Gay Erotic Stories

Fué una de las experiencias más excitantes que he tenido y pasó con el hermano de mí novia hace unos 6 años, yo tenia 21 años y él 19. Se llama Ruben es jugador de tennis y por lo tanto tiene un cuerpo atlético, con piernas muy torneadas y unas pantorrillas de acero, mide aproximadamente 1.80 mts. Y con piél bronceada por el continuo entrenamiento en las canchas de tennis bajo el radiante sol. Siempre sentí mucho cariño hacia él, pero a la vez mucho respeto por la relación que estaba experimentando en ese tiempo con su hermana; Todo comenzó una tarde después de acompañarlo a un torneo de tenis, hacia mucho calor y para refrescarnos un poco nos fuimos a una plaza que estaba cerca del club para tomar una cerveza mientras que pasaba el agobiante calor, nos pusimos a caminar después de la cerveza para dar uno hojeada a los aparadores y nos detuvimos en una tienda de tenis y artículos deportivos. Y me dijo: ¡Que padres tenis, y no están caros! Me gustaría probármelos, pero con el olor de mis pies me va a dar pena quitarme los tenis delante de las señoritas. --No te preocupes, eso es normal después de tantas horas de juego en las canchas -Lo que pasa es que no me he cambiado los calcetines desde antier y los traigo demasiado sudados. ¡Ya se préstame tus calcetines!. Cuando él dijo esto sentí una palpitación bastante acelerada, será por que ya en otras ocasiones le había visto los pies, y me parecieron bastante varoniles, con un arco pronunciado, uñas bien tratadas, dedos carnosos y grandes, empeine velludo y un olor delicioso que incluso podría asegurar que el se siente orgulloso de sus pies y de su olor porque me consta haberlo visto usar los mismos calcetines hasta por 4 días y presumir que los llevaría puestos por un par de días mas, con el pretexto que no tenía ropa limpia que ponerse, esto Lo dijo un día mientras estabamos viendo una película en casa de unos amigos, la televisión la tenían en un cuarto pequeño y sin mucha ventilación éramos 5 cabrones, y Ruben se atrevió a quitarse los tenis y subir los pies encima de una mesita que estaba en medio de nosotros, el aroma de sus pies se podía percibir por todo el cuarto y parecía no importarle a nadie, no se si porque les daba pena decirle que se pusiera los tenis o porque quizá les agradaba al igual que a mi, la verdad es que me gustaba ver con que seguridad movía sus dedotes sabiendo que lo mejor de su olor provenía de ellos, simplemente no podía despegar la mirada de sus inmensos pies con esos calcetines pegados a su piel por el sudor acumulado de tantos días de uso, Yo trataba de poner atención en la película pero tenia algo frente a mi que jamas creí que me fuera a interesar o mejor dicho EXCITAR. Después de unos segundos me di cuenta que el ya estaba quitándose los tenis dispuesto a intercambiar calcetines. No lo podía creer, Estabamos en medio de la plaza y yo estaba apunto de meterme en los calcetines del hombre que tenia los pies más hermosos y varoniles que jamas había conocido, me senté junto a el y pude sentir el aroma caliente que provenía de sus pies sentía que el olor me abrasaba poco a poco y se me iba pegando a la piel, no sabia como ocultar la erección que me abultaba el pantalón, me sentía tan nervioso que juraba que estaba cometiendo el peor de los pecados enfrente de una multitud. Mientras yo me descalzaba echaba una ojeada a los inmensos pies de Ruben sus plantas se veían tan suaves y rosadas, sus talones eran anchos y su empeine era alto y muy velludo al igual que sus dedos. Mis ojos recorrían su cuerpo desde el dedo gordo hacia arriba y al llegar a su entrepierna me doy cuenta que en el intento de quitarse su segundo calcetín una gran bola de carne cubierta de vellos salto por el lado izquierdo de su short, mis ojos parecían como si se hubieran pegado a su gran área genital y por mas que quería no podía despegarlos sentía como si hubiera sido hinóptisado por ese grandisimo bulto de carne. Lo cierto es que siempre había notado que con cualquier short o pantalón que usara era bastante notoria su protuberancia pero nunca había puesto tanta atención como lo estaba haciendo ahora, inclusive pude distinguir sobre sus shorts su largo y grueso pene acostado hacia la derecha. De repente, el trance en el que yo estaba fue interrumpido por la voz de Ruben que en tono de broma me dijo ¿ Qué tanto me ves cabrón, que nunca habías visto un huevo? Si quieres después te enseño lo demás capas y te gusta mas que mis pies. ¡No pudo ser! Quiere decir que se dio cuenta que lo estuve observando de pies a cintura, yo estaba que me moría de la vergüenza no sabia que contestar y mi respuesta fue en el mismo tono que la de él. “SI hombre, cuando quieras” Él sonriendo, se puso mis calcetines, después tomo los suyos y dándomelos me dijo. ‘-Toma, para que sepas como le deben de oler los pies a un macho, es mas si quieres te los regalo para que puedas olerlos cada que quieras. Yo respondí con una mueca de desagrado, pero eso era lo que yo mas quería ponérmelos y jamas regresarse los, no podía esperar un segundo mas para metérmelos y sentir la caliente humedad de sus pies en los míos, estaba temblando de excitación y lo que deseaba era quedarme solo y disfrutarlos como siempre había querido hacerlo, así es que en vez de acompañarlo ala tienda de deportes, me decidí y me fui hacia el baño para así poder gozar de esa perfumada oportunidad que sin pensarlo había llegado a mis manos, o mejor dicho a mis pies.. 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