Gay Erotic Stories

MenOnTheNet.com

Mi Primera Orgía, Parte 2

by Jotauve


Mi Primera Orgía, Parte II No habían pasado dos meses desde mi encuentro con Alberto y Arturo, que tuve que ir a su ciudad. Les llamé por teléfono para encontrarnos. No me respondió ninguno de los dos, sino Héctor, antiguo novio de Arturo, que vivía en su casa, y actualmente estaba liado con Carlos, un compañero de trabajo y amigo de Arturo. Héctor tenía ya referencias mías: Alberto y Arturo le habían contado de nuestra placentera aventura en la sauna, y por teléfono estuvo encantador y encantado de podernos conocer personalmente. Era un buen presagio. A la hora convenida estaba a la puerta de la casa de mis amigos. Alberto y Arturo estuvieron efusivos conmigo, contentos de verme de nuevo. Me presentaron a Carlos, el novio de Héctor. Era un tipo gordo, peludo, simpático, muy educado, de mi edad y la de Arturo. Héctor estaba trabajando y regresaría tarde, en cuanto pudiera, me explicaron, porque estaba deseando disfrutar con nosotros. La cena fue exquisita, y el ambiente distendido. El pobre Alberto casi era un testigo mudo de la conversación que manteníamos los tres cuarentones; no sabía ni entendía nada de nuestra afición común, la ópera. Apenas tomamos el café, Alberto, que estaba sentado a mi lado en el diván, propuso sencillamente "empezar" la juerga. Se abalanzó sobre mí y me besó tierna y profundamente en la boca. Era todo miel, pero no duró mucho el placer porque nos levantamos los cuatro para ir al dormitorio. Mi ropa voló por los aires. Los tres contribuyeron a desnudarme, y ellos mismos quedaron en pelotas en un abrir y cerrar de ojos. Alberto me abrazó de nuevo y me besó. Arturo y Carlos nos rodearon con sus brazos y quedamos estrechamente unidos. El roce de nuestros cuerpos y las caricias que nos prodigábamos nos empalmaron rápidamente. En la cama, Arturo montó sobre su chico y Carlos, de rodillas en el suelo, recorrió con su lengua todo mi cuerpo hasta que empezó a pasarme la palma de su mano por la cabeza de mi polla, complemente erecta y dura. Nunca había tenido tal sensación. La excitación era insoportable; me hacía gemir no sé si de dolor o de placer, y eso motivaba más a Carlos. "Macho, eres un afilador terrible, me estás sacando punta al pene como a un lápiz", le grité entre espasmos, "¡me estás jodiendo vivo!". Provoqué la risa de todos y merecí de Carlos y Arturo una mamada en mis tetillas. Entonces me di cuenta de que Alberto estaba empalado por Arturo; lo tenía echado de espaldas, con las piernas levantadas, le metía y sacaba su verga por el culo y lo iba masturbando a la vez. El pobre muchacho tenía los ojos cerrados y se mordía los labios con una respiración contenida. Tanto me excitó ver a esa pareja tumbada y follando junto a mí que agarré por los pelos a Carlos y le obligué a bajar hasta mi pene para que lo mamara. En éstas estábamos cuando oímos el ruido del ascensor. "Es Héctor"... "vamos a darle un buen recibimiento", dijimos. En cuanto el pobre cruzó la puerta se encontró con cuatro machos desnudos que se abalanzaron sobre él, y casi sin darle tiempo a decir una palabra, lo desnudamos allí mismo y lo llevamos en volandas a la cama. Pude sentarme sobre su estómago mientras los otros le besaban en la boca o en el pecho para darle la bienvenida, y froté juntas su polla y la mía. Se la puse en condiciones para todo lo que iba a venir. Héctor era un muchachito de veintitantos años, delgadísimo, de estatura normal, con una verga larga y fina y unos huevos hermosísimos. Me tumbé encima de él, y por todo saludo le di un excitante beso. Notaba que su palo iba creciendo bajo mi vientre. No me cansaba de chupar sus labios carnosos y pasear mi lengua por la cavidad de su boca. Pero Alberto me quería, así que me empezó a preparar el culo con sus dedos húmedos y pasándome la lengua por el agujero del ano y sus alrededores. Era bárbaro. Caí de espaldas a la cama, y Alberto me separó las piernas y con suavidad fue metiendo su gordo falo dentro de mis entrañas. Tenía su carne dentro de la mía, vivita y coleando, sin parar de moverse. Apreté mis rodillas contras sus caderas. Oggg, era una maravilla aquel tío tan hermoso y tan buen follador. Me tenía en la gloria. Arturo me metió su pene en la boca y me lo fui tragando al ritmo de los embites de Alberto. Carlos y Héctor estaban a nuestro lado, besándose y supongo que diciéndose ternuras de enamorados. Alberto agarró mi mano y los dos empezamos a magrear el rabo de Héctor. Fue la locura, hasta que reventamos los huevos y los dejamos secos. Nunca aquella cama había tenido cinco huéspedes a la vez, y tan activos. Dormí junto a Alberto, agarrándonos la polla y los cojones. Arturo pasó su brazo por encima de nuestras cinturas. Yo sentía el calor de su polla en mis nalgas. Nunca más volví a verles. Me fastidió mucho que Arturo me dijera al despedirme que había iba con ellos por Alberto, por su belleza y juventud. Seguramente me fastidió porque era verdad. Y desde entonces he soñado muchas veces con él, he rememorado su buen joder y me he recreado con su cariño y con todo su cuerpo. Y he sentido muchas ganas de repetir aquel festín de cuatro platos.

###

5 Gay Erotic Stories from Jotauve

Deliciosas Vacaciones

El encuentro fue por internet. Coincidimos en una chat varias veces y charlamos de temas muy variados, y la química funcionó entre los dos. El morbo de conocernos y el deseo de follarnos fue importante para tomar la decisión de hacer una escala en su ciudad, en un viaje que tenía planeado a otro lugar. Me puse en sus manos para que me arreglara el hospedaje y confió en mí al

Encuentro a Ciegas

Nos conocíamos desde tiempo atrás por el Internet, y nos habíamos comunicado con cierta frecuencia, pero nunca nos habíamos visto; por eso iba con cierta expectativa e inquietud a su encuentro. Cómo será, en realidad, me preguntaba, nos entenderemos bien, funcionaremos bien en la cama, nos sentiremos a gusto mutuamente… eran algunas de las preguntas que me formulaba sin poder dar una

Mi Primera Orgía, Parte 1

Mi Primera Orgía He disfrutado tanto y me han calentado tanto las historias que he leído en Menonthenet, que por corresponder a quienes han escrito y para animaros a los demás, no me resisto a contaros alguna mía, de las que me han sucedido en la realidad. Son historias de una persona normal en todos los sentidos. No soy un veinteañero que provoca el deseo de carne

Mi Primera Orgía, Parte 2

Mi Primera Orgía, Parte II No habían pasado dos meses desde mi encuentro con Alberto y Arturo, que tuve que ir a su ciudad. Les llamé por teléfono para encontrarnos. No me respondió ninguno de los dos, sino Héctor, antiguo novio de Arturo, que vivía en su casa, y actualmente estaba liado con Carlos, un compañero de trabajo y amigo de Arturo. Héctor tenía ya

Mi Querido Masajista

SEXO TIERNO Llevaba ya una temporada, que se me antojaba larga, sin gozar del placer del sexo, al menos sin tener una buena polla en la boca. Y aquel fin de semana se me hacía largo, demasiado largo, en una ciudad extraña y sin conocidos. En un arranque de rabia me fui a una sauna. Esperaba encontrar allí entretenimiento, satisfacer mi apetito y calmar mi soledad. En

###
Popular Blogs From MenOnTheNet.com

Please support our sponsors to keep MenOnTheNet.com free.

Web-02: vampire_2.0.3.07
_stories_story