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Damián, el electricista

by Fernandop


Damián, el electricista

Cuando se me rompiñ el ventilador nunca pensé que iba a pasar unos momentos tan placenteros con el electricista tan sexy que llamé.

Hacëa un calor impresionante y viene y se me rompe el ventilador. Asë que llamé por teléfono al service que me habëan indicado en el negocio donde lo compré, pero no respondiñ nadie en el celular. Por la tarde suena mi teléfono y cuando atiendo una voz muy profunda, de esas que te dejan loco cuando las escuchás, me dice que habëa recibido una llamada de mi nþmero y cuando le pregunto qué quién era él me dice que se llama Damián y que se dedicaba a arreglar artefactos eléctricos. Entonces acordamos en qué momento vendrëa por mi casa y yo me quedé pensando en cñmo serëa la persona que poseëa semejante voz.

Cuando llegñ esa tarde y lo vë me dejñ impactado. Era un chico alto, cerca de 1,85, piel trigueïa, pelo largo hasta el cuello, unos ojos marrones muy alegres y una sonrisa que me dejñ boquiabierto, lo que se completñ con un saludo muy amable y un apretñn de manos que me hizo sentir un hormigueo en todo el cuerpo. Quedé medio noqueado. Jaja. Casi no podëa explicarle cuál era el inconveniente. Bueno, quedamos de acuerdo en que me llamarëa para decirme cuánto me saldrëa el arreglo y se fue. Me quedé ansioso esperando que me llamara y cuando lo hizo no pude contener una erecciñn mientras hablaba con él.

Por la tarde volviñ y me empezñ a explicar qué arreglo habëa hecho. Yo ni lo escuchaba, sñlo tenëa ojos para mirarlo directamente a los suyos mientras hablaba, hasta que me dijo que pusiera la mano sobre el ventilador para sentir su vibraciñn. Aproveché y puse mi mano sobre la suya, y él no hizo ningþn movimiento. Sñlo me mirñ y siguiñ sonriendo. Estuvimos asë unos minutos mientras yo sentëa el calor de esa piel que vibraba junto con la mëa a causa del motor del ventilador. Fue una experiencia muy intensa. Yo no sabëa cñmo esconder mi pija totalmente al mango.

Nos paramos y me preguntñ si no tenëa algþn otro trabajo. Yo recordé que en el techo tenëa un ventilador que hacëa mucho que no funcionaba asë que le indiqué y él se subiñ a una silla para ver qué tenëa y mientras lo hacëa yo pude ver que tenëa un bulto bastante considerable. Mientras se estiraba se le levantaba su remera y se le veëa parte de su cuerpo. Yo estaba totalmente caliente.

Mientras miraba el aparato me dijo que hacëa mucho calor, entonces le dije que si querëa que se pusiera cñmodo. Me preguntñ si no me molestaba y le dije que no. Entonces se bajñ de la silla y lentamente se fue sacando su remera.

Cuando lo hizo me mostrñ un cuerpo que me dejñ loco. Bien marcadito, fibroso, unos pectorales hermosos y unos abdominales con sus cuadritos bien marcados. No pude evitar decirle que tenëa lindo cuerpo. Me dijo que iba tres veces por semana al gimnasio y le pregunté si podëa tocarlo. Me dijo que së y doblñ su brazo mostrándome unos bëceps impresionantes. Disimuladamente bajé mi vista y vi. que su bulto seguëa intacto. Entonces le toqué los pectorales y los abdominales haciendo algunos comentarios sobre su dureza.

Decidë jugarme un poco más y le pregunté si sus piernas también estaban bien formadas y tan duras, me preguntñ si querëa verlas asë me sacaba la duda. Por supuesto que dije que së, asë que empezñ a desabrocharse el cinto. Yo ya no podëa más. Iba a verlo casi totalmente desnudo. Cuando su pantalñn cayñ, descubrë unos boxers negros que ocultaban un bulto impresionante. Él me miraba con sus ojos brillosos y una sonrisa muy sexy y me dijo que tocara si querëa, entonces toqué sus piernas pero no pude más y puse mi mano sobre su sexo, mientras lo miraba directamente a los ojos. Damián se sonriñ y me preguntñ si le gustaba. Le dije que së y que me volvëa loco. Entonces lentamente se acercñ a më y me besñ. Primero jugando apenas sobre mis labios y después cuando apoyo totalmente sus labios sobre los mëos y su lengua comenzñ a abrirse paso en mi boca sentë que estaba en la gloria. Me besñ con un beso hþmedo tan caliente que yo sentëa desfallecer. Pocas veces me habëan besado asë. Me hacëa acordar mucho a Miguel, de quien ya hablé en otro relato.

Estuvimos un rato asë con nuestros labios unidos y nuestras manos tocándonos nuestras pijas, hasta que le dije que fuéramos a la pieza. Allë le bajé el boxer y descubrë un pedazo de casi 20 cms. Que rápidamente estuvo en mi boca. Lo chupé durante un rato largo hasta que sentë que se estaba por venir. Lo esperé y sentë varios estallidos de semen dentro de mi boca que me fui tragando con gran placer. Era un sabor agridulce muy suave y seguë tragando hasta que ya no saliñ una gota más.

Cuando le limpié totalmente su pija me subë y comenzamos a besarnos mientras yo le traspasaba a su boca los restos de su semen. Fue un beso totalmente sabroso. Estuvimos un rato largo, yo acostado encima de él y nuestras dos pijas duras frotándose hasta que me dijo que querëa cogerme. Yo dije que si y me puse en posiciñn de perrito. Aunque ya habëa cogido con Miguel, sentë un poco de temor porque la pija de Damián era más grande que la de Miguel, y un poco más gruesa. Pero me dijo que iba a ser cuidadoso, y lo fue. Me lubricñ con sus dedos hþmedos hasta que estuve dilatado y de pronto sentë como su cabeza se apoyaba en mi ano y ahë se quedaba. Lentamente fue entrando, cada vez un poco más. Yo sentë un gran dolor, sobre todo cuando pasñ su cabeza, pero después ese dolor se fue mezclando con placer hasta que sentë sus testëculos tocar mi cuerpo.

Y ahë empezñ el juego. Damián empezñ a moverse en un juego de avance y retroceso, primero dentro de mi cuerpo y después entrando y saliendo totalmente, mientras hacëa movimientos circulares y me acariciaba. Después saliñ totalmente y me hizo cambiar de posiciñn. Yo acostado boca arriba levantando las piernas y él entrando y saliendo de më. Eso me hizo calentar más todavëa, porque podëa ver el placer reflejado en su rostro mientras me cogëa. De tanto en tanto se acostaba y me besaba y con una mano me masturbaba.

Fue un momento tan placentero, como habëa gozado pocas veces. Hasta que me dijo que los gestos de su rostro me indicaron que estaba por acabar. Le dije que esperara asë los dos acabábamos juntos y empecé a masturbarme. Cuando le dije que ya me venëa, me dijo que él también y mientras yo sentëa el calor de su semen desparramarse dentro de më yo lo baïé con el mëo. Estuvimos un rato más asë, los dos unidos por su pija hasta que él saliñ de më y empezñ a lamer todo mi cuerpo con restos de mi semen y después me besñ. Ahë sentë por primera vez ese sabor proveniente de më que terminñ esa sesiñn de sexo tan inimaginable que tuvimos por primera vez.

Por supuesto que se llevñ el aparato y cuando volviñ tuvimos otra sesiñn y me di cuenta de que mi casa tenëa muchos problemas de electricidad, por lo que tendrëa que llamarlo muchas veces. Ya hemos tenido como cinco encuentros. Veremos qué pasa cuándo ya no haya nada para arreglar.

Si les gustñ, pueden escribirme a fern_pon@hotmail.com


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