Erotismo en la Sauna
He de confesar que siempre me ha gustado mirar hombres desnudos, incluso mi pasatiempo favorito es ir en el autobús o por la calle e imaginarme cómo serán sin ropa aquellos que consiguen atraerme.Lo mejor de todo llega con el verano cuando mi mujer y yo vamos a playas nudistas donde a parte de sentir la libertad de tomar el sol sin ropa puedo disfrutar del espectáculo de ver genitales de todos los tipos, tamaños, colores etc. Por todo esto, no es de extrañar que me guste mucho ir a la piscina: aparte de practicar mi deporte favorito, aprovecho la ocasión para poder deleitarme viendo aquellos cuerpos que después convertiré en actores principales de mis más excitantes fantasías. Y eso sí, simplemente son fantasías ya que somos muchos los que nos sentimos atraidos por personas del mismo sexo pero no nos vemos en la imperiosa necesidad de llegar a concretar una relación sino que tenemos suficiente masturbándonos de cuando en cuando disfrutando estos pensamientos. O al menos eso creía hasta el pasado domingo cuando después de levantarme temprano decidí ir a nadar un rato y después tomar una sauna, ya que últimamente me he aficionado bastante a esto de estar desnudo en una habitación pequeña con desconocidos y que parecen disfrutar de la misma manera que yo. Al principio pensé que sería como casi siempre, yo solo en la sauna sin nadie con quien hablar o a quien mirar pero enseguida entró Miguel, el hermano de un antiguo compañero de colegio.Rápidamente nos pusimos al hablar y aprovechando la confianza empecé a echar miradas a su cuerpo y enseguida descubrí que tenía un cuerpo de aquellos que más me gustan: no estaba cachas pero sí bastante robusto, aproximadamente unos 28 años, en definitiva un hombre de aquellos que podría pasar desapercibido pero que son los que más atractivos. Disimuladamente volvía a dirigir mi mirada a sus genitales cuando, para mi satisfacción, descubrí que su pene estaba medio hinchado. Fue entonces cuando mi cuerpo reaccionó de la misma manera y, claro, enseguida nos dimos cuenta los dos de la situación.Fue un momento mágico porque en vez de apurarnos o sentir vergüenza, decidimos, casi sin decirnoslo, que íbamos a disfrutar del hecho de estar los dos desnudos, contemplando aquello que más nos gustaba.Las erecciones, más fuertes y duras que nunca, llegaron enseguida y los dos empezamos a acarciarnos y a tocarnos disfrutando del placer de autosatisfacerse uno mismo pero en compañía de otra persona. Qué placer acariciarse los pezones, masturbarse un rato, tocarse los brazos, las piernas , eso sí, cada uno con su cuerpo pero excitándonos de una manera que nunca nos había sucedido.Estuvimos un buen rato hasta que llegó el momento de corrernos, ya que si bien normalmente a esas horas de la mañana casi nadie se acercaba por allí, tampoco era cuestión de que nos pillaron en el acto, y nunca mejor dicho. El orgasmo compartido fue maravilloso, único, nos corrimos con un gustazo increible,incluso creo que para mi se conviertió en la mejor eyaculación de mi vida. Nos quedamos exhaustos, vacíos, pero también satisfechos y contentos. Después tomamos una ducha larga, placentera, disfrutando de las gratas sensaciones que todavía envolvían nuestros cuerpos. Cuando salimos, decidimos ir a tomar un café para conseguir alargar el momento que estábamos viviendo y los dos aprovechamos la ocasión para ponernos al día. Que si su hermano estaba trabajando en esto, que si su mujer lo otro, etc... Fue una experiencia irrepetible, única y con ella pude comprobar que existe otra manera de disfrutar del sexo, que no todo es contacto físico, promiscuidad o prácticas violentas.Sencillamente se necesita un poco de tranquilidad, ganas de disfrutar y lo demás viene solo. Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. If there are any concerns please e-mail us at: CustomerService@MenontheNet
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