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NOCHE ARDIENTE EN EL TALLER MECÁNICO

by GIANFRANCO


Era uno más de esos días de invierno, en el monótono metro de la ciudad de Santiago de Chile. Apestado por el calor y por precisamente "la hora punta", me dirigía del trabajo al Instituto. Serían alrededor de las siete de la tarde, cuando de pronto vislumbro lo que sería un verdadero deleite para mis ojos: en lo que es una estación de trasbordo, donde sale y entra multitud de gente aparece el príncipe de mis fetiches. No debe haber tenido mas de 35 años, vestía el típico overol o memeluco que visten los mecánicos, ese traje de una pieza de un azul profundo que realza su color de piel, en su caso, de un moreno intenso, que contrastaba con sus blanquísimos dientes, y realzaba el rojo carmesí de sus labios carnosos, junto a una espesa y dura barbilla de tres días. Sus piernas eran gruesas, como las mias, y sus manos, inmensas, como sus brazos, dejaban ver una mata de vello negro que me hacía delirar de solo imaginármelo desnudo. Quizás no tendría músculos pronunciados, no me importaba, pero lo ancho de sus espaldas, altura, y sus bien contorneadas piernas, me hacían concluir que era un pedazo de carne, más que apetecible. Yo viajaba con mi bolso de trabajo, mi traje de garzón o mozo como le llaman en otros países, vestía unos jeans ajustados, que realzaban el grueso de mis piernas, una camisa blanca y una chaqueta de cuero. Constantemente coqueteaba en el metro con quien desease jugar con los ojos, y manejase ese "código visual", que sólo los gays manejamos, pero al verlo decidí jugármela por entero. El sudaba pues llevaba una gran maleta, con lo que supuse sus herramientas, así que amablemente le hice un espacio dentro del vagón para que se acomodase. El me sonrío agradecido, y por una milesíma de segundo me sentí derretir: ¡sonreía con los ojos!, que si bien no eran de un color llamativo poseían un brillo capaz de embrujar a cualquiera. Su forma, mezcla de razgados y almendrados le daban un atractivo especial, una especie de felino, que yo en lo más recondito de mis deseos, ya imaginaba en celo. Ya estando a escasos centímetros de distancia, pude sentir su esencia a macho, una deliciosa mezcla a sudor y a una potente colonia, que para colmo de males, me resultaba embriagador. De pronto se produjo algo que era realmente un sueño: el me miraba de pies a cabeza, como cotizando, con una deliciosa mezcla de picardía y deseo en sus ojos. Yo lo sorprendí y rapidamente le seguí el juego, me dediqué a mirar el bulto que se producía en su entrepierna que me parecia era más grande a cada segundo. El movió sus cejas, mirándome directamente a los ojos, en lo que yo interpreté como una deliciosa mirada de complicidad. Conforme avanzabamos de estación, el vagón se iba llenando, así que ingeniosamente me las arreglé, para quedar delante de él, de tal modo de sentir su delicioso vulto entre mis nalgas. El aceptó el juego encantado, y cada vez que podía, se acercaba más. El vaivén del carro en movimiento hacía de este juego malicioso un verdadero deleite. Cerré los ojos y pude sentir que por sobre mi oreja atravezaba su aliento dulzón, mezcla de cerveza y cigarrillo. Sentí enloquecer. Sin decirnos una sola palabra, continuamos con el jueguito hasta la estación de trasbordo, Los Héroes, donde debía apearme para dirigirme al Instituto, allí el también se bajó, pero el hacía trasbordo hacia otra línea. Antes de salir del carro, toma su maleta y me guiña el ojo de una manera muy seductora. Con mi sexo a punto de reventar me bajo, y en un ataque de locura (ese día tenía un pequeño examen), decido seguirlo. Ahora es él quien me hace un espacio dentro del metro, y me sonríe complaciente, luego, dedicamos cada segundo para mirarnos con deseo, con locura, es así como recorro cada centímetro de su cuerpo y trato de acercarme lo suficiente para disfrutar de su sudor y de su cálido aliento. Sólo allí me doy cuenta de lo alto que era, ¡¡yo apenas le llegaba al pecho!! El mira de reojo mi culo, deseoso, y, al verse sorprendido, se le escapa una angelical risa. De pronto me doy cuenta que me mira con ternura, con una dulce ternura que me trastorna, sus ojos juguetean con los míos, de manera cómplice, visceral y lúdica. De pronto me doy cuenta, que va a abandonar el tren, pues con una seguridad digna de un guerrero, toma su maleta. Sin decirle una sola palabra, me bajo, y cual si estuviese hipnotizado, decido seguirlo. Seguirlo, de la misma manera que las ratas siguieron al flautista de Hamelin, seguirlo sin saber cuales eran realmente sus intenciones, seguirlo más nada llevado por el demoniaco deseo de poseerlo y de ser poseido por ese semental de macho. Caminamos por unas calles bien pintorescas, llenas de pequeñas fábricas y algo abandonadas. El sólo hecho de encontrarme con él, en una sórdida bodega obscura y abandonada me hacía delirar. De pronto llegamos a una callecita pequeña, sin iluminación, donde supongo es el destino, pues siento el tintineo de un manojo de llaves que saca de su bolsillo. Me detengo a escasos centímetros detrás de él, cuando de pronto se aproxima a mi, y me habla: -¿quieres entrar a mi escondite?, me dice con una voz entre tierna y grave, muy viril. -¿es obvio no?, le respondo algo prepotente y deseoso. -pero hay un problema-, me dice, con una seriedad, que por poco me asusta. -¿cual? -pasa que soy muy malo, me responde. Sus palabras y su nueva mirada, provocaron un recelo profundo, pero recelo no exento de real deseo, de probar a cualquier precio aquella piel canela que tanto anhelaba. -¿que tan malo puedes llegar a ser?, le pregunto desafiante. Él se acerca lo más posible que puede y me toma entre sus brazos de modo que me siento estremecer y me dice: -malo, en el sentido que una vez que te lo mande a guardar en tu culito, una vez dentro, no lo saco por mucho tiempo, me gusta tenerlo allí por mucho tiempo, que se sienta cobijado, y protegido, sin apuro de nada, dejandote llevar, entiendes? Dicho esto, impulsivamente, le robo un tremendo beso y me apodero de esos carnosos labios, mientras el me toma en sus brazos y me adentra en su taller. - Machito mio, eres bien golosito, eh? -No te imaginas cuanto, soy bastante golosito y caliente como un lobo en celo. El olor a polvo y grasa del taller, junto con su sudor contenido, me hizo cerrar los ojos y pensar que ya me encontraba en el paraíso. -Ven, campeón, me dice, vamonos a mi cuarto. Preferiría hacerlo aqui, papito, le dije tiernamente, aqui, con olor a grasa, a macho, aqui debajo de este auto, pegado a ti, sintiendo esa mezcla a aceite de auto y a sexo. -Pero que fantasioso,guagüita,por lo que veo eres muy sensual...justo lo que me recetó el doctor... Dicho esto, me avalanzo sobre él y comienzo a besarlo, a recorrerlo con un deseo incontrolable, que él a ratos, y para mayor deleite, trata de apaciguar. Sus manos, deliciosas, recorren cada centímetro de mi cuerpo, mientras le desabrocho el mameluco de mecánico para contemplar su peludo torso. ¡¡Papito!!, le digo, que hombros más deliciosos, le digo, mientras el, pacientemente desabrocha los botones de mi camisa. Su lengua jugosa recorre cada centímetro de mi cara, su barbilla, raspa la mia, del mismo modo que el roce de su velludo pecho produce energía estática al chocar con la selva de mi torso. -Mmmmmm, veo que eres tan osito como yo...y ese culito tambien tiene pelitos, no? -Tendrás que explorarme, y como veo que sabes hacerlo... El roce de nuestros miembros, era algo totalmente indescriptible, en un arrebato lo tomé entre mis manos por encima de la tela de su traje, y comprendí lo grueso e inmenso que era. -Tranquilo, putito ancioso, tranquilo, me dijo sacando un paño de su bolsillo trasero...Se lo va a comer, pero de manera distinta... Sin decirme nada más, me vendó los ojos con un paño negro, y tomándome en brazos me llevó a una silla, donde me sentó. -Vas a desarrollar el sentido del olfato y el gusto, como nunca lo has desarrollado...respira hondo.. De pronto, senti que un ligero calor se me hacercaba, el inconfundible olor a sexo, me empezó a embriagar poco a poco aún sabiendo que estaba a varios centimetros de distancia... -Lo hueles? - me dijo. -Siiiii, me encanta.. Nunca había saboreado tanto su olor... De pronto, senti que la punta de su glande me quemaba, y un hilillo de líquido preseminal se depositaba sobre mi nariz. Luego comenzo a rozarlo, por toda mi cara, mis orejas, mi cuello, pero me prohibía tajantemente tocarlo, con mis manos...él manejaba toda la situación. La sedosidad de su piel me trastornaba, su fragancia se habia apoderado de mi nariz... Trataba por momentos de atraparlo con mi boca y engullírmelo, pero el astutamente me lo impedía... -Dámelo todo...papito...lo quiero todo... -No tan rápido, mi putito ancioso..., no tan rápido. Disfrútelo así... Comencé poco a poco a rozar mi lengua por sus paredes, a saborear ese líquido que se que en un momento iba a regar todo mi cuerpo, seguí sientiéndolo con ese calorcito, que podía quemar mi rostro. Luego el comenzo a rozar su glande por mi barbilla, lo que le provocaba gemidos ahogados de placer, la dureza de mi dura barba en tan sensible sector de su carne lo llevama a los límites del paroxismo, sus gemidos eran muestra de que lo que le provocaba eran muestras de apoteósico placer. Sin poder contenerme más, y aprovechándome de que mi dulce amado, se estaba dejando llevar, tome su largo sexo entre mis manos, y de la misma manera que un tigre atrapa su presa, lo lleve a mi deseosa boca. El pego un grito de gozo, al sentir como lo deboraba, hasta llevarlo cerca de mi garganta. Mamaba con real hambre canina, más al sentir que su tamaño aumentaba cada segundo. El no poder verlo, me enloquecía, pero sabía que ese olor y sabor no podría saborearlo al tener los ojos abiertos. Estaría así por algo de 15 minutos y al ver que la descarga se avecinaba, pues al sentir que una de sus venitas de pronto se hinchaba, sacó de pronto el chupete, y comenzo a jadear, hasta enloquecer... -Ohh, ohhh noooo, ohhhh, spera mi rey, me dijo, no deseo acabar todavía... debo canalizar este placer... Dicho esto, nos besamos apasionadamente, mientras nos desnudabamos, sus manos (como tocaba, dios mío), me volvían loco. Deliraba por mi culo, no dejaba de acariciarlo... Sin duda lo mejor estaba por venir..... CONTINUARÁ... ************** Si esta historia fue de tu agrado, y esperas con ancias su descenlace, escríbeme y dame tu opinión o crítica a GIANFRANCO alma_desnuda@hotmail.com Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. If there are any concerns please e-mail us at: CustomerService@MenontheNet

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Web-01: vampire_2.0.3.07
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