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Un Puto Muy Legal (3)

by Absalon


Un PUTO MUY LEGAL, (3) por Absalñn

-¿Asë que le quieres?- inquiriñ Chrissie pensativa.

Resoplé. La vida sin amor es mucho más fácil, más divertida y como dijo el þltimo nuevo rico que me alquilñ, más mejor. Habëa pasado una semana desde el fin-desemana-delrestodemivida que pasé con Carles. ¿O quizás fue el primer dëa de mi nueva vida? Nueva vida, en la que pueda descubrir qué coïos significa "contigo". Y también "anhelo", "desesperaciñn", "celos" y "rutina". ¿Estoy seguro de que quiero esto? Pero es entonces cuando recuerdo tu sexo dentro de më, tomando posesiñn con tu sabrosa lefa, con tus orines, marcando tu territorio como si fueras un perro. Mejor dicho, yo soy tu perro. -¿Tþ qué piensas? -Yo dirëa que se te hace el culo agua cuando hablas de él. Aþn no me has respondido. -Porque no tengo cojones para ello- y asë es, y como los putos no sentimos, pretenderé hacer gracia y simular que nada me afecta, que cada noche que he visitado a Carles de esta semana he sentido viejos miedos al sentir su mirada en mi cuerpo desnudo. Y siempre el mismo vacëo al abandonar tu lecho mientras tþ aþn duermes o finges que duermes porque sabes que odio despedirme. -Y Carles, ¿estás seguro de que te quiere? Porque te conoce desde hace poco…

Carles. El þltimo beso en la nuca aþn conserva tu calor. Y la lanza de tu mirada todavëa me perfora el cerebro e hiede mi corazñn de puto callejero. -No sé si puedo estar seguro de él, tëa. Nadie puede estar seguro de nadie. Pero él… yo he sido su puto e incluso asë me respeta. ¿Dñnde encontrarëas a un hombre asë? -En Barcelona. -No te hagas la graciosa. -Bueno, este pavo es de allë, ¿no?

Tomé una ducha para intentar aclarar mis pensamientos, pero lo þnico que conseguë fue recordarte. Ayer me tomaste de los morros sellándolos con los tuyos. "¿Me quieres de verdad detrás de todo?", pregunté angustiado. "Te amo por debajo de todo", respondiste antes de que yo rechazara el chupetñn en el cuello porque hoy tengo que cumplir mi þltimo trabajo. Tony dijo que me reservaba algo grande para el final de mi carrera de chapero de lujo. Ayer Carles no me chupñ el cuello pero me tendiñ en su cama y, desnudo él, vestido yo, descorriñ mi bragueta y sacñ mi sexo hþmedo, lascivo, hasta que lo engullñ de un solo bocado. Tu garganta fue el refugio más mojado que jamás mi polla ha cobijado. Tus mejillas me succionaban estremecedoras, tu nariz sumergida en mi vello pþbico, ahogándote en më, más tarde te levantaste y te sentaste en mi cipote, apenas contemplé tus fugaces nalgas velludas tomar posesiñn de mi sexo, pues incluso recibiendo tþ me follas. Recordándote, se me ha puesto dura en la ducha, como era de esperar. Me pajeo el rabo y poco a poco el agua encuentra su camino hasta mi pelvis, despeïándose desde mi dura polla, sometida por mis manos, acaricio mis huevotes, me siento, la corriente cae sobre më y mientras me la meneo me meto un dedo por el culo. Por el culo me estuviste follando luego, me desnudaste y me ataste a la cama, no sñlo de manos, me dejaste boca arriba abierto de piernas (ahora agradezco mis clases de ballet durante la juventud) y ataste los tobillos con las manos al cabecero. Después sometiste mi boca a tu enorme polla, la sacaste sñlo para que sorbiera tus cojones, qué sabrosos y qué peludos, creë que ya habëa terminado cuando tu verga se apoyñ en mi culo, que la dejñ entrar lisa, merced a los dedos lubricadores que me habëas metido antes, hasta el puïo me metiste. El agua resbala sobre mis pezones rosados y suspiro; el presemen chorrea que da gusto. Tu polla me follñ bien follado, tu taladro es magnëfico, tu cabeza horadaba mis paredes y tus cojones se restregaban contra mi culito indefenso. Me soltaste y te volvë a follar por la boca, como si fuera un coïo, te asfixiaba, intercambiamos papeles y te sentaste en mi cara. Puedo meter dos dedos en mi culo, ¿quieres? El agua së, ya que se mete y me refresca, me doblo hasta que la corriente de agua se estrelle contra mi pajeada polla y prosiga su camino a lo largo de mi afeitado periné hacia mi rosado culito. Culminamos con un 69 bestial, los dos tumbados de lado, nos ahogábamos de polla, chupábamos los huevos del otro, le metëamos alguna lamida de ojete y nos corrimos en la boca, yo antes, tþ después. Y asë me corro yo en mi ducha.

La vida del enamorado es casi como la de un anuncio de compresas. Yo no sabëa a qué olëan las nubes (a lluvia ácida las de Madrid), pero andaba todo el dëa como si me hubiera fumado un porro, o mejor aþn, como si me hubiera metido un porro por el culo. La polla de Carles era lo más prñximo a esto. Decidë retirarme y aceptar la proposiciñn de Carles. Chrissie me asegurñ que no habëa ningþn problema; conocëa a una compaïera de facultad que buscaba compaïera de piso para poder salir de un horrible antro habitado por futuros periodistas deportivos y polëticos. Pobrecilla, a më también me daba pena. Si en el fondo yo siempre he hecho buenas acciones, soy como una ONG de polvos. Salë de la ducha con una toallita cubriendo mi sexo, Chrissie la retirñ de un manotazo, mis pelotas al viento: -Deja, deja, que hoy dejo el oficio y vuelvo a ser un hombre respetable. -Së, el hombre que tu padre querëa que fueras. -No, que el hombre que mi padre querëa es el chofer, que para algo me echñ para Madrid, para follárselo él solito.

Me conecté al puto-correo que todos ustedes conocen: putodelujo@yahoo.com. Un mensaje de Manuel, que se habëa convertido en versátil total de la muerte, y varios de mis clientes entristeciéndose por la pérdida sufrida en el sector empresarial de servicios madrileïos. Con la falta que hacëan ahora esos servicios para recabar apoyos… Tony me llamñ para concertar la þltima cita. Clientes: Seïor A y Seïor B. Los dos eran clientes, de manera que el servicio no era un dþplex. Qué pena, con el dþplex se trabaja menos y se cobra más, aunque la tarifa será extraordinaria por follarme a este par de seïores. Seïor A. Edad: 63 aïos. Seïor B. Edad: 48 aïos. Ambos, versátiles. Los dos seïores me estarëan esperando en la plaza de Neptuno, junto al museo Thyssen-Bornemisza. De allë irëamos al Ritz en busca de un picadero de alta categorëa. Yo debëa ir de negro. Se supone que ellos me reconocerëan. Habëan pedido un universitario y Tony les habëa dejado con un puto. Entré a mi habitaciñn, pero no sabëa qué hacer. Por primera vez tenëa remordimientos. Carles, me preguntaste ayer si iba a seguir mucho más tiempo poniéndote los cuernos. En mi mente, eso de los cuernos no existëa antes de que tþ la nombraras, aunque muchas (demasiadas) cosas no tenëan lugar para më hasta que tþ llegaste. Estuvimos hablando de Tony, de su novia y socia, Carla. Te conté, desde el primer cliente (Manuel) hasta el þltimo (Abduhl), que me follé la maïana antes de verte ayer. Te relaté la pequeïa historia de mi vida y tþ me escuchaste. Después me marché como nos marchamos los ladrones, sin hacer ruido. Te abandoné. Besé por þltima vez el hombro desnudo y salë a saludar a la madrugada madrileïa, envuelto en la neblina del frëo diciembre. Quién dirëa que tendrëa un mensaje en mi mñvil de parte de Tony, anunciando que aceptaba mi retirada, a cambio de un þltimo trabajo. Soy un puto muy legal, no puedo traicionarle cuando ya me he forjado cierta fama en el circuito del sexo pagado. Estos dos seïores que tienen a sus seïoras esposas a ajo y agua quieren petarme el culo y que yo se lo pete a ellos. O un sándwich. Me preguntaste cñmo gozaba más, si con un cliente o contigo. Callé, para hacerte de rabiar. Cuando estuviste lo suficientemente humillado, confesé: contigo. ÿJe, je! Te me enganchaste al cuello y hube de retirarte para que mis fans no apreciaran marcas cuando se corrieran en mi boca. Y ahora tengo remordimientos. Es la þltima vez, pensé. Mi salida deberëa ser algo memorable. Total, ya perdë las oportunidades para hacerme bueno, no voy a perder ahora las de hacerme malo para convertirme en un idiota más de la masa. Me coloqué un microtanga negro, que sñlo sirve para mantener unidos mis huevos y para pelarme el ojete. Me enfundé en unos pantalones negros comprado en "Todo Zorritas", bonita tienda situada en el complejo guarro de Hortaleza, superajustados, ideal para mi culo prieto y mi paquete caliente. Elegë un camiseta de rejilla, también sacada de "Todo Zorritas" y una camisa de seda negra. Hoy iba a ser la más puta de todas. Chrissie me mirñ: -Te estás poniendo muy guapo, ¿a quién te vas a follar, a un prelado o a un eurodiputado? -Al presidente del Congreso, no te jode… -Bien que te molarëa. -Pues së, pero es apostñlico y romano. Por cierto, ¿sabes cñmo se apellida Carles? -A ver, déjame pensar: ¿Carod-Rovira? -No, él no desciende de aragoneses, sino de catalanes. -Ufff… ¿Collons? Por sus milagrosos huevos, digo. -ÿNo! Aunque le habrëa quedado bien- reëmos-. Carles se llama Carles Escames Pons-Crespo. -Ah, ¿y dñnde está la gracia? -¿No se la ves? -Anda y vete a trabajar, que el amor te está fundiendo las neuronas.

Allá voy. Al igual que en mi primera vez, tengo que procurar que el cliente se quede totalmente satisfecho. Esta vez son dos, pero son dos pedazos de maduros, mmmh, me pregunto cñmo será el sesentñn. Si está como mi padre, desde luego serëa un polvazo, pero nunca se sabe. Espero que me follen los dos bien follado. Ya que me voy a despedir de la vida libertina, lo voy a hacer por todo lo alto. Bajé hacia Neptuno desde Sol siguiendo la estela del Thyssen.

Justo cuando llegué me topé con la peor pesadilla que me podrëa haber encontrado. Una pareja de hombres me miraba horrorizada y yo mismo enrojecë por primera vez de pura vergùenza. Ante më, mi padre, Don Nicolás de la F., el Seïor A, y Tomás M., profesor titular de derecho romano en cierta universidad catñlica que un ñptimo dëa abandoné, el Seïor B. Nos miramos, los tres, entre asombrados y coléricos: -Pero, ¿en qué clase de maricñn te has convertido?- mi padre se lanzñ a mi cuello. -Mira quién fue a hablar- me desenganché-, el que viene a Madrid a escondidas a follarse un niïo mientras su esposa se pudre en Leñn. -Joder, cñmo te ha salido el chaval- comentñ Tomás con una mezcla de sorpresa, hipñcrita recriminaciñn y puro deseo libidinoso. -Joder, cñmo has resultado ser tþ- le respondë a él también-. De diácono, padre de familia y exnumerario del Opus Dei te has pasado al Opus Gay. -Vaya mierda, Tomás, para una vez que nos alquilamos un puto, lo que nos viene es mi hijo. -Bueno, Nicolás, habrá que apaïarse con lo que hay. -Me ha dado un bajñn.

Análisis de la situaciñn mientras ellos dos discuten la posibilidad de follarme o no follarme. A më, mi padre me ha puesto desde siempre cachondo. Deberëais verle: tan alto como yo, de vigorosas espaldas, barbudo pero con canas, con aire de caballero, de gran seïor que se ha acentuado con la edad. Tripa contenida pese a la edad, de carnosos muslos y fuertes brazos, recuerdo la primera y þltima vez que lo vi desnudo. Se disponëa a tomar el baïo y yo le interrumpë. Su cuerpo, invadido de vello espeso y negro, su sexo hermoso, no en vano lo he heredado de él, quizás sus huevos le cuelgan más. Me echñ a patadas, no antes de espiar su culo peludo y apretado, creo que también he heredado su culo. En cuanto a Tomás… qué decir. Un poco más bajito que yo, pero no bajo. Musculoso y con ciertos kilos de más ganados por la edad, el vello del Dr Tomás M. siempre sobresalëa por el cuello de la camisa. Él también llevaba barba, poblada y negra, con pocas canas, aunque mientras que el cabello de mi padre se habëa tornado blanco a costa de permanecer en su sitio, Tomás lucëa hermosa calva. Los ojos, de profundo negro, me recordaron a un compaïero mëo, locaza declarada que sufrëa de catñlicas depresiones, que se declaraba fan entusiasta de las nalgas del profesor. No era para menos… quizás un poco grandes para un hombre, segþn mi gusto, pero tersas, bien puestas, y en cualquier caso, pantagruélicas, de caderas sensuales. Recordé el incidente con Chema, nuestro chofer. ¿Fueron las airadas palabras de mi santo padre fruto þnicamente de la rabia o manaba de una excitaciñn provocada por otra ëndole? Su cara enrojecida de rabia se correspondëa con rubor sexual. Quizás deseo. ¿Quién no ha querido follarse a su tierno niïo cuando le ve crecidito, hecho un hombre, pero inexperto en lides del sexo? ¿Qué hijo no se la ha querido comer a su padre? Decidë actuar: soy un puto y no debo dejar un cliente escapar: -Papá… -Hijo, te voy a partir la cara, después de toda la educaciñn que te hemos dado, resultas ser un maricñn que encima… -Së, un maricñn como mi santo padre, al que le gusta que le metan vergas bien gordas por su culo. ¿No recuerdas lo cachondo que te pusiste cuando me viste chupándosela a Chema? -Deja de decir gilipolleces, eres mi hijo, aunque seas marica, y eso sñlo fue una deshonra…- le corto a tiempo. -¿No te gustñ ver cñmo chorreaba sus humores por mis mejillas, su polla tragada por mi boquita?- acaricio con los dedos mis labios tþrgidos, de frambuesa y me los humedezco sutil-. ¿Sabes el placer que me dio meterme aquella picha hasta lo más profundo de mi garganta? Te pusiste rojo, pero no de ira, papá. En el fondo te hubiera gustado ser Chema. No lo dudes- Tomás se envarñ mostrando un cipote de grosor muy apetecible. Mi padre parecëa inalterable. -Hijo, ejem…- en el fondo luchaba por controlarse. -Desde siempre he soïado contigo, papito- me acerqué a él cual agraciada perra, contorneando mis caderas juveniles-. Soïaba con sacarte ese tesoro que llevas entre las piernas y mojarme con él, toda mi garganta, con tu surtidor de leche… -…Para, hijo mëo…-ahora que me acerco a él, comienza a temblar como un hoja. -… porque aquel dëa que te sorprendë en la ducha, lo que ambos deseábamos era que me hubieras secuestrado en la ducha, domándome con tus brazos, papaëto, y me hubieses violado hasta caer exhaustos, pero te reprimiste, porque allë estaba mamá y mis hermanos. Mërame ahora, papá, mërame. ¿No te mueres por follarme?- le doy la espalda y rozo con mis caderas su sexo duro, ÿahora së! Ya es mëo. Tomás suspira. Me engancho al cuello de mi padre y antes de depositar un beso en las mejillas barbudas miro de reojo a Tomás. Pobrecito, no se vaya a quedar solo y pille un trauma. -Nicolás, ejem, creo que…-balbuceñ Tomás cuando frote mis mejillas contra las quijadas paternas. -Tþ lo has querido, hijo- mi padre me mira serio mas salaz a través de esos ojos verdes que ambos compartimos-. Ahora mismo vamos a ir al hotel y allë te vamos a follar bien follado. -Adelante, papá. A ver si quedan nuestros culos como la bandera de Japñn.

Caminamos como tres amigos, un padre con su hijo más el amigo de la familia, a pesar de que mi atuendo no era el más adecuado para una reuniñn familiar ordinaria, aunque së para la orgëa que se iba a desarrollar en una habitaciñn cualquiera de un caro hotel madrileïo. Ni el recepcionista, ni los seguratas, ni el ascensorista se inmutaron demasiado. Desde luego, cuánto hemos progresado con la vuelta de la democracia. Llegamos a la habitaciñn, lujosa, aunque vetusta para mi gusto. -¿Hay jacuzzi? -Së- contestñ ávido Tomás. -Creo que con la cama tendremos suficiente- cortñ mi padre-. Quiero que te desnudes, zorrita.

A ver quién acaba siendo aquë la zorra, pensé. Apagué el mñvil. Raudo dejé el abrigo en una silla y me desnudé poco a poco, siguiendo una danza sin mþsica. Acomodé a ambos seïores tras sendos besos castos en la cama king size y desabotoné la camisa transparente. Froté mis pezones a través de la rejilla de la camiseta, hasta que casi salëan, hinchados, excitados. Me humedecë los labios y les dediqué una sonrisa lasciva. Me sentë más y más cachondo conforme iba bailando. Marqué sobre mis abultados pectorales la camiseta y la rajé, hiriéndome, araïándome el pecho. Les tiré los despojos de la camiseta y me silbaron, aplaudiendo y magreándose los paquetes. De pronto, Tomás se fijñ en mi padre y presa de inaplazable pasiñn le comenzñ a besar el cuello y a sobar su polla que asomaba erecta tras el pantalñn. Mi padre no dejaba de mirarme. Me desembaracé de las botas y me puse de espaldas a ellas mientras le miraba de reojo. Ellos también me miraban, pero ahora mi padre correspondiñ a las caricias de Tomás y pronto los dos se morreaban y se pajeaban por encima del pantalñn los pollones erectos. Asë, de espaldas, comencé a mover mi culo en cërculos, mientras repasaba con mis dedos la raja del culo, y gemëa como una perra en celo mientras me humedecëa los tþrgidos labios con la lengua. -Mira qué puta ha resultado ser tu hijo- dijo Tomás mientras lamëa la oreja de mi padre. -Es una puta viciosa, es un vicio que corre por las venas de nuestra familia- correspondiñ mi padre magreando a Tomás desde la punta de su polla gorda hasta el perineo, donde hundiñ un dedo-, y de nuestros amigos- el madurito caliente suspiraba excitado.

Yo también me estaba poniendo muy caliente con estos seïores metiéndose mano y besándose apasionados con sus barbas, la de Tomás negra, la de mi padre, blanca. Rápidamente me di la vuelta, habëa dejado de ser el foco de atenciñn, no lo podëa permitir. Bailaba como un furcia, en ochos, acariciando con mi culo el suelo, magreándome el paquete, me sentëa supercachondo. Bajé los pantalones de un modo suave, hasta quedar con el microtanga. Me acerqué a los seïores y dejé mi sexo endurecido dentro del microtanga a su merced. Rápidos, encabritados, los dos se pelearon por quitarme la þltima prenda, Tomás me tirñ boca abajo en la cama y abriñ mis nalgas, buscando con sus dedos gordezuelos la entrada de mi culo. Mi padre terminñ de retirarme el microtanga y Tomás hallñ lo que buscaba: mis labios anales se hallaban abiertos y hþmedos, suaves y elásticos; humedeciñ uno de sus dedos y me lo endiïñ hasta tocar mi prñstata. Mi padre me hizo darme la vuelta: -A ver qué polla tiene mi niïo.

Me dio la vuelta y se le hizo la boca agua al ver mi sexo rosado, hþmedo, como el cuerno de un fauno. Tomás me seguëa dando por el culo con su dedo, y mi padre, con los ojos desorbitados dijo: -Si es igual que la mëa, sñlo que depilada- aproveché aquella interrupciñn para exigir lo mëo: -¿Qué hacen vestiditos, seïores, temen pasar frëo? No se preocupen, que yo les calentaré. -Vale, pero quiero que tþ desnudes a Nicolás, que yo eso no me lo pierdo- adujo Tomás. Mi padre no opuso resistencia, creo de hecho que lo deseaba.

Le quité la cazadora a mi padre. Nos besamos. Era la primera que besaba a mi padre en la boca y a ambos se nos puso gorda. Mi padre besaba bien. Metëa su experimentada lengua dentro de mi boca y bailaba con la mëa, luego me sorbëa los labios; era un viejo cachondo y a mi se me hacëa el culo agua. Toqué su polla, guarecida por un pantalñn de Pedro del Hierro y se puso a 100, me comenzñ a pajear, yo le quité la camisa y redescubrë aquella pradera antaïo salpimentada ahora canosa, pero con todos sus vellos y unos pectorales aþn fuertes y prietos. Sorbë sus pezones, mmmh, papito lindo, qué erectos los tienes. Le sonreë y le bajé los pantalones, los muslos son aþn fuertes y el vello aquë es tupido. Queda ante më unos calzoncillos blancos, hinchados, que retiro febril y una polla gorda golpea mis carrillos. Abro los ojos. Es una polla como la mëa, un poco más oscura y poblada de vellos canos y rizados. Su cabeza es roja, como una punta de flecha y los huevotes cuelgan inflamados, rojos, su aroma es penetrante y lamo la cabeza par probar su presemen… mmmh, está buenësimo, mi padre gime y suspira, yo lamo ese tronco preciado y tanto tiempo anhelado. Me retira y nos besamos de nuevo, nos violamos las bocas. Me retira de su rostro y nos pajeamos mutuamente, me chupa el cuello, muerdo sus labios y masajeo sus cojones. Tomás se pone cachondo y se dispara, deja su jersey, torso velludo y moreno emerge, y un abdomen terso, aunque con una pequeïa tripita. Le observamos mi padre y yo, y mientras nos besamos, le miramos. Sus bëceps están geniales, se baja los pantalones (qué ricos muslos morenos) y arroja lejos sus boxers. Su polla no es tan larga como la nuestra, pero es muy gorda, tremendamente gorda y cabezona. Tomás tiene unos cojones a juego, gordos y con abundante vello rizado. -ÿPero qué clientes más ricos tengo!- exclamo y desciendo hasta el pubis paterno. Abro de piernas a mi papi y le chupo los cojones mientras hurgo en su perineo hasta encontrar su ojete. Para mi sorpresa, está muy abierto y es muy peludo, lleno de pelitos blancos que me hacen cosquillas en la lengua cuando lo lamo. Por poco tiempo, pues Tomás me coge del pelo y me tira contra su polla. -Cñmetela, putito.

Presto. Se la como como puedo, me cuesta relajar tanto la mandëbula para que me entre, pero me la como. Su polla tiene un olor fuerte, ácido, que me chifla y agarro sus caderas recias para que me entre más adentro, me la saco de la boca y lamo la cabezota, después me la meto en la boca y pajeo su miembro mientras mi padre me come el culo. Me relajo y disfruto un poco de sus lameteos, cuando le digo: -Papi, fñllame.

Sus ojos cazan los mëos. Apoya contra mi culo su pollñn y la cabeza se abre paso a costa de romperme el culo, me folla como una máquina y me embiste contra el pubis de Tomás, de manera que su polla me entra por completo en la boca y trago polla por mis dos agujeros hasta rebosar. Por mis mejillas corren sus jugos y mi saliva, qué rico polvo, qué buenas vergas me están jodiendo. Me doy la vuelta y paso a chupar el rabo de mi padre, es largo y cuesta metérmelo dentro. Tomás no pierde el tiempo y me la mete de una estocada, su gorda polla me estruja por dentro y exprime mi recto, yo sumerjo mi rostro en el pubis paterno, sus vellos albos me acarician mientras su polla raja mi garganta. De pronto, mientras Tomás me folla lento pero hasta el fondo, dejando reposar su polla en el tope de sus huevos (ricos huevotes peludos contra los mëos depilados), mi padre saca su cipote de mi boca y se agacha hasta comerse la mëa, dejo un tiempo para ver como mi padre abre su experimentada boca y se traga de un bocado mi polla, joder qué bien lo hace, es el mejor chupador que he encontrado, mientras me la chupa, me masajea con su lengua, se la saca y me lame la cabeza, su lengua roja crea un contraste peculiar con mi polla rosada, y su barba blanca, y se la vuelve a meter, hasta la base, se la saca y lame los huevos por tiempos, primeros los mëos, y cuando Tomás me la mete hasta el fondo también chupa los suyos. No puedo más, Tomás me folla sin descanso y me siento una jodida puta viciosa, mi padre es otra zorra, cñmo chupa, se nota su experiencia. Veo como mi padre enjuaga en saliva uno de sus dedos y se lo mete por el culo a Tomás, éste da un respingo y me folla con más ganas, yo no aguanto más, y en el 69 que formamos, me vuelvo a comer la polla de mi padre, se la chupo, lamo todo el tronco, sorbo los huevos, y aparto sus piernas hasta permitir a uno de mis dedos metérselo por el ojete, qué morbo, si alguien me lo hubiera dicho, esto habrëa sido lo þltimo que se me habrëa pasado por la cabeza, mientras le dedeo en cërculos se la chupo con ahënco, incluso con mi polla metida en su boca noto sus gemidos de placer y eso me pone cahondo, me pone caliente chupársela a mi padre y darle placer asë.

Desmontamos después de un rato el tándem. Mi padre se arrodilla como en una genuflexiñn religiosa y deja su culo apretado al descubierto. Es tan pálido como yo, paseo mis manos por sus nalgas y él ronronea. Mientras hago esto, Tomás se acerca y me besa, yo respondo a sus besos, nos besamos al mismo tiempo que acariciamos las nalgas duras de mi venerable progenitor. Tomás también se arrodilla y me deja su culo bien expuesto. Los dos culos, diferentes, el de mi padre, más estrecho y musculoso, el de Tomás, respingñn y más blandito, que no caëdo, voluptuoso, curvado, moreno, pero ambas entradas protegidas por vello segþn observo cuando separo las bellas mitades. Comienzo por el de mi padre, su ojete es rosado y estriado, lo lameteo, qué bien sabe. Lo beso y meto uno de mis dedos por él, buscando su prñstata. Cuando la encuentro, él gime. Mientras dejo mi dedo ahë metido, paso a consolar a Tomás. Con mi otra mano separo sus nalgas, qué rico ano tiene, es moreno y con pelo cþprico alrededor, lo lamo, con una lamida lenta y delectuosa, luego con lameteos más rápidos, más violentos, le meto la lengua por el culo, y luego otro dedo va a parar al culo de un seïor. Mientras les masturbo analmente, beso y lamo las dos espaldas masculinas, llego hasta la nuca de mi padre y beso la calva de Tomás. Saco los dedos y beso las nalgas y los perineos de ambos. -ÿYa basta!- anuncia mi padre-. Cñmenosla a los dos.

Se tienden mis dos maduros Adonis cuan largos son encima de la cama y se aproximan para facilitarme el comerme sus vergas. Me rompen la boca cuando me meto las dos cabezas a la vez, son sabrosas y me asfixian, pero no me importa, me meto más y más de esas vergas, lubricándolas con chorros de mi saliva. Mientras, los dos maduritos se besan, dejo sus pollas, subo hasta su boca y nos besamos los tres, no dura mucho ya que Tomás y mi padre se bajan para comerme los dos la polla. Mientras Tomás se la zampa de un bocado, mi padre me sorbe los cojones. Tomás me hace un garganta profunda, su barba se confunde con mi vello pþbico; mi padre levanta uno de mis muslos y me come el ojete. Asë, se sonrëen y me comienzan a lamer el ojete los dos largo y tendido, me abren de piernas, cada uno sosteniendo uno y se turnan para meterme sus pollas, mi padre me agarra de la pierna derecha y Tomás de la izquierda, primero mi padre abre mi ano bien y me mete su polla de un empellñn.ÿVoilà! Su polla entra y sale para dejar espacio a la de Tomás. ÿAhë va! Su polla entra y sale de una sacudida, y asë se van turnando, mi culo está hecho un coladero y ellos lo disfrutan, estoy tan abierto que me podrëan meter un puïo entero. De pronto mi padre me toma de las dos piernas y me la mete, pero no la saca sino que empieza a follarme. Su folleteo es intenso, me parte en dos: me folla rápido, pero hondo, apenas siento que sus cojones han chocado contra los mëos, llenándome de su carne, cuando retoma el coito y sale, pulverizando mi culo. Tomás se apoya detrás de él y comienza a follar a su vez a mi padre, la faz de mi padre enrojece y grita primero de dolor y luego de gusto, los dedos de Tomás tiran de los pezones paternos y yo comienzo a estrangular la polla de mi padre con mi esfënter, además sitþo mis manos debajo de mis caderas para mover mi culo y soportar las embestidas de los dos. Sincronizamos el ritmo pronto, y cuando mi padre me la hunde a më, Tomás se la hunde a él, mmmh, es delicioso, porque cuando a mi papá se la mete hasta la empuïadura su verga se vuelve más larga y dura que nunca y me perfora como un taladro. Me la saco y me pongo en pie encima de la cama, cojo la barbilla de mi padre y le meto mi polla en la boca hasta el mismo pubis, para asfixiarle, hasta que se confunda su barba blanca con mi pelopolla. Asë, follado por delante y por detrás, mi padre recibe polla hasta saciarse, me sujeto en sus hombros y contemplo como la polla de Tomás perfora inmisericorde el culo de mi padre, el cual no pierde el tiempo y además de chupármela me mete un dedo por el culo, es insaciable, es algo familiar. Le saco la polla de la boca y nos miramos, sonriéndonos y observando a Tomás. Rápidamente, le inmovilizamos boca arriba y mi padre le folla por el culo. Tomás suspira cuando siente el pollñn en su ojete y grita de dolor cuando mi padre se la mete sin piedad, le abre las piernas como una mujer y no grita más, pues yo tapo sus quejidos con mi polla, que se afana en tragar. Me pongo a horcajadas encima de su cuello y como puedo (pues le queda poco pelo) le tiro de su pelo para que se trague mi polla hasta que le entre náuseas. Mi padre le folla con todas sus fuerzas y la polla de Tomás se mueve con cada embestida, me encanta esa imagen, con la polla dentro de su boca, le doy la espalda y nos hacemos un 69 mientras papá le folla. La polla de mi padre entra y sale con facilidad, como si el culo de Tomás fuera mantequilla. -¿No te apetecerëa follarle, hijo mëo?- me dice mi padre reconvertido en sátiro. -Pues së, papá. Tiene un culo precioso. -Y muy acogedor. Prueba.

Se sale de Tomás y me deja el camino libre. Tomás abre sus piernas y yo le miro desafiante: -¿Preparado? -Después de la polla del padre, creo que me podré tragar la polla del chaval.

Pues que te follen. Le meto mi cipote de un tirñn y no protesta, es que la polla de mi padre hace milagros. Mi padre nos contempla un rato satisfecho. El culo del profesor Tomás es prodigioso, es cálido y blandito, me aferro a sus nalgas y son esponjosas, aunque turgentes, puras columnas de vida. Su culo peludo me calienta como el infierno y mi padre ya ha tomado una decisiñn. Se deja caer a través de las caderas de Tomás hasta su objetivo: empalarse como un vaquero en la gorda polla de Tomás. Me aproximo a él, dejo de pellizcar las nalgas de Tomás y paso a torturar los pezones de mi santo padre al mismo tiempo que lo beso. Libero una de mis manos y paso a tirar de su polla, a pajearla mientras Tomás le devuelve la enculaciñn, a torturar su cipote y sus cojones, dándoles palmadas, frotando su cabeza exquisita, mordiendo su oreja, chupándole el cuello, dejándole moratones que delante a su hijo. Mientras, mi polla destroza a Tomás por dentro, follándose a ese oso maduro. ¿Pero qué hay de mi padre? Éste es el que me quiero follar desde hace tiempo. -Papaëto- le pregunto después de un rato-, ¿qué tal tu culo? -Ay, que placer como éste tal nunca sentë. ¿Me quieres follar, hijo? Fñllame, a ver si has heredado de tu padre el sentido del follar. -Por supuesto, papá querido.

Me salgo de Tomás y éste nos observa. Domo a mi padre, le pongo a cuatro patas después de morrearle salvaje. Palmeteo su culito, lo lamo de arriba abajo, y me apoyo en sus lomos. Meto mi polla en su culo y me siento deshacer en éxtasis. Follarse a tu propio padre es una experiencia que pocos afortunados tienen, sobre todo habida cuenta de que mi padre es uno de los hombres más guapos que conozco. Mi padre menea su culo como una perra, o como un perro, nada de lo que haga una hembra puede compararse a esto. Mi polla le folla como un animal, araïo sus flancos, su culo es tan caliente que disuelve mi polla, vuelvo a la realidad cuando Tomás golpea mi boca con su rabo hasta que la abro y mi lengua lame a mi cliente. Después, me folla un poco por la boca. Me tumbo con mi padre de lado dándole por culo aþn, mi zurda, que queda libre, le masturba y masajea sus huevos, ahora Tomás deja su polla en la boca de mi padre, y se lo folla por allë, beso a mi padre en su cuello, en agradecimiento por lo que me está dando. Ahora mi pistoneo es más dulce y lento, cuando se la meto le dejo un rato mi rabo metido dentro de su culo sabio para que lo disfrute. Mi padre goza asë, murmulla con la polla de Tomás dentro de él, cuando se la saca para lamerla gime, y yo le hablo al final: -Date la vuelta.

Mi padre se da la vuelta y nos besamos, juntamos los cuerpos, el joven y el viejo, y nos metemos las pollas por los muslos, en un coito interfemoral, acariciándonos los pezones como dos lesbianas, magreándonos las pollas cuando emergen. Tomás nos interrumpe: -Yo también quiero. -Pues chþpanosla- responde mi padre.

Ahora es Tomás el que abre la barba y se mete nuestras pollas hasta lo más hondo de su garganta, reventando su faringe, tocando con nuestras cabezas su campanilla, desparramándose por sus hirsutas quijadas presemen y saliva. Nos damos besitos tiernos mi padre y yo, nos acariciamos la faz, hemos recuperado algo a través del sexo que nunca tuvimos a través del amor paternal. Y es que ser puto es algo que va en los genes de los hombres de mi familia, hemos tenido que esperar a que yo fuera puto para encontrarnos. Después de estos momentos almibarados, Tomás se aproxima y deja su pollñn para nuestras fauces, dicho y hecho, nos la merendamos en un periquete, mi padre chupa su cabeza con sabidurëa mientras yo lamo el tronco y las gruesas bolas, le dejamos después boca abajo y clavo mi polla en esas nalgas tersas y morenas. Cuando ya he cogido un ritmo es mi padre quien me folla a më, siento su polla en mis entraïas y como su lubrifica con todos esos jugos que los hombres echamos cuando nos folla un macho. -Cambio, cambio- solicita Tomás, pero lo þnico que consigue es que mi padre me cambie el sitio. La polla de mi padre se mueve con brëo en el culo moreno y yo sobo todos esos fantásticos huevos que quedan a mi alcance. Mi padre se folla a Tomás como un perrito, Tomás a cuatro patas, reniega y reniega porque le gusta lo que mi padre le está haciendo. Yo decido recompensar a su polla y me pongo también a cuatro delante de él. Me aferra y me aduce hacia él, siento su gorda polla devorar mis entraïas, su cabeza toma posesiñn de më, me empala, y detrás de él, mi padre, empalándonos a los dos. -ÿQué gustazo!- grita Tomás. -Anda y tomad, so zorras- nos escupe mi padre. -ÿPues tþ también lo eres!- responde Tomás, que me libera.

De una sacudida, Tomás se libera de mi padre, le tumba, le coge de las piernas y se la mete. La polla de mi padre se pone durësima y tiesa, apuntando en vertical. Observo como el culo está completamente dilatado por la gorda polla y termino pajeándome encima de él, mientras me sorbe los huevos. Tomás y yo nos miramos a los ojos, cñmplices. Me tiendo y se la chupo a mi padre, violando mi garganta profunda. Además, para resarcir a la familia, me tiendo y le meto un dedo por el culo a Tomás. -ÿQué gusto, chaval!- dice Tomás y me mete un dedo por el culo.

Nos separamos, Tomás y yo besándonos caemos en la cama, su cuerpo fornido y varonil contra el mëo: -¿Sabes qué decëa el piluca de ti? -¿Qué tenëa el mejor culo de la universidad? -ÿExacto! -Me lo dijo cuando me lo follé en la revisiñn. -ÿSerás cabrñn, a më nunca me hiciste eso! -Por desgracia no te hizo falta

Situados juntos como estamos, masturbándonos y metiéndonos mano, mi padre aprovecha para abrirnos a ambos de piernas y nos mete su polla por turnos. -¿Qué, os gusta? -ÿAhora le toca a Tomás!- me rëo de mi padre.

Tomás nos pone a mi padre y a më boca arriba. Nos abrimos de piernas y pajeamos la polla del otro mientras Tomás nos somete a sus embestidas. -Y ahora mi niïo. Se lo ha ganado- mi padre me guiïa un ojo.

Tomás asiente y los dos se ponen como antes, a cuatro patas. Me deleito en realidad en cada culo, los dos diferentes, pero maduros, velludos, calientes, elásticos… como a më me gustan. -Y ahora, putito querido- proclama mi padre-, te vas a sentar en mi polla y te vas a preparar para el final de fiesta, que vas a gozar de una sorpresa.

Mi padre se tiende como un pantocrátor armado con un terrible sexo. Yo me siento encima de su polla como un vaquero, mirándole a él. Me folla lento, disfruto del polvo sin prisas cuando siento la polla de Tomás intentando entrar en mi agujerito. Creo que no me va a caber, pero me da igual, que me peten el culo de una vez. Su polla hace una presiñn discreta, insidiosa pero cada vez mayor. Mi culo se dilata progresivamente, y cuando me quiero dar cuenta un dolor agudo en mi ojete me avisa de la doble penetraciñn. Mi padre arquea su cuello y le muerdo allë mismo. Nos besamos los tres como podemos, mi padre casi aplastado por nuestro peso, pero feliz, notaba su polla contra la de su amigo enterradas ambas en el recto de su niïo. Pero Tomás iba a estallar. Tanto sexo allë en esa habitaciñn no podëa durar más, era como una espita y nos avisñ: -ÿQue me corroooo! Se saliñ de mi culo abrupto y dejñ su polla frente a nuestras bocas mientras mi padre me seguëa enculando. Se jalñ la verga y de ella comenzaron a salir espumarajos calientes, todo un torrente de leche caliente en nuestros rostros. Mi padre y yo la compartimos, de algo han de servir tantos aïos en la iglesia, al fin hemos comprendido qué significa eso de compartir como buenos cristianos. Compartir es vivir, y más aþn si es la lefa de un oso caliente como Tomás. La leche empapaba los carrillos de mi padre y seguëa en canales por su cuello y su pecho, a mi me habëa manchado toda la cara. Limpiamos la polla de Tomás con nuestras lenguas y luego le obligamos a beber su propia leche de nuestras bocas. -Me voy a duchar- nos anunciñ.

Papá y yo nos miramos. Éramos los þltimos del juego que sellarëa mi libertad y que abrirëa las puertas de la reconciliaciñn familiar. Porque, claro, después de esto, yo a mi padre no le quiero perder. Hemos aprendido a tratarnos MUY BIEN. -Mi niïo- susurrñ mi padre-. Quiero correrme en tu cara.

Uff, qué casualidad, yo habëa pensado justo en lo mismo. Serán los genes o demasiada pornografëa. -Ponte encima mëa para hacer un 69.

El þltimo 69 con mi padre (hasta que le vuelva a follar, claro). Mi padre se tendiñ sobre su lado izquierdo y yo sobre mi lado derecho. Nos sonreëmos, cñmplices de hþmedas travesuras y nos abalanzamos sobre la polla del otro. La polla de mi padre, salada, chorreaba presemen, que me apresuraba en tragar y a mi padre mis jugos le chorreaban por las comisuras de los labios. Al mismo tiempo, nos dedeábamos el culo del otro, masajeando la prñstata. Continuamos en silencio, gimiendo y gozando de la chupada, cuando sentë un extremo calor en la parte más alta de mi cuerpo (mi polla) y me corrë en la cara de mi padre. Mi padre exprimiñ mi polla con sus labios como si fuera un limñn y me agarraba entre mis estertores orgásmicos para tragarse mi polla más adentro. Me chupñ y dejñ salir parte de mi lefa para que se secara en su barba y se complaciera en lamerse el rostro, satisfecho con su manjar. Estaba tan cachondo que noté cñmo su polla se hinchaba por momentos y se turbaba cuando dejñ escapar un rëo de leche que tragué como un descosido, era la leche que me habëa dado la vida y no querëa desaprovecharla. Me regñ con ella toda la cara, más la que me bebë. Le miré, lo que su leche me dejaba a través de mis párpados violados por su esperma. Suspiraba, aliviado. Nos besamos y compartimos el semen.

Estábamos tan agotados, que cuando nos duchamos solos, ni se nos empalmñ. Eso së, aprovechamos para mearnos el uno encima del otro, no dejamos escapar ni un mënimo de nuestros jugos de macho. Mientras le frotaba la espalda, me dijo: -Y ahora, ¿qué? -Ahora me vais a dar los 800€ que cuesta lo que he hecho. -Ya, si a ti siempre te ha gustado demasiado el dinero, pero me referëa a tþ y yo. Eres de la familia a quien más quiero después de lo de hoy. ¿No vas a volver a Leñn? -Estoy muy bien en Madrid. Me considero más madrileïo que leonés. Además, tþ me echaste. -Ya, lo siento, pero… cuando te vi con la polla del chofer en tu boca (por cierto, la mëa es mucho mejor) me dio tal calentñn que temë violarte. Ya sabes cñmo somos los padres para con los hijos. Pero después de lo de hoy, te voy a violar siempre que quiera. -Y yo a ti. Pero ahora no quiero volver, ni siquiera sé cuándo podremos volver a follar. -¿Y eso? -No sé si a mi novio le gustan los trëos. -Pues tarde o temprano habrá que presentarle a "la familia", ¿no?

Obviamente së, tarde o temprano habrëa que presentarle a la familia, y sobre todo tener un placentero encuentro paterno-filial a tres bandas, pero de momento me apetecëa disfrutar de Carles sñlo para më. Tenëa los 800€, no estaba mal, me habëa follado a mi padre (y a un amigo muy atractivo), habëa hecho con él las paces y todo lo que tþ quieras, pero mi trabajo, después de esta fecha que guardaré por siempre en mi memoria, habëa tocado techo. Ya nada me quedaba por conseguir. Tenëa mi coche, mis ahorros, mi chico y a mis amigos. Eran las 12 de la noche de un viernes cualquiera de diciembre en Madrid y yo me fui a visitar a mi amor. Qué extraïo es el amor. Ahora me sentëa con fuerzas suficientes como para hacerme otro trëo, pero al mismo tiempo me sentëa tan agotado que necesitaba a Carles, querëa abrigarme dentro de él, de su calor mediterráneo, ni siquiera follar. Permanecer esa noche con él, abrazado por fin, libre de cargas y de taras, libre de mi pasado, libre de la palabra puto, libre, libre, libre para estar con el hombre que (por fin) aceptaba que amaba. Estar enamorado es como un dulce de fresas. Dulce, dulce, pero también ácido. No habëa nadie en casa de Carles. Encendë el mñvil, me llegñ un aviso de llamadas perdidas pero no lo leë, sñlo llamé a Carles. No me contestaba. ¿Dñnde estarëa un viernes a esa hora de la noche? Sñlo de pensar que pudiera haber encontrado a otro… se me rompëa el corazñn de sñlo pensarlo, no podrëa ser. Miré el aviso de llamadas perdidas. Catorce perdidas de Chrissie. Pero no me importaba. Nada me importaba salvo mi hombre. Acudë al Ricks, uno de los locales que le gustaban, dejé el coche mal aparcado. Nada, el aire frëo de la noche también se lo habëa llevado a él. ¿Dñnde estaba? ¿Dñnde queda mi amor, dñnde mi ser, dñnde mi todo, dñnde el paraëso terrenal que descubrë si me faltas tþ? ¿Dñnde te escondes, Carles? Ya que no estabas en el Ricks, fui al Ohm, a ver si veëa a Chrissie, que hoy no trabajaba. Allë no habëa nada salvo aquéllos que más odio: policëas. Policëas aquë, policëas allá, marea azul reprimidora y castrante por doquier. Nada, no queda nada. ¿Qué diablos ha pasado aquë? ¿Por qué violan uno de los sitios donde trabajé? Policëas llevaban prendido al Rizos, un camello flacucho e inofensivo, cual peligroso terrorista. Entonces, mi ángel, Chrissie, se acercñ a më. -¿Qué ha pasado?- pregunté. -Han detenido a todos- me relatñ-. A todos. Menos mal que a ti no te han cogido. Y todo por ti… -¿ÿQuéee!? -Tþ y tu Carles habéis hecho una buena limpieza en Madrid. Tu funcionario no trabaja en el Banco de Espaïa, querido. Te he estado buscando todo el dëa… -¿Qué tiene que ver Carles con todo esto? ¿Ha montado esto un funcionario, un economista? -ÿDime quién si no! Él te conoce, y en una semana todos caen justo cuando tþ te retiras. Todos los camellos del Tony han caëdo, y tanto a él como a Carla los han trincado. No es que a më me importen, pero es culpa de tu Carles… -No entiendo nada- me resistëa a admitir la verdad. -Carles es policëa, David. Te mintiñ. Cuando te fuiste, busqué en internet el nombre que me diste, Carles Escames Pons-Crespo. Es un pez gordo del gobierno. Dime quién si no ha montado todo esto. Al menos tþ estás bien…

Quiso abrazarme, pero yo no podëa. Nadie me podëa tocar. Me sentëa un apestado. Chrissie me era ajena y extraïa, todo el mundo me era extraïo porque yo me sentëa como un desconocido a më mismo. Todo mi mundo hecho pedazos, por un ti, un tëo más listo que yo. Abandoné todo, todos eran sombras, me avergonzaba de më mismo y no querëa que nadie espiara mi culpa. Todos aquellos camellos eran escoria, pero aunque no lo supieran, aunque ante el mismo Tony se le hubiera pasado, yo era el culpable. Cogë el Golf, Chrissie me gritñ, no recuerdo qué, para qué, ya nada me importaba salvo ajustar cuentas contigo. Llegué a tu casa desbocado. -ÿÿÿÿCaaaaaaaaarlees!!!! ÿÿSé que estás ahë!! ÿÿÁbreme la puta puerta!! ÿMe lo debes!

La puerta se abriñ, hasta ti, mi seïor. Tu rostro beatëfico me sonriñ cuando abriñ la puerta, pero yo te derribé de un puïetazo. Una vez en el suelo, cerré la puerta y te metë dos, tres, quizás diez o más patadas. Carles, chillabas y me gritabas que te dejara en paz, que te escuchara… -Mentira, mentira, ÿmentira, cabrñn! Eres un hijo de puta y un mentiroso…

Y estrellaba contra tu cabeza la suela de mis botas. Cuando te quedaste lo suficientemente atontado, te até las manos. Sangre chorreaba de tu boca, tu nariz, creë que te habëa roto los huesos de la nariz. Te bajé los pantalones, dejando ese culo velludo a la luz de la lámpara. Eran la una de la madrugada cuando te metë mi polla, violándote, tal y como tþ habëas violado mi alma. Pero yo no podëa. Habëas inoculado en më una semilla demasiado mortëfera como para ignorarla. Habëas contagiado tu flor del mal. Me desplomé llorando, jamás en mi vida habëa llorado asë, golpeaba mi cabeza contra el suelo, contra las paredes, con la vana esperanza de dormir para siempre, que algþn dëa despertara cuando todo esto hubiera pasado. Unas manos me sujetaron para que no me siguiera haciendo daïo. Las tuyas. Parece que el entrenamiento policial sirve para algo. -Mi nen, no llores más, que tu llanto me parte el alma. -ÿEres un cabrñn!- le escupë. -Lo soy, pero te quiero. Collons, David, no podëa decirte la verdad- sujetaste mi testa inquieta y me hiciste mirarte-. Cuando te conocë, sñlo querëa informaciñn para trincar al chulo, pero además… encontré algo que no habëa hallado antes. Te encontré a ti. -Devuélveme los golpes si quieres, Carles, porque yo me quiero morir. Yo no te quiero. -¿Y por qué no me has seguido violando, David? Sabes que eso no es cierto. ¿Qué te ha pasado par acabar asë?

Y te conté, mi seïor, todo ello que he contado aquë, pues aunque algunos me estén leyendo, es a ti a quien he hablado todo este tiempo que he narrado. -No me tengas miedo, David. Yo te quiero. Aunque te cueste creerlo. ¿Por qué crees que he esperado hasta hoy? Por ti. -Si al final tþ también eres un puto. A më me vendëa mi chulo y tþ te dejaste follar el culo por më, para conseguir la informaciñn. -ÿSë!- rëe-. Pero volverëa a hacerlo todo. Sobre todo lo de tu polla en mi culo, mi nen. Ay, nen, creo que nos tiene que ver un médico, porque estamos llenos de magulladuras.

En otro final, yo me habrëa despeïado por el acueducto de Segovia cantando la canciñn que me ha acompaïado todo el rato. Yo me sentirëa muy dramático, muy trágico, pero por fortuna, la vida no es asë. -¿Qué haces?- preguntaste. -Llamo a una amiga para que no se preocupe por më. -¿Chrissie? A ver cuando me la presentas. -Cuando deje los porros, no sea que la detengas. -No, no lo haré-sonrëe. Ay, qué bella es tu sonrisa-. ¿Nos vamos?- inquieres cuando termino. -Vámonos.

Al entrar en su espectacular carro, Carles conectñ la mþsica. -Hoy conduces tþ, pero lento, ¿eh? Que vamos como para que nos recojan, nen.

Al encender el coche, se encendiñ la radio y con ella sonñ un CD de Tori Amos. -¿Te gusta esta canciñn? -Me encanta, nen. -Pues después de que nos reconstruyan, nos vamos a cenar,

Slag pit, stag shit… Oh, honey, bring it close to my lips! Starfucker, just like my daddy is. Selling his baby, yeah.

-Muy bien, nen.

Gonna strike a deal, make him feel like a congressman. It runs in the family!

-Y después nos jalamos una botella de cacique. -Estupendo. Pero no nos empalmaremos. Coge la segunda a la derecha. -Eso más tarde, cuando nos despertemos con resaca y te haga una mamada con premio. -¿Con premio? -Hay cosas de mi oficio que nunca te expliqué.

She will supply Gimme peace, love, Peace, love GIMME PEACE, LOVE AND A HARD COCK!!!

Autor: ABSALÓN Paz, amor y sexo. Espero sus comentarios, sugerencias, propuestas, etc, etc, sobre todo si son maduros (mmmh).


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9 Gay Erotic Stories from Absalon

Los Amantes, 1

Desde que se vieron, los dos hombres supieron que caerëan en los brazos (y la polla) del otro. El muchacho deambulaba por Chueca una noche más, una noche en la que de nuevo acusarëa el paso del tiempo por sus inmaculados 21 aïos, 21 aïos de carne blanca y tersa buscando un espejo para gozarse, ya que cuanto más arrastraba la Parca el velo de la noche más sentëa él su cuerpo consumirse sin macho

Los Amantes, 2

-Qué pena no haberte hallado antes- confesé. -Nos hemos encontrado cuando debëamos, ya está- me respondiñ Fernando. -¿Viste las caras de los tëos del Ricks? Se quedaron todos flipando cuando nos largamos… ÿcñmo si fueran santos! -Lo que les jodiñ fue perderse un macho como tþ- me responde con los ojos brillantes. Qué hermoso es este rostro maduro, esta barba que me sonrëe. Se la acaricio. Él

Los Amantes, 3

…los dedos penetraban en më, provocándome escalofrëos de placer, mi manubrio volvëa a engordar debido a las caricias recibidas. A më no me duele que me den por culo, estoy más que acostumbrado y lo þnico que siento cuando me follan es gusto. Movë mi culo en cërculos mientras Gabriel me seguëa comiendo allë atrás y erguë mi cabeza cuando sentë sus dedos tomando posesiñn de më. Mi bello joven, mi

Minutos

MINUTOS Autor: absalon Mail: mabarakin@yahoo.es MINUTO UNO Rebulli en la cama mientras esperaba a que Jesus terminara de prepararse. No hacia mucho que conocëa a Jesus, no sabia si podëa fiarme de el o no, pero siempre he sido demasiado dubitativo como para entender lo que hago. Quizas serian sus ojos sinceros los que me impulsaron a acogerle esa noche en mi casa, o las ansias por

Noches Y Noches

Noches y noches pasan mas su recuerdo, su recurrente perfume pervive en më como si todo hubiera sucedido ayer. Saqué mi polla del condñn, pagué a la puta y ésta se marchñ. Noches y noches pasan, como si su pasar fuese el lamento de su pérdida. Sñlo he dormido solo desde entonces. Me sentë sucio después de lo de la puta, necesitaba ducharme. Sñlo te puedo recordar cuando el agua libra la batalla

Profesor Violado

PROFESOR VIOLADO El alumno tenëa al maestro a su antojo. Contemplñ a su obra maestra, desnudo y atado de pies y manos. La obra dormëa profundamente, como un niïo, aunque de niïo tenëa poco, y las circunstancias en que se aparecëa no eran para nada infantiles. El cuerpo del maduro maestro se hallaba en un potro de madera, boca arriba, las piernas abiertas colgaban del techo, como una siniestra

Un Puto Muy Legal

por: ABSALÓN -¿Cñmo cojones se te ha ocurrido aceptar ese trabajo? Pobre Chrissie. Siempre se preocupa tanto por më. Pero, ella lo sabe, soy un buen chico con ideas descabelladas. Y aceptar la oferta de Tony y convertirme en su nuevo chico de compaïëa era la þltima que conocëa, pero no la þltima que iba a elegir. -Sabes que necesito el dinero, y además, me deja la hostia de tiempo

Un Puto Muy Legal (2)

Un PUTO MUY LEGAL (2) por: Absalñn Yo lo admito, como lo admitë ante Chrissie: mi trabajo no es el que más me podrëa autorrealizar y todas esas payasadas que lees en Vogue, pero me lo paso como una puta y me pagan mejor de lo que podrëa imaginar. Tony alababa mis progresos: gracias a mis conocimientos lingùësticos (y no hablo del griego ni del francés) mi lista de clientes se ampliñ a

Un Puto Muy Legal (3)

Un PUTO MUY LEGAL, (3) por Absalñn -¿Asë que le quieres?- inquiriñ Chrissie pensativa. Resoplé. La vida sin amor es mucho más fácil, más divertida y como dijo el þltimo nuevo rico que me alquilñ, más mejor. Habëa pasado una semana desde el fin-desemana-delrestodemivida que pasé con Carles. ¿O quizás fue el primer dëa de mi nueva vida? Nueva vida, en la que pueda descubrir qué coïos

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