Gay Erotic Stories

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Samuel

by Gabriel


Samuel, Yo lo había conocido en un chat gay en Internet, habíamos estado chateando varias veces y nos habíamos cursado varios e-mail. Yo debía viajar por asunto de trabajo a México, laboro con una multinacional que vende ciertos equipos y mi misión es dar entrenamiento en como usarlos, le propuse que nos encontráramos para conocernos personalmente. Noté ciertas evasivas en su respuesta, así que le dije que solamente quería charlar con él y que sería la química que se despertara entre nosotros la que decidiera si llegábamos a algo más. El accedió a vernos y fijó el punto de encuentro para el domingo, día de mi llegada a Ciudad de México, detallando donde se sentaría y como iría vestido para que pudiera reconocerlo. Al llegar al sitio de encuentro, menuda sorpresa me llevé. Allí estaba él, sentado en el sitio convenido y con las ropas especificadas, pero era mucho menor de lo que me había imaginado, era un chico de escasamente 20 años, incapaz de tener los 27 que me había asegurado tener en los chats. Su físico superaba la imagen de él, que me había formado por sus descripciones. Lucía tierno, inocente, un tanto angelical; no coincidía con el chico experimentado que decía ser. Me decía para mis adentros: si este es el chico, ya estoy decidido, a éste me lo cojo yo. El notó mi sorpresa y con una señal me indicó me acercara. Al saludarnos, Samuel comenzó a disculparse por haberme engañado. No era el chico experimentado que me había dicho, sino un chico que sentía ganas de penetrar y ser penetrado, pero que no se atrevía a dar el paso por miedo a ser descubierto. En dos ocasiones había intentado tener relaciones en casas de masaje, pero no había podido, había terminado huyendo. Internamente me propuse seducirlo, no me iría de México sin antes haber despojado a Samuel de su virginidad. Esa tarde charlamos como amigos, reviviendo cosas que nos habíamos dicho en Internet, tomamos unas copas y asistimos a una función de teatro. En la oscuridad del teatro, tome su mano y la puse sobre mi sexo, mientras yo colocaba la mía sobre el suyo. Así nos tocamos por encima de la ropa. Luego nos despedimos y quedamos en llamarnos el día siguiente. A la mañana siguiente fui a la empresa donde debía prestar mi asistencia, hablé con los directivos y gerentes sobre la forma que realizaría mi trabajo, ellos llamaron a las 3 personas que recibirían el entrenamiento para presentármelas, y una de ellas era Samuel, hijo de uno de los dueños. Su cara de asombro al verme en su trabajo fue lo suficientemente expresiva, su padre le preguntó: “Acaso se conocen”. Yo me adelanté a su respuesta diciendo: “Conocernos, no. Pero anoche fuimos vecinos de asiento en el teatro. Hay que ver lo pequeño que es el mundo” Extendiéndole mi mano, le dije mi nombre y que esperaba que en esa semana nos conoceríamos bien. Igualmente me presenté a sus otros dos compañeros. Planificamos el trabajo a realizar, distribuyéndolo entre ellos tres. Yo los supervisaba, estando un rato con cada uno. Al estar con Samuel, el me dio las gracias por no haberle delatado, su sorpresa de verme en la empresa era tan grande que no habría sido capaz de expresar palabra alguna. Aprovechando la situación, le indiqué que la mejor forma de agradecerme era aceptando cenar conmigo esa noche. Luego estando reunido con mis tres alumnos, les dije que me gustaría hablar con cada uno de ellos en forma individual fuera del ambiente de trabajo, que tenía ya compromisos para las noches del martes y miércoles, por lo cual sólo me quedaban 3 noches disponibles, la de ese lunes, y las del jueves y viernes. Marcelo y Patricio me indicaron no poder ir a cenar pues estudiaban en la noche, convine con ellos reunirnos a almorzar y dirigiéndome a Samuel, le pedí aceptara mi invitación para esa noche. Mi plan de seducción ya estaba en marcha, el chico se sentía en deuda conmigo, ya confiaba en mí, sabía que no lo delataría. Me tocaba ahora incrementar tal confianza y cortejarlo. Hacer que me deseara como yo lo deseaba. Ese lunes lo invité a cenar a uno de los más elegantes restaurantes de la ciudad, tomamos vino con la comida y luego fuimos a un local nocturno a tomar unas copas. Le indiqué que ardía en deseos de tenerlo entre mis brazos, de sentir su cuerpo desnudo junto al mío. Pero que respetaría su decisión, no haría nada que él no desease firmemente. No quería que él accediese a hacer algo de lo que después se arrepintiese. Caminamos luego hacia mi hotel, al llegar a éste le lancé una mirada interrogativa. El la captó y me respondió diciéndome que aún no estaba decidido. Le di un beso y subí a mi habitación. En la tarde del martes y sabiendo que Marcelo y Patricio tenían compromisos para esa noche, fingí que mi compromiso para esa noche había fallado. Les dije: “Tengo boletos para el concierto de esta noche, pero la persona que me iba acompañar esta indispuesta, alguno de ustedes me acompaña”. Tanto Marcelo como Patricio indicaron no poder, Samuel dijo que le encantaría. Yo dije en voz alta y en tono de guasa: “La verdad es que si sigues todas la noches al lado mío van a creer que me estás cortejando”. Todos rieron mi comentario. Lo del concierto era un invento, un simple pretexto para estar con él. No existían tales boletos, lo llevé a cenar y luego a una discoteca muy oscura, de varios pisos, a la que asisten todo tipo de personas, tanto gays como straight, que se distribuyen según el tipo de música que prefieren. Lo llevé al área de baladas y boleros. Estaba reacio para bailar, temía ser visto. Me tocó convencerle que si el no podía distinguir ningún rostro de los presentes, ellos tampoco distinguiría el suyo. Bailamos, y al son de la música yo palpaba su cuerpo, mi lengua lamía sus orejas, mi boca besaba sus labios. Yo sentía como se excitaba mi sexo y como él lograba una erección. En medio de una canción de Manzanero, me propuso irnos a mi hotel. De pie en medio de la habitación y acompañados por el ambiente musical, nos abrazamos, nos besamos en la boca un buen rato, mientras nuestras manos exploraban nuestros cuerpos. Le quité la corbata y él a mi la mía. Camisas, pantalones, zapatos y medias siguieron en nuestros mutuo despojo. Nuestros cuerpos se fundían en uno, sólo el ligero tejido de nuestros interiores nos separaba, pero no era suficiente para impedir la erección que ambos teníamos en ese momento. Yo lo alcé del piso y lo llevé a la cama, allí le despojé del bikini negro que portaba. Su pene incircunciso saltó como un resorte, mostrándose como un ejemplar de exposición. El me sacó el mío. Estabamos los dos totalmente desnudos, en una cama de hotel, saboreando mutuamente nuestros cuerpos. Lo sentía bien excitado, pero no podía correr el riesgo que no estuviera lo suficientemente excitado para que le fuese imposible rechazar una penetración. Me propuse hacerle alcanzar ese estado de éxtasis que lo permite todo. Decidí explorar con mi lengua todos sus genitales y establecí la rutina de recorrer con mi lengua y chupar, una y otra vez, el anillo de su culo, toda el periné, sus bolas, remontar su verga desde la base hasta su extremo, introducir la legua por el orificio de su prepucio explorando la cabeza de su glande, y luego recorrer el camino inverso hasta su culo introduciendo la lengua en el hasta donde me fuese posible. Mientras mi lengua hacía tal recorrido, una y otra vez, sentía que su excitación iba in crescendo, su cuerpo se estremecía, su respiración se entrecortaba, tome lubricante en mis dedos y con uno de ellos comencé a explorar su culo, mientras mi lengua aleteaba sobre la cabeza de su pene. Luego tomé su verga en mi boca, la acariciaba con mi lengua, la succionaba, jugueteaba con ella y con sus huevos; en su culo, ya dos de mis dedos trataban de alcanzar su próstata. Su excitación era máxima. En mi su boca había realizado un buen trabajo con mi pene, estaba crecido al máximo y a punto de explotar. Detuve mi accionar un momento, el protestó diciéndome: “Sigue, no pares, cógeme”. Esa era la voz de mando que había estado esperando. Levanté sus piernas con mis hombros, coloqué una almohada bajo su coxis, su culo virgen lucía un objetivo al alcance de misil, puse la cabeza del misil en el objetivo y lo fui empujando con el peso de mi cuerpo, sentía cierta resistencia. Coloqué más lubricante para facilitar la maniobra volví a la carga, esta vez con más fuerza. Un movimiento brusco, y la cabeza de mi verga ya había penetrado su anillo virgen. Me dijo que le dolía. Me incliné más hacia él depositando besos en su boca, el peso de mi cuerpo impulsaba el desplazamiento del lubricado misil en el interior de su cuerpo. Cuando sentí que mis bolas chocaban con su culo, retiré la presión y dejé un rato a que su culo se acostumbrase a su nuevo diámetro. Mis manos exploran su cuerpo, mientras mi lengua hace cosquillas en sus orejas o juguetea con su lengua. Cuando me dice que ya no siente dolor comienzo a mover mi cuerpo lentamente hacia arriba y hacia abajo, sacando y metiendo mi verga en su culo. Luego los movimientos son cada vez más rápidos, hasta que la carga explosiva de mi misil es expulsada con violencia. Luego un periodo de paz nos embarga a los dos. Samuel me da un beso y me dice que disfruto mucho, veo que su mano se dirige a su verga. Comprendo que sólo pensé en cogérmelo y no en la satisfacción plena de ambos. Me dedico a excitar su miembro de nuevo. Fue una tarea fácil, su juventud lo hace explosivo. Le pido que me penetre. Me dice que nunca lo ha hecho. No hay problema te enseñare. Adopto la misma posición en la que lo puse a él para cogérmelo. Era agradable sentir su trozo de carne vivo dentro de mi. Sus movimientos son muy largos y en ocasiones su verga queda fuera. Para evitar que eso vuelva a ocurrir cruzo mis piernas tras su espalda limitando su retirada. El se arrodilla, yo evitando que su verga abandone su lecho deshago el lazo de mis piernas sobre su espalda apoyando los pies en el colchón de la cama. Hemos caído en una posición nueva donde ambos tenemos libertad de movimiento, solamente siento el contacto de mis nalgas contra sus muslos y su vara ardiente ensartada en mi culo. Aprovecho para realizar movimientos circulares a mi pelvis que cambian el ritmo de la penetración y a contraer mi esfínter anal cada vez que el realiza el movimiento de extracción. Es como si ordeñara su verga con mi culo. Ahora el tiene sus manos libres para trabajar mi miembro. Se unta lubricante y comienza a masturbarme intensamente con ambas manos. La sensación es indescriptible, nunca había sentido algo así. Su glande presiona contra mi próstata en cada movimiento, siento que voy explotar cuando el incrementa la velocidad de sus movimientos, el va también a explotar. Su agitación y movimientos son cada vez más frenéticos, no sé que se mueve más rápido si su verga dentro de mi culo o sus manos sobre mi verga. El logró su objetivo ambos explotamos en forma coincidente. Fue la cogida más extraordinaria que he recibido. Las restantes noches las pasamos juntos experimentando otros juegos y posiciones, pero en ninguna disfrute tanto como en esa primera. A Samuel lo veo cada vez que voy a México, más nunca hemos vuelto a tener relaciones y él me asegura que nunca ha estado con otro hombre. Asistí a su matrimonio y cuando salía de la Iglesia se me acercó y me dijo espero disfrutar con mi mujer como disfrute contigo, yo también lo espero por su felicidad. gabbol@hotmail.com

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3 Gay Erotic Stories from Gabriel

Buena Decisión

Las leyes de mi país establecen que cuando en un accidente automovilístico hay heridos o lesionados, los conductores son detenidos para averiguaciones sobre la culpabilidad que pudiesen tener en el hecho. Normalmente en las ciudades importantes existen retenes especiales a los cuales llevan a los detenidos por estos accidentes de tránsito, pero en los pueblos y ciudades de menor

Samuel

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Victima de Gorilas

Todo empezó cuando tenía esa edad entre los doce y trece años, cuando se está abandonando la niñez y se entra en la pubertad. Cuando comienzan a brotar los vellos púbicos, se cambia la voz y se experimentan sentimientos y sensaciones desconocidas. Hijo único de padres con posición económica holgada, estudiante aventajado en uno de los más exclusivos colegios privados de mi ciudad,

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Web-01: vampire_2.0.3.07
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