Gay Erotic Stories

Carlos tocaba la puerta de mi cuarto y yo no le contestaba. -sé que estas ahí, ábreme la puerta. No seas niño. -¡Lárgate! Y sentí sus pasos alejándose de mi habitación. Sin embargo, Miguel y papi no se preocuparon en tan siquiera acercarse a darme una explicación. Al ver que pasaban los minutos decidí ir al cuarto de papi y para mi sorpresa papi estaba acostado bocarriba y Migel de espalda a la puerta encima de papi metiéndose esas ocho pulgadas con un placer salvaje. -AYyyyyyyyyyyyyyy papi, que rico, sigue metiéndomelo hasta que te canses. -Siiiiiiiiiii bebé sabes que papi no se va a cansar de cogerte. Y Miguel se bajaba acostándose sobre papi y el pene entraba y salía como una culebra de su cueva. Miguel subía y bajaba con apetito y papi lo alimentaba sin piedad. seguía subiendo y bajando con más rapidez y papi con sus manos agarrando las nalgas no dejaba que se le saliera el monstruo del culo de su hijastro. Se me volvió a parar y me fui al cuarto a masturbarme y con los ojos cerrados veía la imagen de papi y Miguel gozando sin escrúpulos. En eso sonó el teléfono y con la leche saliendo a borbotones lo contesté. _Hooooola _Soy yo, Carlos. No me enganches. _No tenemos que hablar _Te equivocas. Tenemos mucho que hablar. ¿Puedo pasar por allá? _No sé si estaré aquí. _Claro que estarás ahï. Esperáme. A los veinte minutos se apareció en mi casa y lo pasé a mi cuarto. Todavía Miguel y papi estaban encerrados en el cuarto y se escuchaban los gemidos. _Esos dos son insaciables- decía Carlos. _Me lo dices o me lo preguntas. Pero tú, tú...no puedo creerlo. ¿Cómo pasó y desde cuándo tú y papi... _Hace unos meses que estoy teniendo sexo con tu papá y Miguel. Una tarde en que te vine a buscar y tú no habías llegado de la prática de fútbol, me dirigí a tu cuarto y sentí ruidos venir del cuarto de tus padres. Pensé que era tú y como la puerta estaba semi abierta, me acerqué y fue cuando ví como tu papá estab metiendo con Miguel y nada más que de pie. Tu papá lo tenía agarrado sobre su cintura y lo aguantaba por las nalgas y Miguel agarrado del cuello de tu papa lo besaba como un loco mientras el monstruo de tu papá entraba y salía con una facilidad extraordinaria que me excitó al instante. En eso tu papá me vió y me invitó a entrar. Yo hechizado por tal escena erótica me dejé guiar y sin darme cuenta estab desnudo y con la lengua de tu paá dentro de mi boca mientras seguía fastidiando a tu hermanastro. Fue cuando lo tiró a la cama sin sacarle el pene de adentro del culo rosadito de Miguel y y yo me subí a la cama como una lombriz. Tu papá me volteó y sin preguntarme, apuntó su pene a la entrada de mi culo y sin darme cuenta lo enterró salvajamente que el grito lo escucharon en casa. Pero al instante el placer me venció y desde entonces lo hemos hecho por lo menos dos veces al día y hasta tres y cuatro los fines de semana. Muchas han sido las noches que me he quedado aquí y después que te dormías, me iba a la cocina o al sótano a encontrarme con tu papá y Miguel. Una noche por poco y tu mamá nos agarra en la cocina. Tu papá estaba sentado en la silla del comedor con su pijama y yo con la mía pero con un roto en la parte trasera. Yo estaba sentado en los muslos de tu papá con el pene dentro de mí y subiendo y bajando gozaba de esas 8 pulgadas. Cuando tu papá se venía dentro de mí sentimos los pasos de una persona y pensamos que eras tú, pero era tu mamá que venía a buscar un vaso de agua. _¡Qué susto me han dado! Pensé que eran ladrones. ¡Qué hacen tan tarde aquí. Por suerte estaba medio dormida y no traía los espejuelos. Ella tomó su vaso de agua y yo y tu papá seguimos gozando con Miguel debajo de la mesa chupándome el pene y tragándose poco a poco la leche que me había sacado. Al irse tu mamá tu papá se acostó sobre la mesa y yo me subí y me enterré su monstruo y en eso Miguel subió y por la espalda me agarró y enterró su pene dentro de mí y fue el placer más grande de mi vida el sentir los dos penes dentro de mí uno saliendo y otro entrando llenándome de dicha hasta que nos desbordamos de placer. En eso Miguel ya estaba sobre mí tratando de besarme y yo lo dejé y nos chupamos como lobos. En posicíón 69 nos mamamos hasta sentir el éxtasis del placer, pero aguantamos hasta que Miguel me tomó entre sus brazos y pasaba su gran pene por la ranura de mi culo y sentí la punta tocar a mi puerta y con mis manos sobre sus nalgas lo empujaba delicadamente hasta sentir como entraba lentamente y sentí sus 7.5 pulgadas dentro de mí y se quedó ahí sin moverse por unos minuto mientras su lengua jugaba con la mía y nuestros jugos salivales se mezclaban y su pene comenzó a entrar y salir poco a poco e hicimos el amor por vez primera. _Papito, tanto tiempo deseando este momento y por fin te tengo dentro de mí, todo dentro de mí. _Yo también, ahhhhhhhhh, deseaba este momento cada noche que nos acostábamos en la misma cama y cada día que te veía en la escuela. AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH Y el placer nos llenaba de felicidad y él me llenó el culo de su semen caliente. Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyy, me vengo y con mis manos me masturbaba hasta que lo acompañé en la ruta del placer. Fue cuando ví a Miguel y papi en la puerta del uarto sonriendo.