Gay Erotic Stories

MenOnTheNet.com

Mi Idolo Deportivo, Parte 1

by DAVE


Primera parte de Mi Idolo deportivo Un muchacho puede estar enamorado sin darse cuenta de su idolo deportivo. En este episodio lo acabo de descubrir. (Yollotl50@hotmail.com) El Pantera estaba acabado. Sus años de gloria en el ring se habían esfumado y ahora los golpes le caían una y otra vez con ganas de romperle todita la madre. Él se enconchaba y resistía indómito, mientras el público enardecido por la golpiza solo esperaba el brutal desenlace. - Cáete, buey... -le dijeron en su propia esquina. Era apenas el tercer round de una pelea pactada a seis. Una simple pelea de relleno en una función de gala. Joe Barthes El Pantera había sido el campeón mundial tres años atrás y no había nadie que se acordara de su clase excepcional, de su pegada tremenda y de sus peleas sensacionales. Aplaudían al novato que iba subiendo como la espuma y aceptaban que el antiguo idolo de multitudes sirviera de simple escalón. Algunas personas compasivas del publico murmuraban lo mismo que sus asistentes: - Ya cáete, güey... De sus hazañas fabulosas en el ring ya no quedaba nada.Y solo tenía 28 o 29 años de edad. El otro buey tendría casi mi edad, 19 años. Los dos boxeadores eran igualmente fuertes y musculosos, pero al ex campeón ya no le respondían las piernas y los brazos le pesaban como plomos. Un nuevo golpe lo hizo trastabillar. El público rugió, pidió que el otro acabara con El Pantera de una vez por todas y saboreó el sangriento triunfo por anticipado. En cambio yo, sumido en un asiento de Ring Side, tuve un presentimiento y me puse de pie porque adiviné que el ex campeón haría el último esfuerzo de su vida y soltaría de sorpresa un upper preciso al mentón del novato. En efecto, el novato que embestía como un toro, se detuvo en seco de pronto y cayó de nalgas al suelo. El rugido de la multitud se apagó por un momento. El golpe del campeón había sido un rayo dibujado con exactitud geométrica. Sin embargo, el novato se levanto de inmediato y recibió de pie la cuenta de protección. Se veía que pronto recuperaría las fuerzas. Cuando sonó la campana, en la esquina del ex campeón se armó un barullo. - ¿Qué intentas, buey? ¡Tírate, ya! ¡Es el trato! Yo me había acercado a la esquina del excampeón a brindarle unas palabras de aliento y pude escuchar a sus asistentes, pero justo en el momento en que yo exclamé con fuerza: - ¡Es tuyo, campeón! El Pantera y sus asistentes voltearon a verme sorprendidos. Uno con mirada perdida y los otros con mirada de fieras. Me sentí noqueado por la situación y regresé de inmediato a mi asiento. Mi padre, que me había llevado a esa pelea de tres campeonatos mundiales como regalo de cumpleaños, se molestó conmigo por mi actitud. - El Pantera se acabó en francachelas, en orgías, en borracheras... Ahora no es mas que una piltrafa que no merece tu antigua admiración... Me quedé callado porque la pelea se estaba reanudando y ahora sí el fín se veía próximo. - Cáete, buey -coreaba el público temeroso de que una patada de ahogado lastimara seriamente al novato que empezaban a inflar. Pero como El Pantera no se caía, el referí acabó por detener la pelea y declarar el nocaut técnico. El Pantera se despidió del público con mirada ausente y sus asistentes lo condujeron a los vestidores de mala gana. Cuando comenzó la segunda pelea preliminar, le dije a mi padre que estaba mal del estómago, que iría al excusado por un momento: pero mi plan era otro. Desde que yo tenía catorce años de edad y el Pantera estaba por coronarse campeón del mundo de peso walter, este fabuloso boxeador había sido mi ídolo deportivo. Tenía fotos suyas enmarcadas en la pared de mi cuarto y guardaba entre mis cosas más preciadas un album que había confeccionado con recortes de revistas y de periódicos sobre sus hazañas boxísticas. Lo idolatraba. En realidad lo seguía idolatrando. Quería yo que volviera a ser el mismo campeón de antes y verlo todos los días en los periódicos deportivos que yo leía. Caminé rumbo a los vestidores. Había enormes multitudes custodiando las entradas, ya que tres campeones del mundo y sus retadores aguardaban su turno para enfrentarse en el ring. Traté de pasar como si nada, pero me detuvieron unos guaruras y me mandaron para afuera. - Ustedes no entienden -dije-. Voy a ver al Pantera... Se me había ocurrido una mentira. - Le traje sus medicinas... Si no se las toma ahorita, se va a poner mal... - ¡Oye, tú, Marios! -llamó el guarura a otro que parecía más enterado-. Este dizque le trae unas medicinas al Pantera... El tal Marios me echó una simple ojeada y sin fijarse más en mí asintió: - Que pase... Iba a preguntar donde estaba el vestidor del Pantera, pero mejor me interné en el pasillo y me dejé llevar por la soledad y el mugrero que transpiraba más allá del barullo. Unas voces discutían al fondo. Son ellos, pensé, porque hablaban de una trastada y un pago. Sí, de pronto salieron de una puerta los tipos que auxiliaban al ex campeón en el ring. No pude esconderme, pero ellos pasaron sin fijarse en mí. Andaba yo con suerte. Empuje la puerta y pasé al vestidor. Estaba vacío, pero del baño salía vapor. Se abrieron unas llaves y se oyó el ruido de la regadera. Sobre la mesa de masaje había una toalla grande y unos billetes de cincuenta dólares. Quizás mil a lo sumo. No me atreví a acercarme más. Y estuve esperando que el ex campeón se acabara de bañar. De pronto se abrió la puerta del baño y salió mi héroe deportivo. Iba desnudo tratando de secarse el cuerpo adolorido con una toalla pequeña. Me vio con total indiferencia y se acercó a tomar la toalla grande. De paso tomó los billetes y los metio en una billetera vieja. - ¿Te toca este vestidor, nene? -me dijo como de pasada mientras se envolvía en la toalla. - No... - Entonces, vete. Quiero descansar y estar solo. - Yo solo pase a saludarte, campeón... El héroe interrumpió su labor y me miró con boca entreabierta. Me reconoció. - ¿Qué dijiste, cabrón? - No quiero molestarte, campeón... Solo que... me pareció que lo ibas a noquear... Adiviné tu golpe, sabía que responderías así... Pero ¿por qué se levantó? Creí que nadie resistía tu golpe... ¡Si fue perfecto! - ¿El culero ése? -se encendieron los ojos del Pantera-. ¿Quieres saber, nene, por qué se levantó? Había fuego en las palabras que pronunciaba y como yo esperaba oir la respuesta, retorció entre sus manos la toalla y la tiró al piso. Quedó desnudo frente a mi. Era un tipo soberbio. De tez blanca ligeramente bronceada por el sol. De brazos musculosos, pecho amplio y caderas angostas, velludo. Y un rostro que sin ser hermoso era atractivo con sus ojos como aceitunas y un rizo castaño sobre la frente. Se decía que era de origen francés y que su abuelo había sido campeón de boxeo en unas olimpiadas. Tenía el rostro limpio, con apenas un rozón en la frente, pero el cuerpo lo tenía molido verdaderamente. - También este es mi punto débil -se tocó el mentón-. Por ello me cuidé como nunca la cara. Las últimas derrotas han llegado por ahí... ¡Mi golpe fue perfecto, es cierto! Pero... ¡mira!- Su mano poderosa se talló el mentón, saltó a sobarse, junto con la otra mano, el pecho velludo y de ahí ambas manos pasaron sorpresivamente a agarrarse los huevos y el pene. - ¡La fuerza se acabó! Estoy acabado... ¡Del todo! Agitó el pene, flácido y encogido a su mínima expresión, y luego, dejándolo en paz, mostró las palmas de las manos, como reforzando su decir de que no tenía ya nada. Luego me vio a los ojos, esperando mi respuesta, pero yo estaba mudo contemplándolo enteramente de la cabeza a los pies. El ex campeón se dio cuenta de mi turbación, movió la cabeza y se tiró en la mesa de masaje. Trató de alcanzar la toalla, pero al no estar ésta a su alcance hizo un ademán de "¡olvídalo!". Hasta entonces reaccioné y me agaché por la toalla chica. - Toma, campeón -se la dí. - Es igual -ni siquiera hizo el intento por tomarla. Me quedé con la toalla en la mano, sin saber qué hacer con ella. Mi primer impulso fue cubrirle los genitales, pero este pensamiento me turbó más todavía de lo que ya estaba. Así que seguí de pendejo mirandolo con la boca semiabierta. - Cuando andaba yo tras del campeonato -cerró el Pantera los ojos-. Mi vestidor estaba lleno de culeros. Diez o veinte gentes. Y afuera tres, cuatro, cinco chicas que se desmayaban por mí. A veces las hacía yo pasar juntas y... Bueno, despedía a los diez o veinte culeros. Solté un tremendo suspiro y noté un ligero movimiento en el miembro flácido de mi héroe. - ¡Tenía yo para las cinco! -abrió los ojos y me sobresalté porque pensé que me había sorprendido mirándole la verga. Pero parecía estar en su mundo. Siguió contando al tiempo que clavaba su vista en mis ojos-: Me cogía a una tras otra y a todas las hacía yo venirse en chorros de licor... Luego les pedía que me la mamaran todas al mismo tiempo y gozaba yo bañandoles la cara de la leche de mis huevos... - ¿Eran... prostitutas? -pregunté por decir algo y librarme de mi turbación, pero mi voz salía más turbada que nada. - ¿Putas? No como te imaginas, nene. Vino a estar aquí, la hija de un senador, y muchas hijas de buenas familias... Había cola, hijo, palabra.Siempre eran diferentes, no se valía repetir... No sé qué me veia entonces la gente, pero había señoras y chicas que confesaron que cuando yo peleaba tenían un fuerte orgasmo a la altura del quinto round. Por eso nunca noqué a nadie antes del quinto round, para darles chance a mis admiradoras... - ¿Por eso no querías caerte en el cuarto round? - No, eso es otra cosa: lo hice por dignidad. El boxeador se enderezó un momento y me señaló una lata de coca cola. - Dame eso, me muero de sed. Se la dí y con ello quedamos a la distancia de un metro cuando mucho. Se bebió la lata, se relamió los labios y antes de volverse a tirar en la mesa de masajes se sobó las costillas. - Pega como una mula ese muchacho... -pronunció en son de queja. Una vez que se acomodó en la mesa, de nuevo boca arriba, continuó:- Y no solo chicas... Tenía yo una legión de admiradores... -... Yo te sigo admirando... -apunté, pero el Pantera pareció no oirme. - Muchos de los chicos que idolatran a un deportista, nunca se dan cuenta de que en realidad están enamorados de él... - ...Yo me masturbaba ante tus fotos de revistas y, una vez que me quedé solo viendo una pelea por televisión, me masturbé en el septimo round... Esa pelea contra el Chango Valdés. - Buena pelea esa... La confesión se me había escapado sin querer, pero la respuesta del boxeador sonaba con indiferencia y eso me dio confianza. Era un tipo con el que se podía hablar. Sï, desde que ví una foto suya en un diario deportivo, duchándose, y leí de que era un peleador que llegaría a las cumbres del boxeo, me gustó como ningún hombre antes me había gustado. Esto yo mismo no lo entendía, pero primero fue la atracción física y luego sus hazañas deportivas lo que me hizo idolatrarlo. Me gustaba mucho, sí. En serio, ahora que el Pantera lo había mencionado, yo, sin saberlo del todo, había estado enamorado de él. Al comprender esto, salí de mi marasmo, de mi turbación, y tomé conciencia de mi ser. ¡Carajo, seguía yo amándolo! Y por eso mismo estaba yo ahí como idiota mirando su magnífica desnudez, admirándolo eternamente sintiendo todos esos sentimientos tan complejos, que van desde la ternura al deseo, que siente un enamorado. - También pasaron muchachos como tú a mi vestidor... Sí, hubo jovenzuelos tan guapos como tú... Contados...pero los hubo... -Pero,campeón, ninguno te amaba como yo te amo aún... -se me escapo decir. Joe Barthes el Pantera sonrió. - Cuando me decían campeón se me paraba la verga... -se rascó los huevos provocativamente- Hoy, mira, hacen falta caricias directas... Muchas caricias... Yo tenía la boca hecha agua de ver al hombre con el que había soñado durante toda mi adolescencia. Se me antojaba tocarlo, acariciarlo, besarlo, morderlo, abrazarlo, entregarmele del todo, hacerlo mío a la vez... - ¡Anda, nos hará bien a los dos! Me estaba ofreciendo su sexo flacido y marchito.¡Cuántas veces me había yo masturbado imaginando esto mismo! Deseaba ardientemente su verga, ya fuera flacida o erecta o envuelta para llevar, deseaba ardientemente su culo, pero en ese momento yo sentía que era más importante declararle mi amor y que lo entendiera realmente. ¿Cómo explicarle que no era sexo exactamente lo que único que quería de él? Me dolía que me confundiera con un puto. De todas formas me acerqué a tocarlo. Puse mis manos en sus muslos y luego palpé sus gordos testículos y su pene marchito. Temblaba yo de emoción. - ¡Con la boca, nene! -rogó anheloso. Me lancé a complacerlo, con ansia y deleite, pero en el fondo de mi ser me sentía yo del todo incomprendido. Amaba yo a aquel hombre, lo había amado durante años, y ahora que lo tenía ante mí, titubeaba yo como una señorita apretada. Lamí los testículos, chupe el pene y le estuve dando por la lengua durante. El pene empezaba a reaccionar, a ponerse gordo, pero entonces yo me acordé de mi padre. Era capaz de buscarme por todo el lugar hasta dar conmigo... - ¿Qué pasa, nene, por qué te detienes, si ya empieza la verga a pararse?¿Te asusta? - Es que... No me entiendes, campeón... Yo te amo de verdad...Así como Romeo y Julieta se amaban, yo te amo a tí... No es pura atracción física. Me gustas, y te amo también... - ¿Y eso qué? Julieta se la mamó a Romeo y este se la cogió cuantas veces quiso... Su pene se movió en ese momento. Era como un animalito que palpitaba y se movía por cuenta propia. Se estaba alargando considerablemente y engrosando, en una semierección de la que ya no pude apartar la vista.. Sentí que babeaba yo y volví a meter la cara entre sus piernas. De nuevo chupé golosamente el miembro, lo ensalivé sabrosamente y fui sintiendo como iba creciendo adentro de mi boca hasta lograr una poderosa erección. Ahora ya no me cabía entero en la boca, a pesar del esfuerzo que hacía yo por tragarmelo todo. Era gordo y largo, de unos dieciocho centímetros de largo. Lo adornaban en su base un mechón de pelos oscuros y unos testículos de toro. Se lo estuve mamando, propinándole largos lenguetazos por todo el tronco peneal, de arriba a abajo, y por entre los huevos. - ¡Que rico, mamas, nene! -decía el ex campeón entre algunas palabras obscenas y expresiones que acrecentaban mi excitación. Yo estaba a punto del orgasmo y quise sacar mi pene del pantalón. - Eso es -sonrió el Pantera-. Quítate la ropa... Quiero que te sientes un rato en mi verga, bien ensartado... ¡Nos hace falta a los dos! La proposición me cayó de sorpresa y me asustó un poco por variadas razones. Dos o tres semanas antes me había masturbado metiendome en el ano una gruesa zanahoria y luego un plátano sin cáscara. Y para acabar, era tanta mi excitación, que me metí también un huevo cocido, sin cáscara. Durante muchos días sentí que tenía yo el culo abierto y que era como haber perdido la virginidad. Ahora, pensaba que si me cogía el Pantera se iba a dar cuenta de que no era yo virgen, y no quería que me confundiera. Pero, ya ni modo. Por otro lado la verga del Pantera se veía enorme y gruesísima, y me espantaba imaginar que pudiera entrarme algo así, aunque también lo deseaba. Toda la vida había deseado el momento de entregarle las nalgas a un macho. Me empecé a bajar los pantalones. El Pantera lucía complacido. - Me encanta que se ensarten el ano sentándose en mi verga... Y quedarnos así largo tiempo, sintiendonos mutúamente... ¿Nunca te la han metido así? Negué con la cabeza y añadí avergonzado: - Soy virgen... - Del culito, pero esa boquita tuya se nota que tiene practica... - Oh no, campeón, tambie es primera vez... Te lo juro... - Ah, cabron... Ando con suerte... Por primera vez se fijo realmente en mi el Pantera. Me miro atentamente y se sonrio complacido. Se estaba saboreando por anticipado. - Sigue mamandome la verga -cambio de planes. Aunque ya tenia yo los calzones abajo, la orden me agrado y volvi a darle lengua a su verga voluminosa. Mi confesion lo excitaba mas de lo que ya estaba. Empezó a mover la pelvis y a moverse adentro de mi boca, como si me estuviera cogiendo. Sacaba su verga casi hasta afuera, pero se detenia antes de sacar la cabeza. Yo le ayudaba reteniendole el glande con fuerza con mis labios. Y luego volvia a empujar su pene hasta el fondo de mi garganta. Yo trataba de que me entrara toda. Ese mete y saca era escandalosamente excitante. Me empece a masturbar por mi cuenta. El propio campeon comenzo a jadear excitado y a decir obcenidades que mas nos excitaban a ambos. Pronto sobrevino una doble o triple descarga de la leche de sus huevos en mi boca. Al sentir el acre sabor de los liquidos viriles, yo mismo me estremeci de placer y llegue al orgasmo con un copioso chisguete de semen que salio disparado a mas de un metro de distancia. Chupe hasta la ultima gota del semen de mi idolo. Como este lograba conservar la ereccion de su organo fabuloso, yo no me apartaba de su pene, hasta que me lo pidio dos o tres veces. - Ahora, sí, nene, sientate en mi verga... Yo seguia muy excitado, pero me atrevi a decirle: - Mejor montame, campeón. Igual que un perro monta a una perra... Asi he soñado que me cojes... En ese momento, en que estaba ofreciendole mis nalgas virginales, trataron de abrir la puerta del vestidor. Yo me sobresalté y me acordé de mi padre. Algún empleado revisaba los vestidores y al darse cuenta de que estaba éste ocupado se retiró. Eso me volvió a la realidad. - Tengo que irme... -expliqué al tiempo que me volvía a acomodar la ropa. - No me dejes así, nene... -suplico el Pantera. - Perdona, campeón... Solo quiero que sepas que te adoro, que te idolatro, que estoy enamorado de tí y que lo estaré toda la vida... Yo no creo que estes acabado... Acabe de vestirme y salí a toda prisa. - Espera, nene, dime una cosa... -gritó el Pantera. Yo me detuve en la puerta.-¿ Cuántos años tienes? - Hoy cumplo diecinueve años... Cuando cerré la puerta tras de mi alcance a escuchar la voz gruesa del campeon que decia: - ¡Felicidades!

###

16 Gay Erotic Stories from DAVE

Another Real Experience

You may remember me from a story (which was a true experience) that I submitted a few weeks ago (called 'My Model' under 'First Experiences") . My name's Dave and I'm 18 yrs old , 19 next year I had my experience when I was 17 and haven't been able to get enough man cock since. Anyway I've dumped the girlfriend now and would like to share another of my experiences

Enculado Uno, Envergado el Otro

No acababa yo de salir de la perplejidad. Estaba tirado en un cama vieja, adolorido de todo el cuerpo por la madriza recibida, con la cara hinchada y la boca partida, atado de manos y de pies. Me sentía, además, mojado, muy mojado. Del miedo o qué se yo, me había orinado encima de mi mismo... Y, aunque no me guste admitirlo, me había cagado también, de tal suerte que apestaba

Fantasy Eastenders

It had been a hard day at school for Jamie and Martin. Both boys had just finished a PE lesson, thankfully the last lesson of the day. They arrived back home at Albert Square and headed for Martins house. The Fowlers house was deserted. Pauline would be at the launderette for at least a few hours yet. The two boys headed up the stairs to Martins room and slumped on the bed.

Fun At The State Fair: Day Four

You may remember in my first story I mentioned that three of my four sexual experiences during the Fair were with guys named Charles, or variations thereof. First there was Chaz; on the third day was Charles (in between was TeeJay); and on the last day I attended, I linked up with a hot dude who liked to be called either Chuck or Charlie. He was back behind the midway, shirtless,

Fun At The State Fair: Day One

I got unusually wild the weekend before the 9/11 tragedy hit. My partner was away for a family funeral, and I got bored, so I decided to drive down to the south end of town, have a couple of cold ones, and check out the State Fair. And I am way fucking glad I did! This is really strange, too, because over the course of the weekend, it involved four carneys, three of whom were

Fun At The State Fair: Day Three

After work, I got to the Fairgrounds around 5 PM and spent a lot of time cruising the carneys, playing at seducing three gorgeous ones ... ranging in age from around 20 to right around 40. All three of these dudes disappointed me, answering my suggestion with a) "I'm gonna pretend I didn't hear that. Please don't repeat it." ... b) "No, I ain't into that kinda shit." ... and c) "If

Fun At The State Fair: Day Two

On the second evening of the State Fair, I went in to look for Chaz again. But at his booth, instead of Chaz, there was this really nasty hefty ugly lumpy dude. So I walked around and cruised the crowds a while. There was some very nice cock walking around there. After an hour or so, I was getting hungry (for food). Something smelled really good -- smoky and fragrant -- and soon I

Keeping "Score"

***The following is a work of fiction*** The seats themselves weren't that great: the view of the basketball court was barely viewable, and I couldn't make out most of the players I was looking for, Nick Carter in particular. He was so fine, that was for sure, and as I sat in the bleachers watching for him I suddenly found my eye-candy. I squinted. So, it was he in that white

Lunch Break, Part 1b

There was something about the story "Lunch Break, Part 1" on www.menonthenet.com that made me do something I had never done before: I wrote the author. HotRod and I hit it off right away. Imagine my surprise to find out we worked in the same town. After a week or so, he agreed to meet me for drinks. I suggested a place I knew near his office and told him I'd pick him up after work.

Mi Idolo Deportivo, Parte 1

Primera parte de Mi Idolo deportivo Un muchacho puede estar enamorado sin darse cuenta de su idolo deportivo. En este episodio lo acabo de descubrir. (Yollotl50@hotmail.com) El Pantera estaba acabado. Sus años de gloria en el ring se habían esfumado y ahora los golpes le caían una y otra vez con ganas de romperle todita la madre. Él se enconchaba y resistía indómito, mientras

Mi Idolo Deportivo, Parte 2

La segunda pelea preliminar ya había acabado y se anunciaba un atractivo combate entre dos peleadores mexicanos. Mi padre me preguntó si estaba mi estómago mejor y yo aseguré que sí. Cuando empezaba el tercer round de la pelea sentí de pronto un piquete en el trasero, por abajo del asiento. Al mismo tiempo una mano me tocaba con fuerza el cuello y una respiración calida me

My Life In The Adult Book Store, Part 1

This is a true story. I won't take time to tell you all the "stories" as then we would have a novel. If you like this one, I may send in supplements. It all started when I was hired in as a clerk at one of our better Adult Book/Video stores that has an Arcade. Being single I had enjoyed my share of female partners, and an occasional male. Not that I was all that

My Model

I was 17 when I had my first experience with another man (I'm 18 now). Let me tell you about it... I was at school all of last year , taking my A levels and was a frequent visitor to gay pubs and clubs in London , though I had never actually been approached by or approached anyone before . Well , this time it was different as almost as soon as I got to a club , on a wet

Pemijat Dadakan

Pemijat Dadakan Aku adalah seorang pemuda berusia 16 tahun. Walau masih lumayan muda aku mempunyai tubuh yang cukup bagus karena sering latihan di gymnasium. Aku memang menyukai olahraga. Namaku Anton, walaupun banyak cewek di sekolah yang suka atau naksir kepadaku, entah kenapa aku tidak merasa tertarik kepada satupun diantara mereka. Aku menganggap mereka semua sebagai teman. Di

Staying After School

I'm taking Global3, I'm a good student. I always hand in the homework and I get high grades in every test. I sometimes sit in class and observe people in my class; I seem to do that alot. Now I'm straight but I also check out guys. There's this one guy who caught my eye; he's in my class and his name is Steve. I thought he was pretty good looking and not to sound stuck up but the

Walking on the Beach

It had been a long day at work and I couldn't be bothered cooking so I decided to go for a walk on the strand down the road from my house. It was a very warm evening and I had been feeling particularly horny so I got into my shorts and t-shirt, the kind of tight shiny Adidas shorts that accentuate my bulge and ass. I may be in my thirties, but I keep trim and, if I may say so, look

###

Web-04: vampire_2.0.3.07
_stories_story