Sucedio hace varios años, soy de ascendencia española por eso soy extremadamente velludo en todo el cuerpo y medianamente calvo, actualmente tengo 70 años, me casé a los 30 y a los 31 tuve a mi primera hija y la segunda nació a un año después, el tercero se malogró y lo perdimos antes de nacer, parecía que ya no íbamos ha tener más hijos pero para nuestro sorpresa tuvimos al varón ya cuando mi segunda hija tenía 10 años, para esa fecha yo tenía 42 y mi esposa 39, yo quería tener sexo todos los días, mi esposa me rechazaba continuamente, me decía que yo era un adicto al sexo y que eso no era normal, yo pensaba que era lo más natural del mundo tener sexo en promedio una vez al día, siempre escuchaba a mis compañeros de trabajo hacer alarde de sus proezas sexuales aunque después comprendí que mentían, pero esa ha sido siempre mi naturaleza, recuerdo una vez cuando tenía 19 años, en el transcurso de una semana tuve 16 encuentros sexuales, con esto quiero explicar mi temperamento, para mi mala fortuna mi esposa empezo a tener problemas con la tiroides y el doctor me dijo que con el tratamiento le íban ha disminuir sus deseos sexuales, así que era un gran problema para mí poder desahogarme sexualmente y sobre todo que que no quería involucrarme con otras mujeres para no tener problemas, así que ocasionalmente me iba con alguna prostituta, pero lo que sí hacía todas las mañanas era masturbarme antes de bañarme para ir al trabajo y no estar con la tentación todo el día cuando se me acercaba alguna mujer, ocasionalmente también en las noches me masturbaba para no inquietar a mi esposa que había decidido dormir en recámaras separadas. Así fue transcurriendo el tiempo, mi hijo fue creciendo muy mimado por su mamá y sus hermanas, yo no me involucraba mucho porque siempre tenía problemas con ellas, pero sentía que mi hijo se estaba volviendo muy aniñado y amanerado en su comportamiento, algunos compañeros del trabajo me hacían comentarios que mi hijo estaba muy mimado, que debería ser más estricto con él, pero como mi padre había sido muy severo conmigo y luego nos abandonó a mi madre y a mí, yo no quería que mi hijo pasara por lo mismo o que tuviera desapego hacia mí, el era muy cariñoso conmigo, recuerdo que cuando era pequeño le gustaba estar a mi lado acariciandome los pelos de mi pecho o de mi espalda. Mis hijas se casaron la misma fecha, la mayor ya tenía 26 años, mi pobre hijo resintio mucho la ida de sus consentidoras hermanas, que debido a sus esposos se fueron a radicar a otras ciudades, lo peor vino cuando su madre tuvo que ausentarse cuando nuestra segunda hija tenía problemas con su embarazo y tuvo que marcharse a Guadalajara, así que me quedé sólo con mi apesadumbrado hijo. A mis casi 60 años yo seguía manteniendo un gran deseo sexual mi libido no había disminuido a pesar de la edad, un día que cumplía años un compañero del trabajo, decidimos celebrarlo invitándolo a un bar para festejarlo, estábamos en pleno festejo cuando un par de amigos del festejado se acercaron a nuestra mesa a felicitarlo y los invitamos a sentarse, el más joven se sentó a mi lado, al calor de las copas el joven que se miraba muy afeminado empezó hacer muchas referencias a que yo era muy velludo, yo les conté la anécdota de cuando me rasuré el pecho porque a mi esposa no le agradaba mucho mis pelos, pero que todo fue un desastre porque además de que me corté un pezón fue muy incómodo cundo volvieron a crecer y que había decidido no volverme a rasurar jamás, el jóven comento que si fuera mujer le gustaría estar con un hombre velludo como yo, todos empezaron a reir maliciosamente, porque al parecer con las copas al joven le estaba saliendo lo gay, de repente sentía su mano que rozaba mi pierna y en una de esas la dejo por encima de mi muslo izquierdo, del lado que por costumbre traigo la verga y como casi siempre la tenía ya parada, por unos segundos pensé en deslizar la pierna para que él alcanzara el tronco de mis 20ctm de miembro erecto y después dejarlo que me la mamara para luego penetrarlo por el culo, ya que era una experiencia que nunca había tenido, ni con una mujer, ya que por alguna razón ninguna había aceptado, ahí me encontraba terriblemente excitado y asustado al mismo tiempo, tan sólo de pensar que estaba frente a mis amigos deseando desahogarme sexualmente con el muchacho que estaba a mi lado, cuando sentí que su mano avanzó y rozó el bulto que sobresalía de mi pantalón, para no exponerme a más decidí levantarme y despedirme, el joven insistió en acompañarme pero yo me opuse rotundamente hasta el grado de sonar totalmente descortés, dejé dinero sobre la mesa y me retiré, nunca he sido homofóbico, pero también nunca antes había estado tan cerca de hacerlo con un gay. Cuando llegué a la casa mi hijo corrió abrazarme, eso me puso muy nervioso porque yo seguía manteniendo mi erección y al abrazarme sentía su cuerpo rozando mi bulto, disimuladamente trate de apartarlo preguntándole de sus deberes escolares, pero él me contestó que era fin de semana y no quería hablar de la escuela y que nos sentáramos un rato juntos en el sofá, le pedí un poco de agua para beber, mientras trataba de hacer menos visible mi erección, tenía un raro defecto si se le puede llamar así, que cuando tenía una erección no tan facilmente podía bajarla, afortunadamente no llevaba un pantalón ajustado lo cual me permitía un poco más de mivimientos, cuando regresó con el agua, le dije que solamente estaría un momento porque estaba cansado y me quería ir a dormir, nos sentamos y empezo a comentar sobre lo mucho que extrañaba a sus hermanas y a su mamá, yo no ponía mucha atención porque él me estaba desabotonando la camisa para acariciar mis pelos como era su costumbre, yo no sabía que hacer porque entre más me acariciaba, mi verga más respondía dando saltos y ya era notorio el bulto que se hacía al frente de mi pantalón, él estaba recostado con su cabeza en mi hombro y con su mano me acariciaba el pecho y estómago, nunca antes me había sucedido que sus caricias me excitaran, pero ahora yo ya venía excitado del bar y no podía ocultarlo, me sentía sumamente avergonzado, yo sabía que él ya tendría que haber notado el bulto en mi pantalón porque su vista estaba hacia abajo, y cuando su mano pasaba por mi pezon, instintivamente daba un salto mi verga, era una situación embarazosa, ahí estaba yo sentado con mi camisa totalmente desabotonada y mi hijo acariciándome como era su costumbre, sólo que ahora estaba yo, su padre, con las piernas separadas mostrándole el bulto que hacía mis 20cm de verga al frente de mi pantalón, estaba deseando que me soltara para poder ir a mi cuarto y masturbarme quizá hasta dos veces porque estaba sumamente excitado, pero mientras trataba de encontrar la forma de levantarme sin que él se sintiera ofendido, ya que él estaba comentándome lo triste que se sentía, me dijo papá ya que estas cansado voy por tus pantunflas y te daré unos masajes en los pies y en el cuerpo, mientras regresaba, ví que mi bragueta ya se encontraba mojada con mi excitación ya que yo siempre me escurría bastante cuando me excitaba,para acomodarme mejor la verga me aflojé un poco el cinturón y me desabotoné el pantalón, cuando él volvió me quito los zapatos y calcetines y me empezó a dar masajes en los pies, creí que eso me iba a relajar, pero no fue así, yo seguía con mi excitacion cada vez aumentando, me deslicé en el sofá estirando todo mi cuerpo, quedando mis caderas en la orilla y exhibiendo sin ningún pudor el bulto que hacía mi erección, en ese momento me dijó,mientras me jalaba el pantalón que ya lo tenía desabotonado, papá para que estés mas holgado quitate el pantalón, yo sin pensar en más lo úniso que hice fue levantar las caderas para que él pudiera quitarlo, ya sin pantalón era más que evidente mi erección ya que la cabeza de mi verga salía del boxer, pero él no dijo nada me empezó a sobar las los tobillos y las pantorrillas y lentamente empezo a subir ligeramente por enzima de las rodillas, yo tenía los ojos cerrados como no queriendo ver que pasaba, mientras él subia poco a poco masajeandome los muslos su mano rozaba con mi verga, pero ninguno de los dos decía nada, hasta que sentí sus manos bajándome el boxer, yo no hice nada por detenerlo, seguía manteniendo los ojos cerrados, como cuando los niños lo cierran para que el fantasma no los note, empezé a sentir sus manos acariciándome los testículos y sobando mi verga, la excitación era tremenda, quise recordar alguna otra vez que hubiese sentido tal grado de excitación, pero no, esto era único, ya no me importó comprobar lo que siempre había temido, que mi hijo fuera homosexual, en ese momento lo único que importaba era satisfacer mi deseo irrefrenable del desahogo sexual tanto tiempo y tantas veces reprimido, ahí justo estaba yo, deseando que mi hijo no cesara de hacer lo que estaba haciendo, pero no era necesario que yo lo animara, mi hijo empezó a lamerme los testículos y toda la extensión de mi verga y cuando llegó a la cabeza la metió en su boca e inició la mejor mamada que me habían dado a lo largo de mis 60 años, aunque seguía manteniendo los ojos cerrados yo no dejaba de gemir y de impulsar mis caderas hacia arriba siguiendo el ritmo de su inigualable boca, toda esa experiencia era inigualable, sentía como si en cada succión de su boca tenía un mini-orgasmo preparando el momento sublimem mi respiración se hizo más acelerada, mis gemidos más agudos y mis movimientos más rápidos, sabía que mi venida estaba cerca, así que llevé mis manos hacia la cabeza de mi hijo para tratar de quitarla y así poder eyacular toda mi leche, pero él no trataba de soltar mi verga de su boca, así que le dije que me iba a VENIR por si no se había dado cuenta, él lo que hizo fue apretar con sus manos a mis manos en su cabeza, indicándome que quería que me viniera dentro de su boca que estaba más que dispuesto a tragarse la leche de su padre, eso era más de lo que esparaba, saber que esa boca estaba dispuesta a recibir toda mi VENIDA y saborear el sabor de mi leche, eso acrecentaba aún más mi excitación a un grado de paroxismo, así que tome a mi hijo de la cabeza mientras metía y sacaba mi Verga de su boca, hasta que no pude más y mi excitación estalló, entre mis gritos de ME VENGO HIJO, ME VENGO, TOMA TU LECHITA, TOMALA TODA, ES PARA TI, SABOREA LA LECHE DE TU PADRE, empecé a eyacular torrentes de semen como nunca antes había eyaculado, la boca de mi hijo por más que trató no fue capaz de albergar tanta leche sin ahogarse así que tuvo que desprenderse de mi verga, la cual seguía disparando borbotones de leche que caían en su cara, mientras yo gritaba de satisfacción, cuando mi hijo tragó mi leche que tenía en la boca volvió a tragar mi Verga para recibir los ultimos chorros que salían de ella, yo quedé extasiado de tanto placer mientras mi hijo apretaba mi Verga sacándole las ultimas gotas de leche, cuando levanto su cara para mirarme, noté que tenía leche escurriendo por la mejilla, así que fuera de falso pudor tome mi verga y con su cabeza aun erecta empecé a llevar esa leche a su boca, la cual él recibía gustoso lamiendo la cabeza de mi verga. Conociendo mi temperamento, adivinarán que esta historia no concluyo aquí, pero eso continuará en otra ocasión.