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Mi Primo Pedrito

by Paco Silente


A mis once aïos.

Quiero relatar algo que me sucediñ cuando tenëa como once aïos, jamás habëa tenido el valor de contárselo a nadie, pero a raëz de que empecé a leer algunos relatos en páginas que tratan de sexo, sobre todo de sexo entre hombres, pensé que serëa þtil sacar de mi alma esto que me ha quemado por tantos aïos.

Todo empezñ un dëa que mi familia se disponëa a asistir a la boda de una prima, esta se iba a llevar a cabo en un poblado rural cercano a mi ciudad. Nos subimos todos a la camioneta y enfilamos muy temprano hacia el campo. En varias ocasiones ya habëamos visitado a los parientes de ese poblado, era muy bonito y la pasábamos de maravilla en el. Las casas que habëa, estaban distantes una de otra, y casi todas se localizaban a una corta distancia del hermoso rëo que cruzaba el pueblo.

Llegamos cerca del medio dëa, y de inmediato nos ofrecieron pasar a la mesa, a mi me encantaba la comida que preparaban en casa de mi tëo Pedro, sobre todo las ricas tortillas de harina de maëz, hechas a mano por mi tëa. Comimos muy sabroso y después nos juntamos todos los primos a platicar y hacer planes para esa tarde. Casi todos eran varones y mas o menos de mi edad, excepto mi primo Pedrito que tenëa como veinte aïos.

Acordamos ir a nadar al rëo, mientras los adultos se avocaban a terminar de preparar la fiesta de la boda, pedimos permiso para ir y nos dejaron pero con la condiciñn de que fuese Pedrito a cuidarnos, ya que el cauce del rëo iba crecido a causa de las recientes lluvias.

Pedrito nos condujo a una parte del rëo, donde no habëa gran profundidad, era como una alberca natural entre las rocas y bajo de un frondoso árbol que nos proporcionaba su sombra. Nos desnudamos y nos metimos al agua, Pedrito no quiso entrar y solo nos vigilaba desde la orilla, pero a insistencia de la mayorëa de nosotros, se quito la ropa y se nos uniñ. Nos causñ risa su cuerpo, ya que todos éramos unos niïos y no tenëamos tantos pelos como él. Le decëamos que parecëa chango, porque el vello le empezaba casi desde un poco debajo de cuello y le bajaba por el torso, el abdomen, el pubis, las piernas y hasta los dedos de los pies, en la espalda y las nalgas también tenëa muchos pelos. Su pene y sus testëculos eran mucho mas grandes que los nuestros, y en especial mis partes que eran pequeïitas.

Jugueteamos con Pedrito por un buen rato, sobre todo apostamos a ver quien aguantaba más tiempo bajo el agua, el castigo al perdedor era recibir una nalgada de mi primo mayor, y a mi me dio varias, ya que no aguantaba tanto como mis primos, porque ellos se mantenëan en el rëo y tenëan mucha práctica. Pero más que castigo, me parecëan caricias, porque no eran fuertes, más bien me sobaba el trasero. No le di importancia a esto y seguimos jugando hasta bien entrada la tarde.

Antes de que obscureciera, nos salimos de agua, brincamos un poco para secarnos, para poder ponernos la ropa. Nos vestimos y regresamos , habëa mucho barullo y mucha actividad en la casa, regaïaron un poco a Pedrito porque ya era tarde y tenëamos que cambiarnos de ropa para la ceremonia. Mi madre me dio la ropa y me dijo que me apresurara, porque estaban a punto de irse a la iglesia.

La misa me pareciñ muy larga y aburrida, no solo a mi sino también a mis primitos, porque los veëa que se retorcëan desesperados en la banca de la iglesia, asë que cuando concluyñ la ceremonia, respiramos. Salimos rumbo al salñn de recepciones, al menos allë no tenëamos que estarnos quietos y habëa mþsica que nos alegraba.

La fiesta estaba de muy buen ambiente y todos estaban muy contentos, sobre todo los adultos, ya que habëa bastante licor y cerveza, mi primo Pedrito habëa ingerido bastante cerveza, incluso me ofreciñ una, pero a mi no me agradaba ese sabor y la rechacé.

Después de un par de horas empecé a sentirme mal, me dolia mucho la cabeza y se lo comuniqué a mi madre, pero estaban tan entretenidos que poco caso me hizo, solo me recomendñ que me sentara un rato. Mi primo Pedrito me dijo que si querëa, él me llevaba a la casa para que reposara y que se me pasara el malestar, le pedë permiso a mamá y ésta dijo que si, que era mejor que me fuese a acostar. Salimos en el auto de mi tëo Pedro y en unos minutos llegamos. Entramos y él me ofreciñ un par de aspirinas y un vaso con agua. Después me llevñ a su recamara, me desvestë quedando solo en calzoncillos y me eché en la cama. Casi de inmediato me quedé dormido, no se cuanto tiempo dormë, pero me despertñ el sentir unas manos que me acariciaban los glþteos , me voltee y vi que era Pedrito y estaba desnudo, le pregunté, ¿qué pasa?, él me dijo, no pasa nada sñlo guarda silencio. Tratñ de bajarme los calzones y me retiré de inmediato y me quise bajar de la cama, pero el me lo impidiñ.

Me sujetñ contra su cuerpo y empezñ a acariciar mis partes ëntimas por encima del calzñn, luego me pasaba su mano por mi abdomen, mis pezones y mis labios. Sus manos eran fuertes y rasposas, propias de un hombre dedicado a las labores del campo. De nuevo tratñ de quitarme los calzones, yo forcejee con todas mis fuerzas, pero no pude evitarlo, porque era mucho más fuerte que yo. Asë que me encontré totalmente desnudo en los brazos de Pedrito. Me abriñ las piernas y pasñ sus dedos por mi ano y después me puso un dedo en los labios y me ordenñ que abriera la boca, yo obedecë e introdujo el dedo en mi boca, jugueteo un rato con mi lengua, luego lo sacñ para metérmelo en el ano, me doliñ mucho y empecé a gritar y llorar, pero el me dijo que gritara todo lo que quisiera, que nadie me iba a escuchar. Me sacñ el dedo, después de moverlo adentro y afuera y lo volviñ a introducir en mi boca casi hasta mi garganta, lo cual estuvo a punto de provocarme vomito.

Me colocñ boca abajo y procediñ a lamerme las orejas, el cuello, la espalda y los glþteos, separñ mis piernas y con fuerza frotñ su lengua en mi ano, tratando de introducirla. Girñ mi cuerpo y se puso encima de mi, tenëa su pene en erecciñn y empezñ a darme unos golpecitos con el en mis mejillas y mi frente, luego lo frotñ en mis labios y me ordenñ que sacara mi lengua para que se lo lamiera en la punta, donde le emanaba un liquido cristalino.

Con sus labios retirñ el liquido que habëa quedado en mi boca.

Fue bajando por mi cuerpo, lamiendo cada parte, se detuvo en mis pezones, los que mordiñ y chupñ por un rato. Llegñ a mi pubis y a mi pequeïo pene, se introdujo mis testëculos en su boca y los succionñ con tal fuerza, que me provocñ mucho dolor. Luego empezñ a chupar mi pene provocando una erecciñn y al poco rato, lo que pienso fue mi primera eyaculaciñn.

Se bajñ de la cama y jalñ mi cuerpo hasta la orilla de la misma, dejando mi cabeza colgando. Se abriñ de piernas y puso sus testëculos sobre mi boca, me pidiñ que sacara la lengua y se los lamiera, me dio asco porque tenëa muchësimos pelos en ellos, después se moviñ para que su ano quedase al alcance de mi lengua, más asco me dio, porque aparte de los pelos que tenëa allë, despedëa el olor caracterëstico de esa parte del cuerpo humano.

Después de un rato volviñ a colocarme al centro de la cama, yo pensé que ya se habëa acabado mi pesadilla. Pero estaba muy equivocado, me puso una almohada debajo de mis glþteos y levantñ mis piernas, colocándose en medio de estas, con una de sus manos se corriñ el prepucio de su pene, se escupiñ la palma de su mano y untñ la saliva en la punta del pene, lo acomodñ en mi ano y empezo a empujar, yo grité como loco, ya que el dolor que esto me provocaba era inmenso, su cosa era muy grande y gruesa. Poco a poco el pene fue entrando en mi y a medida que más adentro estaba, más aceleraba el ritmo de penetraciñn, entre más se movëa el dolor era mas fuerte, aunque llegñ un momento que al sentirla totalmente adentro el dolor cediñ y solo sentëa como entraba y salëa y el movimiento succionaba mis entraïas. No se cuanto tiempo durñ dentro de mi, pero de repente con un fuerte impulso la introdujo hasta el fondo y quedñ jadeando sobre mi cuerpo.

Sacñ de entre las cobijas una navaja y me la puso en la base de los testëculos, diciéndome, si le platicas a alguien de lo que pasñ esta noche, te arranco los huevos con todo y pito y créeme que no me voy a tentar el alma para hacerlo, donde te encuentres te busco y te los mocho.

Se incorporñ y se dirigiñ al baïo, en unos minutos regresñ con una toalla hþmeda y me limpiñ el cuerpo, sobre todo el área del ano. Me preguntñ si querëa orinar, le dije que no. Procediñ a ponerme los calzones y a arroparme. Se fue de nuevo y volviñ con un vaso con agua, me pidiñ que abriese la boca, me introdujo una pastilla y me dio a beber agua., me imagino que lo que me dio fue un somnëfero, ya que al poco rato me quedé dormido

Por la maïana, me despertñ la voz de mi madre, que me decëa... levántate flojo, que ya es tarde y tenemos que viajar a casa, yo me sentëa mareado y terriblemente confuso, recordaba lo que habëa sucedido, pero no acertaba a distinguir si habëa sido una pesadilla o algo real, aunque al moverme corroboré lo que pasñ, ya que me dolëa el ano y también lo glþteos.

Durante la maïana, no quise comer nada, solo bebë un vaso de jugo de naranja. Pedrito no se apareciñ por la casa, ni siquiera para despedirse. Subimos las maletas y empezamos el retorno a nuestra casa, Durante todo el trayecto no abrë la boca para nada, pero nadie se percatñ de ello, ya que estaban desvelados y se durmieron.

Durante los siguientes meses hubo varios viajes a la casa de mis tëos, pero en ninguna de las ocasiones quise acompaïarlos y me quedaba en casa de mi abuela materna, a la cual le tenëa mucha confianza, pero no era suficiente para contarle lo que me habëa pasado y siempre lo oculté porque mi vergùenza era terrible.

Me volvë un niïo triste y retraëdo y posteriormente en mi adolescencia me dio una depresiñn crñnica, de la cual pude salir, gracias a mi fuerza de voluntad y a entender que lo que me sucediñ no fue mi culpa y en todo caso, no tiene importancia para mi masculinidad o para mi integridad como ser humano.

silentesad@hotmail.com

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Web-01: vampire_2.0.3.07
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