Gay Erotic Stories

Como es tradición el 1 de enero todo el mundo se va para la playa, y mi hermano no es la excepción en esta tradición. Se llama Jonathan, es alto mide como 17.8 m, es blanco de ojos color miel y de buen cuerpo. Era lunes y yo venia llegando mi viaje, cuando me entero por mi madre que aquel sufría de una fuerte irritación de la piel, debido al exceso de sol, y a la combinación de arena sal, agua y al no haberse cambiado el vestido de baño durante dos días. Como ya dije, él estaba casi parecía un camarón de lo quemado, mi madre me preguntó si yo podía frotarle una crema en las quemaduras, en las ampollas y en las laceraciones que tenía; lo cual hice sin ningún tipo de retraimiento. Eran ya las 8:00 de la noche y luego de estar en la regadera por mas de media hora, salió desnudo del baño, mostrándome su fabulosa verga de unos 15 cm de largo que parecía estar algo dormida, yo le mire a los ojos y descubrí un extraño brillo que nunca antes había notado. Se acostó desnudo sobre su cama y descubrí que en realidad la cosa era pero de lo que yo pensaba, así que me di manos a la obra, tome el pote de crema y empecé de arriba hacia abajo, dándole un suave masaje en toda su espalda. Recorría su cuerpo mojado frotando aquella deliciosa y cremosa sustancia, fue una delicia para mí imaginar que quizás aquella verga que ya había visto ahora y con la presión de su cuerpo encima y además de mi sensual masaje ya estaría de buen tamaño. No paso mucho tiempo y yo ya me había pasado de la espalda a la parte posterior de sus piernas, recorriendo los gruesos muslos e intentando llegar cada vez mas cerca de sus nalgas y a aquel apetitoso culo, por el cual se me hacía agua la boca. No pudiendo contenerme más le pregunté si podía acercarme a sus nalgas a lo que él respondió encojiéndose de hombros lo cual me hizo suponer un SÍ por respuesta; abrí lentamente su culo y unté mi mano con mas crema fría, y él al sentir esta fría en sus nalgas pronunció un delirante sonido como si le hubiera producido gran placer la llegada de mi mano a su portentosa raja. Seguí metiendo uno, dos dedos dentro de su ano, buscando que esto no le produjera dolor alguno, yo ya estaba que podía botar espuma por la boca de lo excitado que estaba, más me contuve una vez más y decidí darle la vuelta a su cuerpo. Para encontrarme tal y como lo había pensado con su verga con una formidable erección, yo he visto muchas vergas pero esta era la primera vez que veía una tan erecta y de una forma tan grata. Entonces procedí a tomar su erecta verga entre mis manos, lo que hizo que soltara un gemido de placer, me confesó que nunca había tenido contacto de esta forma con otro hombre y que desde hacía tiempo pensaba que la primera vez tenía que ser especial. Algún amigo en común le había comentado que se rumoraba que a mí me gustaban los hombres y ese día el se había decidido a comprobar que además de hermanos, no más que la sangre. Después de haberle estirado el prepucio para atrás, (porque él al igual que yo no es circunciso) empece a darle una mamada que nunca olvidaría, introduje cuanto pude su hermosa verga en mi boca lo que le produjo un placer arrebatador, pues agarro mi cabeza y la atraía hacia su pubis, yo sentía que iba a terminar sin tocarme, pues mis manos estaban muy ocupadas trabajando con sus nalgas y su pequeño ano. Yo sentí aquel primer chorro de esperma caliente dejándose caer por mi garganta, teniendo yo casi simultáneamente una eyaculación que fue a parar en su pecho y abdomen, luego de terminar él se sonreía y me tomaba el cabello entre sus manos y decía: creo que de hoy en adelante me va a gustar que me des masajes todos los días. Así han pasado tres año, y cada vez que puedo yo le doy un buen masaje y algo mas a mi querido hermano