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El Sabroso Empleado, Part 1

by Luisito


La siguiente historia sucediñ cuando yo tenëa 18 aïos.

Era verano y yo estaba de vacaciones. Mi familia se habia ido el fin de semana a casa de unos tios, yo me quedé porque tenëa labores escolares que hacer. Antes de irse me avisaron que al dia siguiente vendrëa un empleado de confianza de la compaïia de mi padre a reparar un desperfecto eléctrico que habëa en la casa.

Esa noche como estaba solo en casa, dormë desnudo porque eso me excitaba mucho, recuerdo que vi una pelicula porno gay en mi compu, luego me masturbé bien rico y me quedé dormido. A la maïana siguiente al despertarme me masturbé de nuevo y me dispuse a baïarme, pero en eso sonñ el timbre de la casa, me dirigë a la puerta esperando que fuera el mismo empleado sin chiste que siempre enviaban a hacer ese tipo de tareas...

Para eso ya estaba medio vestido, me puse un playera tipo sport y unos shorts. Abrë la puerta y me quedé atñnito ante el especimen que se encontraba frente a mi, era un hombre guapësimo y buenësimo, de aproximadamente 25 aïos, piel morena, dura y suave a la vez, cabello castaïo oscuro y ojos verdes, bastante musculoso, pero no del tipo marcado, sino más bien con mucha masa muscular, sus brazos eran grandes y acogedores, su cara la de un hombre hecho y derecho, es decir, no lucëa afeminado para nada, sino más bien como un macho semental, no tenia nada de barba. Vestëa una camisa blanca semitransparente ke hacëa notar muy bien sus mþsculos, estaba abierta casi hasta la mitad y dejaba ver su pecho completamente lampiïo y bronceado como el resto de su cuerpo, tenëa las mangas recogidas lo que mostraba más sus hermosos brazos; su pantalñn era de mezclilla azul clara, estaba tan justo que sus muslos parecëan reventarlo y además denotaba un gran bulto debajo, el pantalñn tenëa una abertura en la pierna derecha, hecha por el trabajo duro imagino, que mostraba su muslo igual de lampiïo que su pecho. Él estaba algo sudado, pero lejos de oler mal, despedëa un aroma excitante a hombre que enaltecëa su gran virilidad, levantñ su brazo para secarse el sudor de la frente, y al contraerse el mþsculo mostrñ un biceps perfecto que me prendiñ muchësimo.

Me saludñ y se presentñ, cuando estreché su mano sentë su gran fuerza, sus manos eran grandes y duras, su voz era recia y a la vez dulce de cierta manera. Yo tardé un poco en reaccionar, pero enseguida volvë en mi y le dije que ya sabia a lo que venia y que podëa pasar a hacer su trabajo, me pidiñ que le mostrara cual serëa la habitaciñn donde trabajarëa y le dije que avanzara, yo me coloqué atrás de él para poder contemplarlo, con sus nalgas sucedëa lo mismo que con sus muslos, el pantalñn quedaba muy justo, a punto de reventar, sin embargo, su trasero era más grande y se marcaba hasta la raya del centro que dividëa sus sabrosas nalgas, yo estaba embelesado. Él volteñ y notñ mi mirada en su culo pero se hizo al tonto y me preguntñ que si era aquella habitaciñn, para eso ya habiamos llegado al cuarto donde trabajarëa asë que le dije que me irëa a mi habitaciñn y que cualquier cosa que necesitara yo estarëa en la habitaciñn contigua.

Me fui a mi cuarto y pasñ un rato, al ver que no me llamaba decidë ir por un vaso con agua y llevárselo, le dije:

- Toma, debes estar muy cansado.

- Muchas gracias, hace mucho calor y el trabajo me da mucha sed.

- Si quieres más agua al rato me avisas, sin pena.

- Esta bien, gracias.

Mientras más lo veëa más me excitaba, no podëa más. Volvë a mi cuarto y me dispuse nuevamente a baïarme, me quité mi playera, tomé una toalla y me dirigë al baïo, pero para llegar habëa que pasar por el cuarto donde estaba él; pasé haciendo ruido con mis pies y miré de reojo notando que él me volteo a ver, eso me excitñ tanto que mientras me baïaba sñlo pensaba que yo estaba solo con ese hombre, asë que me masturbé una vez más, pensando en lo que él me podrëa hacer... Al terminar salë del baïo con tan sñlo una toalla corta en mi cintura y fui directo a mi cuarto. Entré y me puse unos boxers ajustados, no me podëa quitar su imagen de la mente, prendë mi compu y después de un rato de no hacer nada puse un video porno gay donde un chavo bien bueno se cogia a otro durësimo durante un buen rato, hasta que los dos se venëan, y comencé a sobarme la verga sobre el boxer.

A propñsito dejé la puerta abierta y puse el volumen más o menos alto, yo me coloqué de tal manera que quedé de espaldas a la puerta, y se oëa en el video: Aahhhh!!! Fuck me! Big daddy i'm yours! Aaaaahhhhh!!!! Please give me your milk!!! Ooohhh daddy!!

Me entretuve tanto con el video que olvidé por un instante que no estaba solo, cuando reaccioné me di cuenta de que él estaba detrás de më viendo el video también y acariciándose el pollo. Nos miramos a los ojos y él de golpe me levantñ y sin decir nada me tomñ entre sus enormes brazos, apretandome duro contra su cuerpo, y me besñ fuertemente, colocñ su mano en mi nuca y acercñ más su cara a la mëa, me tenëa atrapado. Su otra mano iba bajando lentamente por mi espalda hasta llegar a mi culo que empezñ a sobar, su lengua poco a poco fue penetrando mi boca mientras mi saliva se mezclaba con la suya, haciendome vibrar de la excitaciñn, yo podëa sentir su olor a macho más fuerte que antes.

Se detuvo, se separñ un poco de mi y me dijo:

- Desde que te vi cuando abriste la puerta me excitaste un chingo, querëa besarte, cogerte y cuando vi lo que estabas viendo y que te gustan los machos no dudé en tomar la iniciativa, y al ver que no te resististe me exité más y te besé más duro, chiquito.

Yo me le quedé viendo, sus labios eran gruesos y mojados, no tuve palabras para responder, sñlo me acerqué de nuevo a él y lo besé, imagino que él entendiñ lo que yo querëa porque continuñ sin oponerse para nada.

Me seguëa besando pero ahora más apasionadamente mientras me sobaba el culo, yo metë mi mano en su camisa abierta y le empecé a acariciar el pecho, era duro como un tronco y no tenia nada de vello, llegué a su pezñn y lo apreté tan fuerte que él hizñ un pequeïo gemido de placer; saqué mi mano y comenzé a desabrocharle la camisa, él me ayudñ y se la quitñ rápidamente, casi rompiéndola, hasta eso nos seguëamos besando, pero en ese instante, yo me detuve y lo miré desnudo de la cintura para arriba, no podëa creer el gran macho que tenëa enfrente y sñlo para më. Me acerqué a su otro pezñn y comenzé a chuparlo mientras le acariciaba el otro con la mano, él me tocaba todo el cuerpo.

Gimiñ de nuevo y colocñ sus manos detrás de su nuca, yo voltié a ver hacia arriba, él tenëa los ojos cerrados asë que volvë hacia aquel pezñn que tanto me excitaba, lo lamëa, lo chupaba y hasta lo mordëa levemente; de pronto me separé un momento y miré sus axilas, tampoco tenëan absolutamente nada de vello (yo tampoco tenëa pero sabëa que a su edad él no sñlo debia tener vello axilar sino también en el pecho), sin embargo, lejos de desagradarme la idea me excitñ aþn más, me sentë atraëdo por esas axilas suaves y limpias, asë que acerqué mi cara a una de ellas, ese aroma a hombre que tanto me habëa excitado se intensificñ mucho, lo cual me agradñ todavëa más, comenzé besándola pero luego quise lamerla también, mi lengua se paseaba por toda su axila, impregnándose de ese olor que combinado con el sudor provocado por la excitaciñn, hacëa que yo no quisiera parar nunca; sin embargo lo hice, pero sñlo para dirigirme a la otra axila y hacer lo mismo, besar, lamer, chupar, oler; no podëa creer lo que estaba haciendo!

De pronto, el tomñ mis hombros con sus manos y me separñ, me mirñ fijamente mientras se soltaba el cinturñn y me dijo:

- Quieres chuparme la verga?

- Claro papi! Lo que tu quieras.

- Pero antes, comparte conmigo ese olor que tanto te excita.

Me acercñ nuevamente a él y me besñ lamiendo mis labios y metiendo su lengua otra vez, mientras murmuraba: Mmmmm!! Que rico! al sentir su propio olor en mi boca.

Poco a poco, yo fui bajando por su pecho, su ombligo, pero sin despegar mi boca de su cuerpo, llegué hasta su pantalñn, el cual desabotoné como un niïo hambriento que abre el empaque de su "caramelo", lo bajé de golpe y debajo él tenëa una pequeïa tanga blanca que ya no podëa contener su verga de lo parada que estaba, note una gran mancha de presemen en la tanga la cual comencé a lamer mientras con mis manos sobaba sus nalgotas y jalaba y soltaba ese delgado hilo que se hundëa entre sus dos grandes melones.

Ya no me aguantaba más, asë que de un tirñn jalé su tanga para abajo y pude admirar su gran pedazo de carne muy cerca de mi cara, estaba paradësima, era circuncisa, de un largo normal, pero bastante gruesa, al quedar completamente desnudo frente a mi pude notar que tampoco en las piernas tenëa nada de vello, sus muslos eran muy anchos, comenzé a sobarlos y apretarlos, pero lo que más me excitñ fue que tampoco tenia vello pþvico, la zona arriba de su pollo estaba limpia, lo cual hacëa notar su verga más choncha, pasé mi lengua por ahë y se sentëa muy suave, como si nunca hubiera tenido vello, su verga se parñ aþn más, yo tomé su vergota con mis manos como si fuera el tesoro más preciado de mi vida, la sobaba y la acariciaba con deseo, comencé a darle besos, me la pegaba en la cara y le chupaba la punta, mientras seguëa tocando su culote. Él me acariciaba la espalda y los hombros.

Me excité tanto que poco a poco fui metiéndola en mi boca, hasta que ya la tenëa toda dentro, la chupaba, la lamëa y la sacaba y metëa con fuerza. Él gemëa de placer. Estuvimos asë un rato pero de pronto el empezñ a aumentar el ritmo, tratñ de apartarse para venires fuera, pero yo le apreté más la verga con mi boca y las nalgas con mis manos, dándole a entender que yo querëa que se viniera en mi boca, él comprendiñ y entonces se dejñ llevar por sus instintos de macho semental. Me decëa:

- Eso es bebecito, te vas a tragar toda la leche de tu macho.

- Haz gozar a tu hombre, chiquito!

- Hay te va lo que te gusta mi amor!

En eso comenzñ a venirse en mi boca, yo la abrë más para poder disfrutar de esa leche que tanto deseaba, sentë el primer chorro en mi boca; los gemidos no se hicieron esperar: Aaaaaaaaahh!! Mmmmmmmm!! Oooooohh!! Que sabroso!! Mientras yo le sobaba los huevos para aumentar su orgasmo, se movëa como un toro enloquecido, me la sacaba con fuerza y me la metëa hasta el fondo de mi boca; mi lengua se movëa más que nunca para alcanzar todo ese rico semen. Lo que noté fue que no dejaba de sacar semen a chorros, su orgasmo parecëa interminable! De prontñ sacñ su vergota (que seguëa parada) de mi boca, yo enseguida la agarré fuertemente con mis manos, me la untaba en la cara, seguëa soltando borbotones de leche que caëan por toda mi cara, yo trataba de atrapar todo lo que chorreaba con mi boca, para no dejar caer ni una sola gota de la leche de mi hombre. Pasñ un rato más para que él dejara de soltar semen, de pronto diñ un respiro profundo (Uff!!) y llegñ la calma después de la tormenta; yo seguëa lamiendo toda la leche que habëa caëdo en mi cara, también cayñ en mi pecho y cuello, yo estaba baïado en la leche de mi macho! Él me tomñ de las axilas y me levantñ suavemente, comenzñ a acariciarme y me dijo:

- Te gustñ niïito?

- Por supuesto papazote, me encanta tu leche, quiero que me baïes con ella de nuevo.

- Que lindo y tierno eres, ven con tu papi que te voy a hacer mëo.

- Lo que tþ digas papi, soy tuyo!

Me acercñ a él y mientras me acariciaba todo el cuerpo, empezñ a lamer el semen de mi cara, después que terminñ se acercñ a mi boca (que todavëa estaba llena de leche) y me besñ metiendo su lengua hasta el fondo, nos seguimos lamiendo y besando por varios minutos, él limpiñ todo el semen de mi pecho, cuello y cara con su lengua y luego volviñ a compartir ese sabor conmigo. Yo estaba excitadësimo pues todavëa no me habëa descargado.

Y ahë estábamos, besándos, abrazándonos, sobándonos y lamiéndonos, mientras en la compu pasaba otro video porno, que nos mantenëa muy calientes...

Continuará (pronto).

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