Gay Erotic Stories

Lo conocía desde hace varios años, su nombre, Francisco. Era una persona de 17 años, y yo, de solo once años. El me gustaba mucho y siempre se me antojaba el gran paquete que tenía debajo de sus pantalones, que por cierto, eran muy apretados. Lo deje de ver por un tiempo, pero después de siete años lo encontré de nuevo. Al encontrarnos, lo salude y pregunte que a donde iba Voy a la biblioteca-contestó- te acompaño-le dije. Lo acompañé y cuando llegamos me dijo-quieres quedarte un momento-yo acepté y lo acompañé. Al estar hojeando los libros solicitados, poco a poco comenzó a acariciarme las manos, yo no sabía que decor, pero cuando reaccione, le devolví las caricias. En ese momento él cerro todos los libros y lo dejo en el estante correspondiente, volteo y me llamó. Yo salí con él de ahí y nos dirijimos a su casa. Al llegar, lo mire a los ojos, y le dí un beso, núnca me hubiera imaginado lo rico que estaba y yo me sentía superbien de estar haciendolo. Poco a poco empezamos a desnudarnos, y cuando él se quitó el pantalón, pude ver que el bulto era más grande de lo que imaginaba. Yo comenzé a mamarle el gran palo que tenía y para mi sorpresa, no cupo en mi garganta, era tan grande que no podía soportarla. Después lo besé en todo el cuerpo, y sin tardar, me puse en posición. Era enorme y mi pequeño agujero se estiraba lo más que se podía y pude notar que me dolía más de lo normal, comenzé a gemir y a dar pequeños gritos, más que de dolor, de placer y poco a poco me fui acostumbrando. Al terminar, la agradecí pór ese momento de placer. De pronto, escuche el despertador y me tuve que levantar de la cama. Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. If there are any concerns please e-mail us at: CustomerService@MenontheNet