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Vaya Fin De Semana

by RHM


Este era el momento, lo decidí de camino en el coche al departamento. Por la tarde de ese día mi jefe me había informado que tendría que realizar un viaje de negocios a una de las zonas costeras mas bellas de mi país, se requerían dos días de arduas labores por lo que decidí viajar el martes por la noche, trabajar los siguientes dos días y pedir el viernes para descansar? el resto del fin de semana.Siempre me he considerado como poco afecto al sexo y también como heterosexual, sin embargo desde hace algún tiempo me han llamado la atención los hombres, todo inició con la sensación de que quería compararme con otros hombres para valorar mis atributos, después decidí que el cuerpo masculino como en el resto de las especies animales es mas hermoso y por eso admiraba ver el cuerpo de otros hombres, al ingresar a internet tuve acceso a una gran cantidad de páginas gay y fui conociendo muchas posibilidades que no había ni siquiera imaginado. Esto me llevó a soñar estar con un hombre y hacer con el todo lo que había visto y lo que mi mente imaginaba se podía hacer. Se preguntarán que fue lo que decidí, pues bien, como no me atrevía a salir del clóset y pensé que esto sería un placer pasajero, decidí llamar a un servicio de "acompañantes" para contratar a un muchacho como yo lo había imaginado (alto, blanco, lampiño, delgado pero musculoso, con nalgas formidables y una verga no menor de 8 pulgadas, circuncidada y gruesa, activo y pasivo, no obvio y joven, muy joven), por el mismo temor, dí mi descripción y confié en su honestidad, me dijeron que sería tal como lo solicité. El compromiso era por 3 noches y 3 días, pedí que se presentara con lo puesto y los mínimos enseres de cuidado personal que requiriera, solicité tallas de ropa, calzado y gustos personales. La emoción era difícil de controlar y no podía esperar el momento. Por mi posición en la compañía no iba con limitación en los gastos así que para cubrir las apariencias reservé una habitación de estas que al unirse por un puerta se consideran como una suite a nombre de la compañía y posteriormente la contigua para mi "compañero", así podría entrar y salir en ambas invitaciones sin ser visto, por la puerta interna, las dos habitaciones contaban con una alberca pequeña, privada y como estaba en lo mas alto del hotel no podríamos ser observados por nadie. El plan era magnífico y sobre todo de lo mas discreto. El fin de semana me dediqué a comprar algunas prendas que iba a necesitar para estos días, el boleto de avión de mi acompañante, que llegaría a las 22:30 horas aproximadamente al hotel, no sabía si era su nombre real pero me pidieron que lo solicitara a nombre de Daniel Porras, compré bronceador, loción y algunas otras cosas que les iré contando.El lunes por la noche hice llegar el boleto y confirmé la asistencia de Daniel, viajé el marters por la noche y efectivamente tuve dos días de trabajo arduo los que a pesar de esto se pasaron muy lentamente, la exitación iba "in crescendo" minuto a minuto, no podía dejar de pensar en los días siguientes, la erección de mi verga era constante y cuando pensaba en Daniel (aún sin conocerlo) tenía serios problemas para evitar que notaran el bulto en mis pantalones, a pesar de esto no me masturbé para estar a todo vapor en el momento preciso. Por las tardes salía a caminar por la playa y veía a los hombres en shorts, en trajes de baño de todos estilos y trataba de imaginar que habría debajo de ellos, había logrado tener un buen juicio diagnóstico a través del tiempo comprobado por los resultados de mis suposiciones al verlos en las regaderas del club y del gimnasio. Llegué a ver algunas parejas gay ya habiendo caído el sol, caminando tomadas de la mano o bien tomados de las nalgas, esto me ponía rojo solo de pensar en lo que me esperaba.Por fin llegó el día o mas bien la noche esperada y baje al Lobby del hotel alrededor de las 10:20 de la noche, quería disfrutarlo desde que bajara del taxi, me senté en el bar en una mesa que permitía ver la puerta de entrada, pedí una cerveza y la fui tomando lentamente imaginando mil cosas de ella. Cerca de las 10:40 arribó un taxi del aeropuerto del que bajo un muchacho de alrededor de 18 años, con una pequeña maleta de mano vestido con un pantalón blanco de mezclilla, ajustado que torneaba unas piernas atléticas y promisorias de un buen espectáculo de en medio tiempo, estas terminaban hacia arriba en un par de protuberancias globosas que por la presión dejaban dibujar los bordes de una trusa que de momento imaginé blanca, unos tenis de lona verde claro, sin calcetines, una playera polo también verde claro, ajustada que permitía ver un torso y un abdomen trabajados en el gimnasio, era de piel trigueña, pelo castaño oscuro, corto, delgado y de apariencia muy sedosa, sin embargo era bajito, de facciones aniñadas, levemente amanerado, de momento me sentí molesto por las diferencias, pero inmediatamente pensé que era mi única opción y la iba a aprovechar, al verlo caminar hacia el elevador note que el paquete no parecía promisorio de nada fuera de lo común, lo que me irritó mas, pero en fin el paso estaba dado. Tomé rápidamente lo que quedaba de mi cerveza, deje dinero sobre ella y me dirigí también al mismo elevador, subieron otras gentes, yo me paré delante de Daniel y cuando cerró la puerta lo fui aprisionando hacia atrás con la parte media de mi cuerpo, el lo noto y me restregó su paquete despacio en las nalgas, llegamos al piso (que era el último) ya solos, bajo del elevador y yo también con una excitación tremenda, ya no me importaba en ese momento que se notara a través de mis bermudas, las tetillas las sentía explotar de lo erectas que estaban, el iba delante de mi y no parecía haberle importado el incidente del elevador, entró a su habitación y yo a la mía. Tome el teléfono y marqué su número.- ¿Aló, Roberto? - - Si, que tal el viaje? - El del elevador o el del avión - me dijo - sabía que era yo, o al menos lo suponía, - Bien los dos contestó, mejor el último que el primero. - Puedes venir?, solo cruza la puerta que esta frente a tu cama. Yo estaba vestido, recostado en mi cama cuando entró, abrió la puerta y me sonrió como si me conociera, se acerco sigiloso de manera muy excitante, echando la cadera para adelante, haciendo movimientos sugestivos. Su paquete no cambiaba, pero sus movimientos me pusieron a mil, hubiera querido abrazarlo, besarlo y poseerlo en ese mismo instante pero decidí ir poco a poco. Al llegar a un lado mío recorrió con un dedo mis piernas, las ingles, el ombligo el pecho y las tetillas en las que hizo círculos sobre la playera, el cuello y terminó recorriendo mis labios con la yema de sus dedos, se agachó y con un beso muy sencillo me dijo hola!. Lo retiré un poco y le dije: - Podríamos empezar con un "strip tease", no te parece? - Tu mandas. Se alejó hacia la puerta y dijo que regresaría en un momento, le dije que no, que con lo puesto. Sonrió nuevamente y empezó a bailar de la forma mas sensual que yo haya visto, durante sus contoneos fue levantando lentamente la playera que dejaba ver un abdomen en lavadero, producto de horas de gimnasio, sin una gota de grasa, subía y bajaba la playera, la subió y empezó a quitarla sin dejar los movimientos descritos, dejo ver un par de hermosos pectorales con sus tetillas obscuras, firmes y erectas. No había terminado de quitarse la primera prenda y yo ya estaba a punto de explotar, ya había olvidado las diferencias de mi pedido, comenzó a sobar su pecho y su abdomen, a pellizcar levemente sus tetillas, a sobarse las piernas por encima del pantalón, sin tocar su paquete, haber tenido música hubiera sido maravilloso, lentamente empezó a desabrochar el cinturón de piel café y lo retiró de un solo tirón, pasándolo por debajo de las piernas lo tomó de ambas puntas y empezó a restregarlo por el paquete, que hasta entonces se empezó a notar, se dió la vuelta y empezó a pasarlo por las nalgas, parecía que se estaba sacando brillo y que estaba tratando de clavárselo, me lo aventó y comencé a lamerlo como para quitarle el sabor a él. De espaldas a mí se desabotonó el primer botón del pantalón e hizo como que lo iba a bajar, lo cual hubiera sido imposible por lo ajustado que estaba, se giró de frente y empezó a desabotonar el resto del pantalón, yo estaba que ardía, me sobaba el pecho, la verga que no podía contenerse mas tiempo en el pantalón, las nalgas que se movían en círculos pequeños, por instinto; el empezó a descender la parte trasera del pantalón y se giró, efectivamente traía una trusa blanca que parecía nueva, bajó posteriormente la parte delantera y poco a poco lo fue descendiendo sin que yo pudiera apreciar su paquete, se volvió a voltear y se agachó dejándome a vistas sus dos nalgas hermosas aún cubiertas por el calzón, mientras se quitaba los zapatos y los pantalones, también los aventó hacia mí, pude disfrutar del olor que dejó por dentro de ellos, para este momento yo ya había bajado el cierre de mi pantalón y sobaba por encima del traje de baño que traía puesto mi verga y huevos que se desbordaban por todos lados, el traje estaba mojado y filtraba un líquido cristalino que yo tomaba entre mis dedos. Aun agachado empezó a descender su trusa mostrando sus nalgas firmes y blancas, contrastando con el color moreno de sus piernas y su tórax, se veía que se asoleaba con un bikini muy normal, lo volvió a colocar en su sitio y se volteó iniciando el descenso anterior mostrando que el camino de bello que nacía en su ombligo, corto y delgado, como el de un púber, se ampliaba conforme bajaba al lugar de los deseos, me mostró la base del instrumento y volvió a voltearse, de un jalón retiró la trusa y mi sorpresa fue que vestía una tanga de color turquesa, de hilo dental que ahora contenía un gran paquete, se agachó de nuevo separándose los dos globos nálgicos dejando ver la linea del hilo dental que hizo a un lado para dejar ver el agujero negro que pulsaba de una manera que nunca imaginé que lo pudiera hacer, tampoco sabía que significaba deseo, jalaba del borde posterior de la tanga marcando el hilo en el ano permitiendo que pulsara mas rápido cada vez, empezó a bajar la parte delantera y a separar de los lados mostrando primero cada uno de sus testículos cubiertos de bello, yo estaba desesperado por ver el mandoble que cargaba, ya me había quitado la camisa y las bermudas, solo quedaba el traje de baño que no me quité por no darle el gusto de conocer antes que yo las sorpresas que nos esperaban, por fin lo quitó arrancando la parte de atrás y mostró por fin un arma mas bella de lo que imaginé, era una verga de aproximadamente 8 pulgadas, gruesa, oscura, con ls venas a reventar coronada por un capullo rosado claro que goteaba precum como si estuviera llorando, al ser librada se dirigió al cielo, resguardando su espalda en el pubis de Daniel, golpeándolo como una baqueta a un tambor a cada momento y dejando ver un par de testículos grandes, mas claros de piel, colgando majestuosamente, todo cubierto por un fino bello que se distribuía hasta sus piernas que mas bien eran lampiñas. Fue entonces que me paré de la cama y le hice la indicación de que se acercara, antes de decirle nada se prendió de una de mis tetillas y empezó a besarla y morderla levemente, posteriormente la otra, mientras con sus manos sobaba mis piernas y mis nalgas, parecía que mi verga no le importara, lo deje hacer y empezó a jalar de mi traje de baño hacia arriba clavándolo entre las nalgas, de momento protesté pero no hizo caso, la presión de esto se transmitía a mi verga que moría por salir a conocer a su compañero de batallas, los besos se iban dirigiendo poco a poco al ombligo y recorrían el bello púbico hasta que por fín sucedió, empezó a besar y succionar todo el precum que se había trasminado por el traje, hacía hilos de precum con la lengua, después ayudado de ambas manos y los dientes bajo el traje de un tirón, perdiendo casi un ojo con la punta de mi verga que se disparó como una catapulta, abrió ampliamente los ojos, sorprendido de la fuerza de mi erección y no solo de eso, sino también de su tamaño, levantó los testículos me pidió que abiera mas las piernas y se sentó con la cara entre ellas para poder lamer mi ano y la base de mi pene, no aguantaba mas, se lo dije y solo apretó la base de la verga para evitar la eyaculación, voltee hacia abajo para intentar distraerme y vi su pito totalmente enhiesto y desafiante, las lamidas alrededor del culo cada vez me ponían peor, sentía el semen correr y regresar queriendo emanar, decidí separarme de el e hice que se acostara boca arriba, me coloque en 4 patas con la verga sobre su cara y el empezó a mamarla con gran ansiedad, recorría de la punta a la base una y otra vez, a veces por fuera y otras con la verga dentro, sobaba mis huevos sin dejar de hacer presión sobre la base, yo por mi parte disfruté la vista por primera vez y tan cerca de una verga real, no podía creerlo, iba a probarla decidía lamerla como un helado, empezando por los testículos, luego la base hasta cerca de los límites del ano. El se retorcía de placer, me pedía que parara que iba a terminar y no quería, me giré para quedar de frente a su capullo y con la lengua lo recorrí lentamente, lo cual bastó para que empezara a derramar semen por todos lados, yo intente que cayera en mi boca, pero mi falta de pericia evitó que esto sucediera, el se quedó acostado con la verga aun firme y dura, sacando pequeñas gotas de semen, yo me di a la tarea de lamer cada gota del líquido salado hasta dejar limpio a Daniel, cada vez que limpiaba con la lengua la gotas de semen que seguía saliendo de su meato la verga daba un brinco contra el abdomen, yo me había olvidado que estuve a punto de eyacular, pero Daniel no, una vez que limpié todo rastro de semen de su cuerpo, me jaló hacia a él hasta quedar boca abajo, con los brazos estirados colocando mi pene a la altura de su cara, lamió nuevamente y con deleite mis testículos, solo bastaron unos segundos para que sintiera un escalofrío generalizado y la eminencia de la venida, se lo dije y se hizo hacia atrás para poder meterse el capullo de mi verga en la boca y tragar así toda la carga que solté la cual fue muy abundante y no le permitió tragarla toda, escurriendo por la comisura de sus labios hacia las mejillas, caí sobre su cara con el pene aun en su boca que se mantuvo ahí hasta alcanzar una nueva erección minutos mas tarde, estabamos de lado y le dije que valdría la pena que comiéramos algo pues eran cerca de las 12 de la noche. En cada uno de los cuartos habían dejado una canasta de fruta que juntamos para escoger que comeríamos, Daniel tomó una ciruela y empezó a lamerla y meterla y sacarla de su boca como si fuera un testículo, disfrutaba cada lamida y no me perdía de vista, yo tomé un par de granadas, las junté y también empecé a lamerlas y succionarlas aun sin abrirlas, iba de una a otra constantemente, las abrí y deje caer de una todas las semillas en la boca de Daniel quien las succionaba con gran deseo, el líquido de la granada se le escurría por los lados y yo me encargaba de lamerlo para no enmielarlo, recorrí una buena parte de su cuerpo de esta manera y el sistema le gustó pues tomó la otra granada ya abierta y me dijo - voy a aderezarla un poco - la acercó a su verga en ristre y dejó caer las gotas de precum que se habían acumulado, con un dedo revolvió la granada y me hizo lamer de nuevo toda la cáscara hasta que empezó a tomar pequeñas cantidades de semillas que dejaba caer en mi boca que permanecía abierta queriendo recibir todo, el sabor no variaba, pero el hecho de conocer el aderezo me tenía como León en celo, comí toda la granada sudando de la emoción y aprovechando para mamar sus dedos con el pretexto de limpiarlos, comimos otras frutas en el mismo sistema y después dijo - para terminar porque no nos endulzamos el culo - temblé de emoción y miedo, pense por un momento que me iba ya a meter ese bello monstruo y no sabía si estaría preparado, fue al baño y tomó dos condones, me pidió que me acostara en la cama boca arriba y que cerrara los ojos, así lo hice y pronto lo sentí sobre mí en posición de hacer un 69 clásico, abrí los ojos y nuevamente me prendí de su verga sin pensar, el se retiró y me dijo que tomaríamos un postre mientras no endulzábamos como les dije, me dio un plátano dentro de un condón y empezó a besar mi ano separando mis nalgas e intentando introducir su lengua en el remolino, la sensación era increible, lo mismo empecé a hacer con el y entonces me dí cuenta de su plan y decidí adelantarme, lo puse de lado y levanté una de sus piernas e introduje la punta del plátano en su deseoso ano que lo acogió sin reservas - te adelantas cabrón, dijo Daniel - y yo solo sonreí esperando que el hiciera su parte, sentí la punta como un gran placer, pero a medida que entraba apareció un poco de dolor que cedió rápidamente para convertirse en un placer poco descriptible, ambos íbamos acelerando, la entrada y salida, así como aumentando la profundidad, no se cuanto me lo llegó a meter a mí pero llegó un momento en que yo solo podía sostener el plátano del borde del condón, no solo lo disfrutaba, parecía que quería comérselo por el culo, mientras tanto, nuestras bocas trabajaban en un vaivén constante sobre la verga del contrario, parecíamos dos locos por nuestros movimientos casi convulsivos, ambos dijimos al mismo tiempo que estábamos próximos a terminar y se nos ocurrió lo mismo, sacamos los plátanos de cada culo, aventamos el condón, los pelamos, nos incamos uno frente al otro y cada quien baño su plátano con semen en cantidades industriales, sosteniendo con las cuatro manos por abajo para no desperdiciar nada, levantamos las manos a la altura de nuestras bocas y comimos primero mi plátano saboreando cada quien una punta como si siguiéramos mamando y poco a poco comiéndolo hasta terminar en un cálido beso en la boca, seguimos con el segundo hasta terminar lamiendo nuestras manos que contenían la mezcla de semen y plátano de ambos, caímos rendidos en la cama, abrazados y desnudos nos quedamos dormidos por un buen rato. Al otro día por la mañana, desperté sin encontrar a Daniel en la cama, me imaginé que andaría por ahí en los cuartos pero no lo encontré, vi una nota que decía que había ido a correr y que regresaría pronto, vi que se había dado un baño y yo hice lo mismo. Saqué la maleta en que venían los enseres de Daniel y los coloqué en un cajón del cuarto, había decidido que estuviéramos en el mismo cuarto ambos, en el suyo o en el mío, no importaba. Salí desnudo a la alberca desde donde se dominaba la playa y sentí el aire de la mañana recorrer todos mis rincones, era una sensación que nunca había disfrutado, alcance a ver a Daniel con una playera sin mangas holgada y unos shorts para correr que eran bastante sugestivos, entre a la habitación y me vestí con un bikini de licra negro transparente, una playera y un pantalón de mezclilla azul bien justo. Al llegar a la habitación, Daniel sudaba profusamente, en ese momento desee lamer y secar cada una de sus gotas de sudor, pero decidí esperar. Invité a mi amante a desayunar al bufete del hotel, se quiso cambiar pero prefería verlo así y bajamos, las meses tenían base de cristal, lo cual me permitía disfrutar de sus piernas. Tomamos algo de fruta y yugurt como remembranza de la cena, mientras esto sucedía Daniel abría las piernas y mostraba el capullo de su verga y parte de sus huevos a través del pequeño short, con discreción lo acomodó para mejorar mi visión y empezó a acariciar el capullo, posteriormente ya erecto le puso a la punta una pequeña cantidad de yugurt, carajo nunca se me antojó tanto el yugurt, después lo limpió con un dedo que lamió golosamente, esto me tenía exitado y tuve que reacomodarme para dar mas libertad a mi pene dentro de la ropa que llevaba puesta, cuando se acercaba alguien ponía la servilleta sobre sus piernas para evitar ser descubierto. El bulto en mi pantalón era evidente y no se diga el de él, nos valió esa situación y nos paramos por nuestro segundo plato, lo comimos rápidamente para poder subir a la habitación y seguir nuestras andanzas, me robé de la mesa la miel para poder comer postre, al llegar a la habitación el glande de Daniel era evidente por fuera del short y mi erección también lo era a través del pantalón, entramos y cerramos la puerta, nos abrazamos frotando nuestros cuerpos y besándonos apasionadamente nunca nos fijamos que había una persona de intendencia limpiando la alberca, oímos un carraspeo y nos separamos inmediatamente, solo dijo - perdón, regreso mas tarde - y salió inmediatamente, yo estaba rojísimo y Daniel solo se reía, momentos después estabamos nuevamente abrazados acariciando nuestras nalgas, frotando nuestros cuerpos, retirando las ropas, cuando me encontraba solo con el bikini de Daniel empezó a besar mis tetillas, a descender lentamente por el abdomen haciendo caminos de saliva, llegó hasta el borde de la prenda y empezó a lamer y mordisquear por encima de la licra, mi verga trataba de salir de esa prisión, la sensación era estupenda, el precum se transminaba y el lo sorbía con deleite, empezó a retirar el bikini con los dientes y a lamer los testículos y la base del pene, metió la punta a la boca y empezó a cogerme con ella, entraba y salía de la punta a la base y visceversa mientras tanto metía dos dedos en su ano hambriento, lo paré y lo tumbé en la alfombra del cuarto, tomé la miel que había robado y embadurné todo su pene con ella lo lamí hasta dejarlo limpio, mientras yo metía ahora uno, dos o tres dedos en su ano, daba unos suspiros de placer que hacían ver igual que su cara que disfrutaba del momento, hubiera deseado continuar hasta penetrarlo, pero me dijo que fuéramos a asolearnos y que después seguiríamos en lo nuestro, saqué del cajón un traje de baño de hilo dental que le había comprado y me puse el mío, tomamos el bronceador y salimos a la alberca donde había unos asoleaderos, nos pusimos mutuamente el aceite sin dejar un ápice libre, nos recostamos y estuvimos algunas horas como lagartijas platicando de cosas poco trascendentes y que no vale la pena abundar en ellas. Cerca de las dos de la tarde el sol caía a plomo y decidimos tomar algo, yo me serví una cerveza y el prefirió un Whisky en las rocas cuando se lo iba a entregar se me ocurrió algo tome sus piernas, las levanté hasta tener su culo expuesto, levantada la espalda, de modo que su verga cubierta quedaba a la altura de su cara, empecé a verter el líquido frío en su ano haciendo que se escurriera lentamente hacia la verga, una vez que la bolsa anterior del traje de baño estuvo bien mojada empezó a escurrir hacia su cara, lo acomodé para que cayera en su boca, Daniel tenía los ojos en blanco prácticamente, su ano parecía tratar de beber el líquido, mi amante clamaba por mas, decidí entonces que tomaríamos cerveza y empecé a vaciarla de igual manera, solo que ahora dejaba que se colectara un poco y la sorbía con mis labios, exactamente en en remolino negro del ano de Daniel, así estuvimos hasta terminar nuestras bebidas, para la mitad de este evento ya nuestros trajes de baño habían volado hacia cualquier lugar, la cerveza entonces escurría por la verga de Daniel cayendo algo babosa a su boca por el precum que emanaba, me dijo que se la metiera completa, que ya no soportaba mas, le dije que esperara y cuando regresé mientras el trataba de mamarse la verga el mismo metí en su ano un enema y le ayude mientras para que lograra su objetivo ¡y lo hizo!, después me comentó que no era la primera vez, minutos después salió apresurado al baño y regresó totalmente limpio de sus entrañas, antes de que me reclamara le dije que era mi turno, que me ayudara, hicimos el mismo procedimiento y me di cuenta de la cabronada que le había hecho. Yo creo que como venganza me colocó a mi en la misma posición en que yo lo había tenido, pensé que seguiríamos bebiendo ahora siendo yo quien disfrutara, se metió a su habitación y al salir traía un lubricante y un consolador de plástico gigante, traté de noverme demasiado tarde, el me dijo que evaluaría si quedé limpio, primero se paró sobre mi cara dejando su culo, sus huevos y su verga ahora flácida y pequeña a mi alcance, empezó por lubricar mi ano por fuera, con uno, dos, tres dedos a la vez para relajarlo, yo hubiera esperado recibir por primera vez una verga de carne en lugar de una plástica, pero a veces la vida no se planea y las realidad es que lo primero que recibí fue un plátano, yo disfrutaba al máximo para ese momento ya le había metido la lengua en el culo, me había comido y mordido sus huevos y ahora me cogía también por la boca con movimientos que yo no podía evitar, sentí la presión de la punta del consolador con un dolor tremendo, esperó unos segundos y lo metió de un golpe, del dolor grite y lo mordí por lo que también gritó, por suerte no lo lastime, acto seguido empezó a regular sus movimientos con los de su cadera y su verga, empecé a disfrutar como nunca y deseaba ser cogido por todas las vergas del mundo en ese momento, el dolor había pasado a ser un placer extremo le rogaba que siguiera, que no se detuviera, que terminara junto conmigo, terminó sacando por segundos su verga de la boca y llenándome la cara con su semen y recolocándolo en mi boca para no desperdiciar el resto, el movimiento del consolador no paraba y yo también me venía a borbotones sobre su abdomen escurriendo por su ingle y cayendo también sobre mi cara, le dije que dejara todo dentro pero que me dejara acostarme con el par de vergas en mis orificios, me quedé acostado unos minutos y el retiró también después de unos minutos los juguetes de mi placer, decidimos ir a darnos un buen baño juntos, yo me impresionaba que después de tales faenas persistiéramos con erecciones constantes, durante el baño nuevamente nos acariciamos al enjabonarnos, nos masturbamos mutuamente con las manos con las bocas, con los sobacos con los pies, con lo que fuera con tal de darnos placer uno al otros, terminamos nuevamente sobre nuestras manos y bebimos el producto de nuestra pasión, trasladándolo de una boca a otra en un largo beso, hasta tragarlo totalmente. Fatigados y desnudos, abrazados nos acostamos a ver algunas películas en la televisión, tomar algo para recuperar los líquidos perdidos, saciados por el momento y en espera de nuevas aventuras, nos sobábamos cariñosamente el pecho y jugábamos con nuestras tetillas. Ya para dormir le pedí que me cogiera, deseaba sentirlo dentro de mí y sobre todo recibir por primera vez la verga de un hombre. Me dijo que si, pero que primero me lo cogiera yo para que supiera del placer que le iba a proporcionar cuando él me cogiera a mí. Tomó el pomo de vaselina y empezó a colocarla en mi glande y cuerpo del pene y empezó a sobarlo deliciosamente, pero sobre todo con ternura, me pidió que tomara suficiente vaselina con los dedos y se los fuera metiendo poco a poco por el culo para dilatarlo, cuando esta tarea hubo terminado me dijo que me quedara boca arriba y se fue sentando lentamente entrando y saliendo sobre mi verga que lucía magnifica, erecta en su máximo poder y disfrutando del espectáculo estuve extaciado por al menos media hora, la verga de Daniel hacía despliegues de movimiento hacia arriba y abajo según el movimiento de su posesor, frecuentemente dejaba hilos de precum que relucían con la luz de las lámparas de cama, de pronto aumentó el ritmo de sus movimientos y empecé a sentir la proximidad de la culminación, mis testículos se retrajeron y de un momento a otro llené sus entrañas de una cantidad inimaginable de líquidos que escurrían por entre el ano y mi verga. Acto seguido se desmontó y levantó mis piernas, su verga estaba mas que lubricada con precum y para lubricar mi ano que estaba mas que relajado limpió mi verga y recogió lo que escurría de su ano colocándolo a la entrada de mi cueva que pulsaba de deseo, empezó a meter la punta de su verga y yo lejos de sentir dolor sentí un placer que no había calculado, me fue penetrando lentamente y con dulzura, yo levantaba la cadera para ayudarle a penetrar mas y mas profundo, sentía el golpe de sus huevos contra mis nalgas y en ese momento hubiera deseado tener dentro hasta sus huevos, los movimientos eran rítmicos y suaves, si estaba sintiendo lo que yo sentí cuando me lo cogí, debía de estar en las nubes, pero yo no me quedaba atrás, estuvimos cerca de una hora cogiendo, había momentos en que no se movía, solo la dejaba estacionada en la profundidad del recto, luego reiniciaba, me puso en todas las posiciones que se puedan imaginar, boca arriba, de lado, boca abajo, en cuatro patas, con la espalda levantada hasta ver mi verga enhiesta a unos centímetros de mi cara, en fin lo mas importante de todo es que la ternura con que lo hizo me llevó al cielo y mas allá, terminó cuando estábamos de lado y su semen me llenó todas las entrañas, apreté el culo para no perder nada del líquido delicioso con que me llenaba, nos quedamos dormidos, el sudoroso, yo penetrado y con una sonrisa delatora que duraría mucho tiempo. Durante la noche me hizo el amor algunas veces mas, no se cuantas, de hecho no se si lo soñé o fue realidad, el hecho es que amanecí aún penetrado, abrazado, erecto y con una gran mancha de mocos pegajosos delante de mí. Me separé de Daniel que dormía y me senté en la orilla de la cama a admirarlo centímetro a centímetro. El resto de las horas que nos quedaban, mas de 24, son motivo de otra historia, baste saber que entre otras cosas nos cogimos al mismo tiempo un melón hasta venirnos y desayunamos melón con crema, nos rasuramos hasta quedar realmente lampiños, nosotros que nos consideramos discretos recibimos la visita del cheff y dos meseros que nos sirvieron tres pares de huevos y chorizos monumentales que nos dieron de almorzar hasta saciarnos y también los saciamos a ellos con lo nuestro,en fin fue una fiesta de leche de la que salí mas que nutrido ¡y feliz!. Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. 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