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Perversiones (1° Parte)

by Skat


Todo comenzó cuando entre a trabajar a la firma de abogados en donde había presentado mi currículum. El puesto que me dieron era muy bueno y la paga la mejor que se puede conseguir de abogado.Bastante logro para un chico de 24 años recién salido de la facultad. Mi novia me dejó hace un par de meses y desde entonces no salgo de noche ni me junto con mis amigos ya que todos estan en pareja, y me siento como el que está de más ahí. Así que cuando llegué a la oficina, no esperaba conocer a ninguna chica, es más, no quería saber de ninguna secretaria ni nada por el estilo. Las mujeres ya habían pasado para mi. Mi oficina era grande, y se encontraba al final de un largo pasillo en el antepenúltimo piso del edificio. Cuando caminaba por el pasillo hacia mi oficina, cuando de una de las oficinas continuas salió un tipo. Era de estatura media, pero bajo el traje que vestía se podía notar un trabajado cuerpo. Su cabello pelirrojo, casi como fuego, era corto, la medida justa para peinarse al estilo Holywood. Sus ojos azules, tan profundos y oscuros como un abismo, me miraron en sus ojos y una sonrisa se dibujo en su cara. Cuando pase, su mirada no se quitó de encima mío, no quise girar la cabeza por miedo a tener que mirarlo de nuevo. Como era el primer día, no tube mucho que hacer, es más, no tube que hacer nada. Me la pase en mi oficina, pensando en aquel extraño sujeto, pensando el porque me había mirado de aquella manera. En la tarde, decidí ir al gimnasio. Aunque mi cuerpo se encuetra en excelente forma, nunca es bueno perder la constancia en el ejercicio. Al salir del gimnasio me di cuenta que había olvidado el portafolio en la oficina, asi que fui alla inmediatamente. Al entrar el sereno me dijo que el piso estaba abierto, que no me hiciera problema porque habían personas trabajando todavía. No se porqué pero la imágen del tipo volvió a mi mente, esa sonrisa misteriosa... Las luces del pasillo se encontraban apagadas, solamente había luz en la oficina contigua a la mía, la del pelirrojo. Curioso por lo que había pasado en la mañana, y con ganas de entablar una amistad, de distraerme de lo de mi novia, ex-novia, y de mis amigos, decidí pasar por su oficina y saludarlo. A fin de cuentas eran los únicos que se estaban en el edificio a esa hora. Cuando abri la puerta la imágen que me encontre no era lo que esperaba, pero por extraño que parezca, no me sobresaltó. El pelirrojo se encontraba parado, al lado del escritorio. Su saco se encotraba sobre el respaldo de la silla, su camisa se encotraba semi abierta dejando a la vista dos enormes tetillas en las puntas de sus mazisos pectorales, sus abdominales estaban sumamente marcados, como si fuera una cordillera de montañas en su llano estómago; sus pantalones se encontraban bajos, a la altura de sus tobillos y su enorme verga salía perpendicular a su cuerpo. Pero no estaba solo, de rodillas delante de él había un muchacho, el de mensajería. Su camiseta estaba tirada a un lado, parecía haber sido arrancada a la fuerza, y sus pantalones y zapatos yacían del otro lado de la habitación. Un culo perfecto tenía, su espalda y piernas mostraban un cuerpo también perfecto. Sus cabellos rubios eran alborotados por la mano del pelirrojo, mientras hacía fuerza para que el chico tomara en su boca aquel pedazo de carne. Lo hizo sin problemas, toda la cabeza entró en la primera, y en la segunda ya estaba chupando la base de la pija. Mis ojos no se podían apartar de ellos, estaba extasiado y excitado al mismo tiempo, mi verga crecía dentro de mis boxer, a tal punto que parecía que me iba a romper el pantalón. Creo que esa noche llegó a medir facil unos 22 cms. En eso, el pelirrojo levantó la vista y clavó sus ojos azules en los míos. No sabía que hacer, quería salir corriendo por la vergüenza pero a la vez no quería moverme, quería quedarme ahí a verlos, a verlo a él. El rubio trabaja la verga como un profesional, todos los cenntimentros de la casi lampiña pija, que eran como 30 (aunque parezca exagerado), entraban sin problemas. La saliva le escurría por las comisuras, mientras sin respirar chupaba y chupaba. El pelirrojo seguía mirandome. Sonreía. Y gozaba. El mensajero dejó la pija y se puso a succionar los enormes testículos del tipo, tomaba primero uno y lo chupaba bien, luego el otro, luego volvía al primero, todo esto mientras con la mano lo masturbaba. El otro disfrutaba como loco, su cabeza iba hacia atrás en extasis, y volvía a erigirla solamente para mirarme, no hacía nada mas que mirarme. En un momento tomó del brazo al mensajero y lo subió. Lo tomó de la cabeza y lo besó. Lo besó de una manera obscena, su lengua debía haber llegado hasta la campanilla. Sus manos bajaron hasta el trasero del rubio, y tomo cada nalga con una mano. Las amasaba, las abría de tal modo que yo pude ver su agujero. Luego, hizo que el pibe se diera vuelta, de tal manera que se apoyara en el escritorio, pero con una inclinación hacia mi en la cual ambos podía mirarme. El rubio, al verme me sonrío de una manera lasciva, como diciendome que me estaba perdiendo de lo mejor, que ser cogido de esa manera era lo mejor que te podía pasar, que uno podía disfrutar como loco. El pelirrojo bajo su cara hasta el ano del rubio, y comenzó a lamérselo. Su lengua se movía entre las prominentes nalgas. El rubio comenzó a jadear, a grunir y a suspirar. Su cara era una mueca de placer incomparable. Los ojos del pelirrojo se levantaban y me miraban, de tal manera que me atravesaban. Sin darme cuenta, y no se desde hacía cuando, empecé a sobarme la verga. Primero le metió un dedo, el rubio seguía disfrutando y le pedía más, más dedos. Así el pelirrojo metió uno, luego dos, tres y finalmente la mano entera se emcontraba dentro del recto del mensajero, el cual no dejaba de jemir pidiendo más. Pero todo eso no lo preparó para el final. El pelirrojo, tomo su pedazo entre las dos manos y sin más, lo metió de primera. El grito del rubio lo debió de haber escuchado el sereno. Su cara de dolor era ambigua, mostraba esa mezcla de dolor y placer, esa cara que dice metémela aunque me duela, hacemela sentir toda, toda toda!! Mi verga no daba para más, y el pelirrojo seguía mirandome, no apartaba su vista de mí ni para ver como había metido su inmensa verga en aquel agujero del culo del rubio. El ritmo fue aumentando, de uno lento para que el mensajero se acostumbrara a esa verga de 30 cms que se encontraba dentro suyo, hasta un ritmo violento en donde se veía que ambos no podría aguantar mucho más, que la leche estaba a punto de salir. El primero fue el rubio, su leche espesa salió de a borbotones y quedó en un charquito encima del escritorio de madera. El segundo, aunque ud. no lo crea, fui yo. Sin quererlo y sin darme cuenta, mi verga estalló en extasis, la leche abundante y caliente salió, y salió, manchandome el pantalón y escurriendose por toda mi pierna. Sin embargo me pareció una sensación deliciosa, me pregunté como sería tener la leche de otro tipo sobre mi piel, en mi verga, en mi boca. Finalmente el pelirrojo sacó su enorme pedazo de carne del trasero del rubio. Rápidamente lo tomó de los pelos y metió su pija en la boca del muchacho. El mensajero no se resistió, es más, empezó a lamer toda la verga esperando la ya incipiente catarata de semen que estaba a punto de salir de la pija del pelirrojo. Y asi fue. Leche por doquier, la cara del rubio en pocos segundos quedó toda lecheada, su boca llegó un momento en que no pudo contener más semen, y el pelirrojo seguía eyaculando. Al terminar, el pelirrojo se vestió mientras el rubio seguía tirado en el piso recuperando energías y seguramente esperando a que se le calmara el inmenso dolor que debía tener en el culo. Al pasar al lado de él, el abogado le tiro unos billetes que cayeron en el regazo del rubio, luego guardó la billetera y se dirigió a la puerta, hacia donde estaba yo. No pude mover un solo músculo, simplemente me quedé ahi parado mientras él pasaba a mi lado. Al hacerlo me dijo con su voz grave y melodiosa: - ¿Disfrutó del espectáculo? Luego caminó por el pasillo y se subió al ascensor, y ahí me quedé yo parado en la puerta, mirando hacia el pasillo, preguntándome que mierda había pasado en esa habitación, que había pasado conmigo. FIN (por ahora). Si te gustó la historia y/o tenés ganas de comunicarte conmigo, no lo dudes, escribime a skat_mdeo@yahoo.com o icq n° 58279715 Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. 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Web-04: vampire_2.0.3.07
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