Gay Erotic Stories

Seguí jugando con el hielo, mientras nos tomábamos otro trago de ron, yo no soy muy tomador que digamos, pero la ocasión lo amerita, acababa de mamar a uno de mis "hombres preferidos" como les llamo yo, Adolfo, un trigueño que esta como me lo recetó el doctor, es increíble y después de haberlo mamado, lo sentía mas cerca de mi, con el hielo seguí mojándolo, le di vuelta e hice lo mismo con su espalda, deslizaba esos pequeños cubos por ella, las gotas ya de agua llegaban a su hermoso trasero, aproveche para acariciarle las nalgas, que rica sensación. Yo como era de esperarse seguí con una erección fenomenal, estaba lo mas dura posible, mi verga estaba ansiosa de semen, de placer; le indique a Adolfo que hiciera lo mismo conmigo, "que me estaba quemando" le dije; el juego del hielo, así lo hizo, tomó unos cubos y los deslizo pro mi pecho, mi cuerpo reacciono con la piel erizada, se puso como "piel de gallina". Llego a mi verga, con hielo empezó a recorrer mi tronco, me mojaba la cabeza, se deslizaba por todo El tronco, me humedecía los huevos, incluso pensé que esto helado me quitaría la emoción del momento, no fue así, seguía con ganas de más. En ese momento le pedí su culo, tome valor y le dije: "tengo ganas de coger, quiero cogérmelo, ¿usted quiere?"; Adolfo no respondió, solo agacho la cabeza y con su lengua me empezó a acariciar la cabeza de mi verga, poco a poco fui entrando en su cálida boca, se empezó a mover delicioso, mi cuerpo se movía a su ritmo, sus movimientos se volvían cada vez intensos, me estaba gustando, pero yo quería coger, cogérmelo de hecho, quería sentir su culo chocar contra mis bolas, quería sentirme dentro. El no lo entendía así, o no quería hacerlo, seguía mamándome, claro que me gustaba que lo hiciera, pero quería más. En eso no lo detuve, "deténgase" le dije, casi gritándole, me apene cuando Adolfo me voltio a ver, su cara angelical, su hermoso rostro mostró algo de temor, en eso le tome las manos y las lleve a mi cuerpo, le indique que me acariciara, que quería sentirlo tocarme, quería placer extra, no solo una mamada, sin palabras él lo fue haciendo, así llego a mi boca, de nuevo nos besamos intensamente, yo quería explotar de placer, quería venirme. En eso, lo acosté de espalda, él no opuso resistencia y así empecé a masajear sus nalgas, sus suaves nalgas, con mis dedos empecé a buscarle su "agujero", me ensalivaba los dedos y se los ponía en la entrada, los movía en forma circular ya estando dentro. Tome valor e intente penetrarlo, humedecí mi verga con saliva, lo tome y empecé a empujar, inmediatamente las nalgas se contrajeron, no quería que yo entrara, se movió y se puso de frente a mí, yo ya estaba entusiasmado, pensando que podría cogérmelo, Adolfo no quiso, con la cabeza me indico un rotundo no, ni modo me dije; lo volvía a acariciar despacio, yo estaba que quemaba de la calentura que tenia, le dije que me dejara por lo menos restregarme en sus nalgas, que me dejara acabar entre sus nalgas, le prometí no intentar de nuevo penetrarlo, simplemente quería sentir placer, quería satisfacerme. Solo así accedió y se dio la espalda, me recosté sobre él con la posición del misionero como le dicen, con mi verga bien, pero bien dura entre sus hermosas nalgas, empecé a moverme y a restregarlas contra mi "leño", me moví de forma intensa, me deslizaba en su culo, mi cuerpo se sentía caliente, el placer era incontenible y no pude mas, tanta "acción" previa me tenia super caliente; empecé a temblar, mi cuerpo de desplomo de placer, sentí como me deshacía y me estremecía de pies a cabeza, mi respiración se corto por instantes, me quede sobre Adolfo por unos minutos, mientras la impresión pasaba y volvía en mi. Me levante y me dirigí al baño, con algo de frustración en mi mente, yo quería cogerlo, me lo quería "tirar", quería penetrarlo y hacerlo sentir bien, pero no se pudo, me metí en la ducha, con agua caliente me enjabone, a los minutos Adolfo se metió conmigo, nos estuvimos bañando juntos hasta que volvimos a la cama, nos pusimos la ropa interior y nos pusimos a dormir. Al día siguiente yo me desperté y Adolfo no estaba, me asuste y salí así en mis bóxer, él estaba en la sala, viendo televisión, lo salude con un beso y le comente que me había asustado, prepare el desayuno y nos fuimos a dar una vuelta en el coche. Escríbanme a: loverboy_69@latinmail.com Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. If there are any concerns please e-mail us at: CustomerService@MenontheNet