Gay Erotic Stories

Aquella tarde tenía un par de horas muertas antes de recoger a un amigo en el aereopuerto, asi que conduje sin ningun rumbo. Hacia mucho calor. Siempre me he considerado hetero, y hay cosas que nunca dejaré de hacer con las chicas, claro quetambién pienso que hay miles de mundos por descubrir, por lo que esa tarde pasé enfrente de un cine porno en el centro, nunca habia entrado a un cine a ver una película de ese tipo, así que la idea me excitó y así fue como entré. Las luces ya estaban ya apagadas y mis ojos tardaban en acostmbrarse en la oscuridad, camine por un pasillo muy ancho hasta llegar cerca de la pantalla y encontré lugar como en la tercera fila. Hasta aquí todo iba muy normal. Entonces me habitué por compleo a la media luz y ví a varios tipos que se paseaban por el cine como si no les interesara la película, y era tan mala como para que pasase eso, al mismo tiempo alcancé a ver por el rabillo del ojo a una pareja de gays que se masturbaban mutuamente, poco a poco fui descubriendo que esa situación se repetía a mi alrededor. No me molestó que lo hicieran y pensé que no eran mis asuntos, así que me dediqué a ver la película, y no miento al decir que esa situación me excitó aún más que la película. Muchos pensamientos pasaban por mi cabeza cuando un chavo se sentó junto a mí, aunque no pude verlo bien, sentí que era jóven, vestía pantalones y camisa holgada, desfajada y al principio parecía no reparar en mí. Hubo una escena en la película que me calentó muchísimo y mi pene quiso dar un estirón dentro de mi trusa, así que le "ayudé" a estirarse con un movimiento que todos conocemos. Apenas había hecho esto, sentí la mano de este chavo en mi muslo, empezaba a acariciarme deliciosamente, a los pocos segundos ya tenía la mano en mi entrepierna y sobaba suavemente mi miembro que seguía creciendo y creciendo. Yo estaba realmente confundido. Con un movimineto casi imperceptible me desabrochó el pantalón, me desfajó la playera y sintiendo mi ombligo peludo lo acaricó largamente, subiendo luego a mi pecho, buscándome las axilas, acariciándome las tetas. Yo sentí que debía devolver el favor y acerqué mi mano a su entrepierna, él tenía una erección tremenda y también estaba húmedo su pantalón, con mi poca habilidad tardé un poco en desabrocharlo, pero cuando lo logré no tardó en salir un pene no muy grande, pero sí grueso, circuncidado y completamente húmedo de precum. Al mismo tiempo, él descendió hasta mi pene no circuncidado, largo y delgado, lo tomo entre sus dedos, empezó a chaquetearme como nunca lo había sentido, mi mano también tomo su pene y los dos sincronizados movíamos nuestras manos de arriba a abajo, acelerando de pronto. Yo pedí un descanso porque era tan delicioso estar así que no quería venirme tan pronto. Sin dejar de acariciarme todo el vientre y el pecho, acercó su cara hasta meterse mi verga en su boca, y empezó a masturbarse él solo, es casi indescriptible el placer que esto me provocó, aunque muchas chavas me lo habían mamado, jamás había conocido una lengua tan experta, no había un solo pedazo de mi verga y de mis huevos que no hubieran sido recorridos por ella; se la metió toda de un tirón y yo empecé a cogermelo por la boca, empujando despacito y luego acelerando, entonces me dí cuenta que la película estaba acabando y que en un minuto prenderían las luces! Así que se lo dije, él me la mamó un poco más y me vine en su boca, no dejó caer una gota de semen, yo me convulsionaba por el orgasmo mientras él se abrochaba el pantalón, se levantaba y se alejaba rápidamente. Yo apenas pude vestirme antes de que encendieran las luces y todo regresaba a la normalidad, la gente que estaba en el cine (en su mayroría hombres), y ya en la calle, todo normal, muy normal.