Gay Erotic Stories

Era un sábado por la tarde, yo me encontraba caminando por las tiendas del Centro Sambil buscando una corbata. Entré a la tienda RORI y mientras veía algunas corbatas, justo enfrente mío veo a alguien que me parece conocido. Me le quedé viendo por un momento, pero por mucho que lo veía, no venía a mi memoria el nombre de este tipo. Hasta que por fin recordé: - ¿Vicente? - ¿Si?. Contestó con cara de extrañado... - Quizá no me recuerdes, yo fui alumno tuyo en el "Instituto Acrópolis", Unai Anzola, ¿recuerdas? - ¿Acrópolis?....AH!!! creo que si tu eras uno del grupito que se la pasaba jodiendo en las clases ¿no? - Jejejeje... si, armábamos tremendas rochelas, pero tu no quedas atrás, tu cerrabas las puertas y jodías con nosotros, ¿te acuerdas? - Verdad que si, pero la pasábamos bien ¿verdad? - Bastante, lo único es que a la hora de presentar los exámenes no sabíamos nada, jejejeje... Mientras hablábamos, más recuerdos venían a la mente entonces el propuso que nos fuéramos a tomar algo, así que fuimos a Chili's a tomarnos unas cervezas. Cuando yo tenía 13 años mis padres me inscribieron en un instituto donde dictaban clases de reparación, o sea, para preparar a los alumnos de secundaria que resultaron reprobados en los exámenes finales y tenían el chance de recuperarse presentando una prueba en la época de vacaciones. En ese entonces, Vicente daba clases allí, pero él era un chamo casi contemporáneo con nosotros los alumnos, por lo tanto cuando íbamos allí lo que menos hacíamos era estudiar, ya que el grupo de alumnos era muy revoltoso y él era nuestro cómplice. Recuerdo que Vicente en ese entonces era un tipo muy preocupado por su cuerpo, levantaba pesas y decía que quería ser como Schwarzeneger (o como se escriba) pero no era sino ahora (9 años después) que yo me percataba lo atractivo que era, tenía una carita de bebé, el cuerpo no lo podía ver muy bien porque cargaba una camisa holgada, mangas largas y pantalones anchos, pero parecía estar en buena forma, el pelo lo tenía liso, color castaño claro, ojos marrones, piel blanca, no era muy alto, medía como 1,68 m. aproximadamente y tenía unos 30 años. Pero volviendo a la historia, estábamos charlando de todo un poco, me contó que era jefe de departamento de una empresa de computación y que le iba muy bien. - ¿Vives solo o con tus padres?, le pregunté. - Vivo solo, en un apartamento alquilado que me queda bastante cerca de la oficina, pero estoy ahorrando unos realitos para comprarme mi propio apartamento. - Que bien, o sea que lo próximo será casarte ¿no?. - NOOOO!!! todavía no, aún me queda mucha vida por vivir, jajajajaja....(Buena respuesta) - Pero, ¿no tienes novia? (para descartar, ustedes saben...) - Actualmente no, la verdad es que le he dedicado poco tiempo a eso, ¿sabes?, cuando estás trabajando te concentras mucho en lo que haces y descuidas un poco tu vida personal...(Otra vez, acertado en la respuesta) Pero cuéntame de ti, ¿que has hecho en todo este tiempo? - Bueno, a pesar de lo mal estudiante que era en secundaria, la logré terminar sin mayores dificultades, luego me inscribí en la Universidad y ya estoy en el último semestre de Ingeniería Industrial. - Que bueno, ¿y las novias? (ahora me revertió la táctica) - No he tenido muchas (mentira... NINGUNA, pero eso no se dice de entrada), es que me sucede igual que a ti... - Si, te entiendo. En ese momento observa el reloj y dice: - ¡VERGA, mira la hora que es!!! (eran casi las 7:00 pm) - ¿Qué pasa, tienes que trabajar hoy sábado? - No, es que mis vecinos están de viaje y tengo que ponerle agua y comida a su perro, no le he puesto nada en todo el día, el pobre animal se debe estar comiendo la cerámica del piso!!! - Bueno, no hay problema yo entié...(antes de que terminara la frase me interrumpió) - PERO si quieres me acompañas y continuamos hablando en mi apartamento... digo, si no tienes otros planes. - Ninguno, vamos!!! Nos fuimos cada uno en su carro y yo mientras, empezaba a darle vueltas a mi cabeza porque el plan cada vez mejoraba mas, primero me invita a unos tragos, luego a su apartamento... Ya me empezaba a imaginar el resto, pero claro, no hay que apresurarse, porque mas de una vez me he llevado tremendos chascos. Llegamos al edificio y fuimos inmediatamente al apartamento del vecino, el cual tenía una enorme terraza donde estaba el perrito, le pusimos su agua y su comida y finalmente llegamos a su apartamento. Este era bastante cómodo, bien decorado y ordenado (bueh...) nos sentamos en la sala y allí abrimos una botella de Whisky mientras continuábamos la charla. Pasaron unas dos o tres horas y el alcohol empezaba a hacer sus efectos en los dos (lógico, primero cerveza y ahora whisky!!!), la conversación se tornaba mas vacía y superficial. - ¿Y sigues con las pesas?, le pregunté - Bueno, no tanto como antes, pero voy al gimnasio tres veces por semana como mínimo y mantengo la forma que he adquirido durante estos años. - ¿Lograste alcanzar a Schwarzeneger? (COÑO!!!, "Arnold" sería mas fácil, ¿no creen?) - Bueno, como puedes ver no llegué hasta allí, pero me gusta lo que tengo.... (¿Le gusta lo que tiene? mmm... eso lo veremos). Lo veo de arriba abajo y le digo: - No se, no se te nota mucho con la ropa que cargas... - Pero tu también te ejercitas ¿no?, te ves en buena forma. (Tan bien que íbamos...) - Yo también voy al gimnasio, pero no soy muy constante, sin embargo siempre he sido de contextura gruesa y trato de comer sano para mantenerme en mi peso. Pero como soy tan irregular, no he logrado una buena definición, ¿tu si? (Ahora si te arrinconé!!!) - Claro que si, déjame sacarme un poco la camisa para que veas. (YES!!!!, gracias por los aplausos...) Yo estaba sentado en el asiento de enfrente mientras veía como botón a botón el cielo nublado se iba despejando y se transformaba en un cielo de verano, con un clima caliente y excitante. Vicente tenía un torso espectacular!!!!!, TODO, absolutamente todo estaba en su lugar, sus brazos eran gruesos desde los hombros hasta las muñecas, pectorales perfectamente definidos y abultados, pezones grandes y gruesos, una pequeña cantidad de vello en el pecho y vientre, abdominales de lavadero y una ínfima cantidad de grasa en la cintura que lo hacía más sexy aún porque le daba ese toque real a toda esa imagen portada de Men's Health que veían mis ojos. Recogí mi quijada del piso porque si no iba a parecerme a Jim Carrey en las Máscara, y -obviamente- la elasticidad del mi ropa interior fue sometida a una prueba cada vez mas DURA. Entonces mi ritmo cardíaco aceleraba y no podía ni hablar, si se me hubiera ocurrido decir algo seguro pasaría por retrasado mental o mongólico, porque no podía concentrarme en mas nada que no fuera la imagen que veían mis ojos. Para colmo Vicente se lucía apretando y aflojando rápidamente sus pechos y flexionando sus brazos para que yo pudiera ver todos sus músculos, luego se los tocaba. - ¿Ves?, duro como una roca... Hice un gran esfuerzo y recobré la conciencia, porque no podía dejar pasar esa ocasión. - COÑO!!!!, ¿y dices que no vas todos los días al gimnasio?, nojoda... con esos músculos debes vivir allá, a menos que sean implantes de silicona, jejeje.... - ¿¿¿Implante???, ven y toca a ver si sientes algo gelatinoso por aquí. Me reta, señalándome su bíceps (¿o tríceps?, ¿a quien le importan las matemáticas en este momento?) Me cambié hasta su asiento a una velocidad suficiente para viajar a otra galaxia, comencé a palpar la dureza de su músculo y creo que lo único que podía estar mas duro que aquello, era mi verga, la cual ya me causaba dolor en vista del aprisionamiento al que la tenía sometida. Tocaba y tocaba, pero no veía mucha iniciativa de su parte, al punto que de repente se levantó y me preguntó si quería más Whisky, a lo que yo acepté. Fue a la barra a sacar otra botella y yo me quedé sentado como preguntándome ¿¿¿por qué arrugas???. Por lo menos ya estaba desnudo de la cintura para arriba, pero como que no estaba muy entusiasmado; ya decía yo que la pasta no se sirve en la mesa hasta que esté al dente, pero no importa, la noche es larga y yo no me iba de allí sin echarle aunque sea una probadita a esa comida. Ahora tenía que aplicar el plan B (o sea, a ver que carajo hacía...). Decidí esperar, porque el alcohol es el mejor aliado en momentos como este. A pesar de no estar muy entusiasmado, no se colocó de nuevo la camisa, lo que facilitaba las cosas, yo por mi parte me decidí quedar a su lado, para que no tuviera mucho radio de acción. Así pasaron como dos horas más y ahora si que se nos hacía difícil pronunciar las "R" y nos reíamos de cualquier tontería. Ya todo era medio confuso aunque yo trataba de mantener vivos los temas "de interés" (para mi, claro está...) tales como nuestras figuras, así que ataqué de nuevo: - Mihra... icente tu dirás que eres muy Suasenege (Borracho, ni de vaina...), pehro tu no me vas a jodé, yo también tengo lo mío... - Que vas a tener tu... si nunca haces ejercicio, guevón... - De bolas que hago!!!! mira... Dije sacándome rápidamente el suéter que llevaba puesto. - Hago pesas, abdominales, máquinas, bicicleta y todo eso... - ¿¿Bicicleta??, nooooo, eso es lo que más hago yo, estas SI son piernas no esos palillos que debes tener tu. Entonces comenzó a desabrocharse el pantalón y yo me sentí que estaba a punto de saborear la victoria. Cuando cayeron los pantalones se me saltaron los ojos, aquello era impresionante, y es que ya me suponía yo que el hemisferio sur, era tan bueno como el norte, claro que el sabor se encuentra entre el ecuador y el trópico de capricornio, allí se podía observar una hermosa cordillera con grandes elevaciones, aunque yo hubiese preferido encontrarme con un volcán a punto de hacer erupción, pero parece que habría que esperar un poco mas de movimiento del magma. Por el otro lado se podían observar dos perfectas montañas con unas cimas muy escarpadas, algo digno del National Geographic, definitivamente. Pero basta de geografía, mi excitación era tal que decidí lanzarme al vacío a ver que sucedía así que, estando él de pié, comencé por acariciar sus piernas como si de nuevo estuviera comprobando la dureza, pero mis manos actuaban por si solas y comenzaron a subir por todo su cuerpo hasta sus pectorales, en este punto mi boca quiso participar también y no aguantó la tentación de saborear esos gordos pezones, pero el encanto se detuvo en ese momento. Vicente se separó y dijo: - ¿¿¿Qué haces pana???, no no no, yo no soy de esos, que va... (A mi mente vino el ruido que hace la aguja cuando la arrastras sobre un disco de vinilo) - Bueno, tranquilo, no te pongas así, no ha pasado nada, dije yo... Recordemos que ambos estábamos bastante "prendidos" así que este incidente no nos afectó mucho, nos sentamos de nuevo, él colocó su cabeza sobre sus manos, apoyándose con los codos sobre sus piernas. Se quedó en silenció, con la mirada perdida como reflexionando, yo le pregunté: - ¿Que te pasa? - ¿Por qué hiciste eso?, no entiendo, eso está mal... Me le acerqué, le di unas palmaditas por la espalda y le repetí que no había pasado nada que se quedara tranquilo. Me sentía extraño por la forma en la que él había reaccionado, porque estaba como preocupado, pero luego me fijé bien y entendí lo que pasaba: en su ropa interior se notaba un bulto un poco mayor que el que tenía antes, así que el amigo estaba atravesando por un conflicto interno entre lo que es y lo que debería ser. Esa situación me dio ánimos para reanudar el ataque, así que lo abracé y le susurré al oído: - No tienes que preocuparte por nada, lo que haya pasado lo sabemos solo tu y yo, no tiene por que salir de este apartamento, además todos siempre tenemos algo de curiosidad ¿no?. Mientras lo tenía abrazado con mi brazo derecho, con mi mano izquierda, le volteaba la cara para que me mirara de frente, me acerqué lo más posible a su cara y le dije: - Solo déjate llevar... Nos miramos fijamente a los ojos por unos tres segundos y el tomó la iniciativa besándome de una manera salvaje, aquel beso fue uno de los mejores que pueda recordar hasta ahora, estuvimos así por varios minutos hasta que yo desaté toda esa excitación contenida. Volví a la labor que había interrumpido hacía unos momentos y lamí esos pezones que ahora se encontraban duros, bajé poco a poco por su tronco hasta llegar a su pubis donde pude notar como su erección era cada vez mayor. Sin esperar más lo despojé de su interior y a mi vista quedo una obra de arte de 20 centímetros, sin circuncisión dispuesta al ataque. Me introduje en la boca la cabeza púrpura como niño con chupeta, la lamí desesperadamente, saboreando el rico gusto salado que tenía, así estuve por un rato, luego me fui deslizando hacia abajo, lamiendo el tronco para luego llegar a las bolas, las cuales me tragué de un solo golpe como un glotón. Mientras tanto, Vicente gemía de placer, no llegaba a decir palabra alguna, solo balbuceos, estaba en éxtasis. Yo solo quería darle todo el placer posible, así que regresé a la cabeza para darle la mamada de su vida, apreté los labios para que sintiera más placer y simultáneamente, poco a poco fui introduciendo primero uno, luego dos y hasta tres dedos en su ano, lo cual intensificaba su placer; yo lo sabía porque su verga se hacía mas dura y gruesa, además que sus gemidos se hacían más fuertes. Cuando estaba a punto de llegar el momento culminante, Vicente me agarró la cabeza como para evitar que me fuera a quitar, pero nada estaba más lejos de mi mente en ese momento, yo quería sentir le fuerza de su semen en mi garganta, así que aceleré el ritmo, mientras Vicente exclamaba: así!!! así!!! asssshh!!! ah!!! aaaaah!!!!. Sentí como su falo se hinchó brevemente, luego vino una pausa y después el tan esperado momento finalmente llegó; su leche me golpeaba la garganta con una fuerza nunca antes sentida, derramó toda su venida en mi boca. Decidí tragarme hasta la última gota, porque tenía una idea que se me ocurrió en ese momento, agarré la botella de whisky y tomé directo de la botella, la combinación era deliciosa ya que el ardor del alcohol mitigaba el ardor que produce el semen. Después, tomé la botella y la empiné sobre la boca de Vicente, el la abrió completamente, por lo que el licor le resbalaba por las mejillas, luego el cuello y el resto del cuerpo, de forma tal que yo me dediqué a lamérselo desde abajo hacia arriba, hasta llegar a su boca, para entonces besarnos nuevamente con mayor pasión que antes. Vicente estaba encantado y decidió devolverme el placer que yo le había dado, que para ser su primera vez, lo hizo muy bien. Así transcurrió el resto de la noche, ambos explorando los rincones de nuestro cuerpo, el me introdujo su poderosa arma en mi ano un par de veces, pero no dejó que yo le hiciera lo mismo porque era su primera vez y no estaba preparado, cosa que yo entendí. Al día siguiente hablamos francamente de lo que había pasado y le reiteré que esto quedaba entre nosotros dos, así que nada tenia que cambiar en su vida, le expliqué que la mayoría de los hombres homosexuales de nuestro país llevan una doble vida, por lo machista que es la sucied...perdón, sociedad. El quedó tranquilo, me confesó que lo había disfrutado muchísimo y que quería repetirlo. A estas alturas no hemos podido vernos de nuevo pero si nos hemos llamado y ambos estamos ansiosos de repetir la experiencia. Sé que ahora tiene una novia y por eso es que se le ha hecho más difícil el reencuentro, esto lejos de molestarme me tranquiliza porque puedo ver que Vicente entendió el mensaje que le quise transmitir, mientras tanto, espero ansioso que llegue ese día. Comentarios sonyp@writeme.com Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. If there are any concerns please e-mail us at: CustomerService@MenontheNet