía metiendo con más fuerza y me metió el pene en mi boca y se vino dentro de ella y no pude aguantar tanta leche caliente y tragaba y tragaba y más salía. Cuando terminó se acostó sobre mí y me besó tragándose una poca de su propia leche. --Chaval...ves que rico, ahora eres todo un hombrecito. --gracias abuelo --Desde ahora ya no me llames así cuando estemos a solas sino Román, porque desde ahora más que parientes somos los mejores amigos, quieres... --Si quiero viejo pero prométeme que seguirás enseñándome a gozar --Te seguiré enseñando m’hijo y si te portas bien te enseñaré a gozar a varios hombres. -Si Román, contigo, con mi primo y con tus amigos del equipo de fut, quiero gozarlos a todos, al fin que no es malo...le decía entre besos...al poco rato su verga estaba nuevamente dentro de mí. Ya se imaginarán lo que pasó en los siguientes días.

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